Heraldo del Campo

Economía

La industria alimentaria aragonesa pide a las administraciones “el cuidado y mimo” con el que tratan a los nuevos inversores

No pide ayudas, pero exige, al menos, no encontrarse con las numerosas trabas que han hecho que algunas de sus ampliaciones lleven hasta 10 años paralizadas por los trámites adminitrativos y burocráticos.

Cristina Gallar (Fribin), Fernando Lacasa (Chocolates Lacasa) y José Antonio Briz (Grandes Vinos), han participado en un encuentro informativo organizado por Efe.
Cristina Gallar (Fribin), Fernando Lacasa (Chocolates Lacasa) y José Antonio Briz (Grandes Vinos), han participado en un encuentro informativo organizado por Efe.
Aránzazu Navarro

La industria alimentaria es un sector dinámico. Y no solo por las cuantiosas inversiones que están llegando a la Comunidad, sino por las continuas ampliaciones e innovaciones que realizan las empresas instaladas, incluso desde hace más de 100 años, en la Comunidad. La cárnica Fribin ha desembolsado en los últimos 10 años más de 50 millones de euros en constantes ampliaciones y no deja de invertir en la compra de terrenos para llevar adelante sus planes futuros. El grupo chocolatero Lacasa invierte cada año unos 7 millones de euros en renovaciones y modernizaciones y el grupo cooperativo vitivinícola Grandes Vinos y Viñedos ha realizado en los últimos cinco años la remodelación de sus bodegas, se ha lanzado a la elaboración de sus propias levaduras, está en proceso de construcción de una nave botellero para el control de temperatura y ha invertido en la compra de una bodega en ecológico en Somontano, donde tiene ahora previsto la contrucción de una sala de cata.

Así lo han detallado Cristina Gallart, presidenta de Fribin, Fernando Lacasa, secretario general del Grupo Lacasa, y José Antonio Briz, director general de Grandes Vinos y Viñedos en un encuentro informativo organizado por la Agencia Efe y celebrado en el Patio de la Infanta de Ibercaja, para profundizar en los retos a los que se enfrenta la industria alimentaria, en el que han aprovechado la ocasión para pedir a las administraciones aragonesas (locales y regional) que muestren con sus proyectos el mismo cariño, igual apoyo e idéntica agilidad que la que ofrecen a las nuevas inversiones que anuncian su instalación en tierras aragonesas, en clara referencia a Pini o Bon Área (cuya declaración de interés general permite realizar los trámites con mayor rapidez).

Miro con envidia cómo al Gobierno de Aragón se le llena la boca con los nuevos proyectos y hace todo lo posible para que esas inversiones vayan más rápido”, ha señalado con contundencia Fernando Lacasa, que ha asegurado que siempre son bienvenidas todas las empresas que quieran instalarse en la Comunidad y “cuantas más mejor”, pero ha pedido al Gobierno que “cuidemos las que tenemos aquí”. Y tiene argumentos para su petición. “En Lacasa llevamos diez años intentando ampliar la planta de Utebo y aún no hemos podido por las trabas burocráticas”, ha explicado el director general del grupo, que ha señalado que disponen de la superficie necesaria para llevar a cabo la ampliación de la fábrica en unos 10.000 metros cuadrados más, un proyecto que les permitiría ampliar la capacidad de producción de una planta “que se nos ha quedado muy pequeña”. Lacasa ha asegurado que no abandonan el proyecto, pero ha añadido que puesto que “no nos dejan ampliar aquí” han tenido que buscar soluciones fuera de la Comunidad. Compraron terreno para ampliar la fábrica de Quintanar de la Orden (Toledo), aunque finalmente paralizaron el proyecto tras adquirir Chocolaterie de Bourgogne, una histórica chocolatería francesa situada en Dijon, que les ha permitido disponer de unas modernas instalaciones con las que pueden más que duplicar su capacidad productiva. “Actualmente producimos 35 millones de kilos de chocolate y en esta fábrica se pueden hacer 100 millones. Y ahora nuestro producto estrella es Francia”, ha matizado el representantes del grupo centenario que a una media de 800 personas (que superan los 1.000 en momentos de producción punta) y factura unos 150 millones de euros. Lacasa ha querido dejar claro también que “no pedimos ayudas, pero al menos tampoco trabas”, pero ha abogado por “un cambio de mentalidad” y la mejora de las infraestructuras que permitan que hacer negocios con Europa no suponga hasta 10 horas de viaje.

Apoyo y menos trabas ha pedido también la presidenta de Fribin, que ha asegurado que aunque la cárnica de Binéfar, que emplea directamente a 600 trabajadores y factura 260 millones de euros, no deja de invertir en ampliaciones, estas suelen ir más lentas de lo que sería deseable. “Ojala pudiéramos ir más rápido, pero nos lo impiden las trabas burocráticas”, ha señalado. Gallart ha destacado además la necesidad de que el Gobierno aragonés de “un mayor apoyo” para dar a conocer los mucho y bien que “sabemos hacer las cosas aquí”.

Y sin tan estratégico es el sector agroalimentario como tantas veces repiten los gobernantes y los que aspiran a serlo, la mejor manera de demostrarlo, ha asegurado el director general de Grandes Vinos, que emplea a 70 trabajadores y alcanza una facturación de 30 millones de euros, es elaborando un plan estratégico que aune e impulse todas las acciones que hasta ahora se están realizando de manera aislada e individualizada.

Internacionalización, valor añadido e innnovación

La apertura constante hacia los mercados exteriores, la necesidad de añadir mayor valor añadido a los productos y a todos esos intangibles (sensaciones o experiencias) que ofrecen y los diferencian y una constante innovación en la que tiene que haber una mayor la constante innovación tanto en procesos como en nueva oferta en la que es esencial una mayor transferencia de los centros de investigación a la empresa son los principales retos a los que, según estos directivos, tienen que dar respuesta la industria alimentaria aragonesa. Sin olvidar eso sí, la tecnología que “es importante pero no definitiva”, según Gallart, pero también puede ser un distintivo de la empresa, tal y como ha señalado Lacasa, que ha explicado que los reconocidos Lacasitos exigen un complicado proceso tecnológico para su producción que hace complicada su “copia” y les da diferenciación.

Briz ha apostado por la creación de una marca unitaria con la que salir a los mercados exteriores, necesaria para un sector atomizado formado por miles de pequeñas empresas para las que en muchas ocasiones es complicado conquistar los paladares más cercanos. Y ha insistido en que “sin innovación no hay futuro” y que la I+D+i hay que aplicarla no solo a los procesos productivos y a la gestión sino también a la elaboración de nuevos productos “con los que satisfacer las cambiantes necesidades de los consumidores y el mercado”.

Y los tres han hablado de China. Un mercado que han coincidido en calificar de “muy complicado”. De hecho, Lacasa ha reconocido que el grupo chocolatero ha encontrado dificultades para avanzar en una cultura gastronómica poco dada a los dulces. De hecho, la empresa está elaborando para el mercado chino “y para adaptarnos a su gusto”, un chocolate al 99% de Cacao.

“China es un cuento”, ha asegurado con contundencia José Antonio Briz. Un argumento que ha justificado explicando que Grandes Vinos llegó al gigante asiático hace ya 17 años con grandes expectativas, pero lo que encontró a su llegada ya les dejo claro que la aventura no iba a ser fácil. “Necesitan mucha formación” para entender la gastronomía occidental porque “es una cultura que no tiene nada que ver con el resto del mundo”.

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