El tomate rosa de Barbastro no para de crecer. Este año, se prevé que se alcance la cifra de 2.250.000 kilos de producción, lo que supone un aumento del 60% respecto al año pasado, según se estima desde la asociación de Hortelanos del Alto Aragón.

Detrás de este gran incremento se encuentra el grupo Correas. La empresa oscense, a través de su firma Terra Agronómica, decidió, este pasado invierno, apostar por este cultivo con la puesta en marcha de un invernadero. “Esta iniciativa ha supuesto un paso cuantitativo”, asegura Esteban Andrés, gerente de dicha asociación, puesto que “durante esta campaña  se prevé que el grupo pueda llegar a recoger entre 700.000 y 800.000 kilos de las cinco hectáreas en las que ha plantado tomate rosa”.

Pero no todo en esta campaña ha sido positivo. Las lluvias y las temperaturas bajas provocaron que la recogida se retrasase unos días. “A pesar de que la climatología provocó esta pequeña demora, la recogida pudo empezar a principios de julio y ahora, a mediados, está completamente normalizada y, de hecho, se esperan grandes resultados”, explica Andrés.

Tampoco este gran incremento de la oferta asusta en el Somontano. “La demanda es siete u ocho veces mayor que la oferta, -garantiza el gerente de la asociación de Hortelanos-, es un producto muy requerido por el mercado, lo que provoca que las ventas estén aseguradas”. Zaragoza, Cataluña, Pamplona y Vitoria representan el grueso del mercado, pero según aseguran desde esta comarca oscense, el interés por este producto no para de crecer. Asimismo, “mantener esta clientela histórica y ampliar a mercados nacionales e internacionales” es el objetivo que se marcan desde esta agrupación, para la que supuso un antes y un después el reconocimiento por parte del ministerio de Industria de la marca nacional ‘tomate rosa’, en 2014.

Por este motivo, la comarca se prepara para seguir apostando por este producto de calidad. A la ampliación de hectáreas dedicadas a la producción del tomate rosa prevista por el grupo Correas, se une el proyecto de creación de una conservera en la zona. “Esta instalación haría que se aprovechasen aquellos productos que por aspecto no pueden salir al mercado”, aclara Andrés. “Pero no solo esto, con esta apertura, además, se conseguirían crear entre ocho o diez empleos en la zona”.

Y es que la creación de empleo va ligada a la producción de este producto tan preciado de esta comarca oscense. De hecho, el aumento de la producción de esta temporada, también ha tenido un reflejo positivo en la creación de puestos de trabajo, pues se han contratado en torno a 150 personas durante los meses de julio a septiembre. “El objetivo es que estas personas no se queden sin empleo, y puedan trabajar también en la recogida del espárrago, que se realiza los meses de febrero a mayo”, añade Andrés. De hecho, aprovechar ambos cultivos para dinamizar la economía y el trabajo es la finalidad de una comarca que cuida tanto sus productos como el mercado.