Escaseará el vino y el que haya será más caro

Los productores se enfrentan a un inquieto 2018 tras la drástica reducción de uva en todo el mundo por las heladas tardías y la sequía.

Embotelladora de Grandes Vinos, la bodega más grande de la D. O. Cariñena
Embotelladora de Grandes Vinos, la bodega más grande de la D. O. Cariñena
Oliver Duch

Terminada la vendimia, el sector vitivinícola echa cuentas y augura una próxima campaña “llena de incertidumbres” en la que lo que ya se sabe es que el volumen de vino en el mercado será "el menor desde la década de 1960", en palabras de la Organización Internacional de la Vid y el Vino (OIV). Y lo que se augura es que el que haya, será más caro. ¿Cuánto? Eso todavía es difícil de cuantificar, pero se prevé que afecte más a los más asequibles y se teme que este encarecimiento provoque un efecto rebote que lleve a los consumidores a optar por otros productos más baratos, oor ejemplo, agua.

Así lo reconocen desde las bodegas y consejos reguladores de las denominaciones de origen aragonesas, cuyas cosechas se ha visto seriamente mermadas por una prolongada sequía que ha reducido hasta un 30% la producción de uva con la que se elaboran sus afamados caldos. El problema, recuerdan, es que el problema no solo recorre el viñedo español, sino el de todas las zonas productoras del mundo, especialmente Francia. “En 30 años que llevo en el mundo del vino nunca había conocido una situación similar, tan generalizada”, detalla José Antonio Briz, consejero delegado de Grandes Vinos, la mayor bodega de la D. O. Cariñena.

Es culpable la sequía, especialmente en Aragón, pero las grandes responsables de esta escasa cosecha son heladas tardías que recorrieron Francia, España e Italia durante los últimos días del mes de abril. Aún quedan en la retina del sector las espectaculares imágenes que recorrieron el mundo mostrando los desesperados intentos de los productores franceses intentando dar calor artificial (con calentadores y estufas) a unos viñedos recubiertos de hielo. La misma helada que golpeó las regiones francesas de Champagne, Burdeos, afectó a los viñedos de España, en particular en Ribera del Duero, Rioja Alavesa y Rueda, donde unas 75.000 hectáreas quedaron afectadas tras soportar temperaturas de entre 3,5 y 9 grados bajo cero.

"La peor cosecha desde 1982"

Así, desde la Comisión Europea se califica la cosecha del continente como “la peor desde 1982”, con una caída de la producción del 14% respecto al respecto al 2016. Italia, el principal productor del mundo, se anotará un descenso del 21% en volumen, un porcentaje que se situará en el 15% para España y Francia. Habrá que esperar la recolección en Estados Unidos y en el llamado Nuevo Mundo, pero ya se vaticinan recortes por los daños que el fuego causó este verano en California y por los efectos del fenómeno climático conocido como ‘el Niño’ cuyos daños en las cosechas todavía se están pagando.

“Lo que es seguro es que habrá un cambio de precios, al alza, por supuesto”, advierte Briz, que reconoce que el encarecimiento no se producirá tanto en aquellos caldos con mayor valor añadido -crianzas y reservas-, pero augura que de él no podrán escapar los vinos más baratos y básicos. Como anticipo, el consejero delegado de Grandes Vinos, señala que el granel ya ha duplicado su precio al pasar de tres a seis euros.

“De momento se mantiene la prudencia”, reconoce Briz, y asegura que es difícil cuantificar la subida de precio, que comenzará a notarse a comienzos del próximo año, porque de momento las bodegas no quieren adelantar su estrategia. Briz explica que Grandes Vinos no tendrá problemas para asegurar el abastecimiento a los clientes, pero reconoce que "2018 va a ser un año de encaje de bolillos” y afirma que la subida de los precios de los diferentes productos dependerá “de la política comercial que tenga cada bodega”.

También desde la Denominación de Origen Cariñena, el gerente del grupo BSV, Pedro Fatás, reconoce que “una subida de precios es ya más que probable, otra cosa será cuánto”. Explica que hace meses que se nota “que algo está pasando” porque hay movimientos en la demanda y peticiones que antes no se tenían. Fatás insiste, sin embargo, que el encarecimiento se producirá en los vinos de menor nivel “que funcionan como comodities’ y se muestra convencido de que a BSV “no nos afectará mucho”.

En Campo de Borja se muestran cautos. La D. O. ha cosecha un 21% menos que el pasado año, pero como explica el secretario del consejo regulador, José Ignacio Gracia, la producción está por encima de la media de la denominación por lo que no es “una mala vendimia” que permitirá atender sin problemas a la demanda. Lo justifica con cifras. El pasado año, Campo de Borja consiguió un récord al comercializar 26,5 millones de botellas. Y para producirlas se utilizaron, señala el secretario, 15 millones de litros de vino. Con la cosecha de esta año podrán elaborarse 18 millones de litros “una cifra suficiente aunque es cierto que no nos deja mucho margen”, matiza. Gracia insiste también en que será complicado trasladar una subida de precio a los vinos embotellados de más calidad, “porque el mercado de este sector no entiende ni encaja bien las fluctuaciones de precios en función de la cosecha”.

Preocupados por la ajustada producción y el efecto que pueda tener en el consumidor un encarecimiento del producto, las bodegas aragonesas están también inquietas por la falta de lluvias. Si no llegan las precipitaciones, de agua y de nieve, auguran los productores, el viñedo no podrá soportar una segunda campaña de sequía. Por eso, reconoce Gracia, “lo prudente es guardar todas las existencias posibles porque no sabemos cuánta uva vamos a tener el próximo año”.

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