Una empresa de Mequinenza produce y comercializa miel de cerezo, única en Aragón

Las colmenas de La Galinda están situadas en plantaciones de cerezos propios, aisladas de otros frutales del Bajo Cinca.

Aragón produce su primera miel monofloral de cerezo. Lo hace La Galinda, una empresa situada en la localidad zaragozana de Mequinenza, que comenzó su andadura en 2009, pero cuyas raíces apícolas se hunden en 1966. La firma, liderada por Ana Galindo y Carlos Sanjuán, decidió apostar por ofrecer al mercado una producción "diferente" aprovechando que las 200 hectáreas de su explotación agrícola están ocupadas exclusivamente por cerezos y aisladas de otros frutales en la zona del Bajo Cinca. Allí decidieron instalar sus colmenas con el fin de que las abejas se vieran obligadas a libar exclusivamente el néctar de las flores de este frutal. Una miel que, como explica Sanjuán, "es muy difícil de conseguir ya que la nectarización se limita aproximadamente a un mes y medio rondando junio". Durante ese periodo, los propietarios de La Galinda controlan artesanalmente los panales para que las abejas no la mezclen con otras melazas. Un "cuidado especial" que La Galinda garantiza en todo el proceso productivo, ya que comienza en la propia finca agrícola y termina en el envasado. "Cuidamos nuestros cerezos para cuidar a nuestras abejas", señala Sanjuán, que destaca además que se han mimado los estándares de calidad y las presentaciones del producto porque el objetivo es posicionar el producto en el mercado gourmet.


El resultado de esta apuesta ha sido una miel con "excelentes cualidades sensoriales" como la ha definido Antonio Gómez Pajuelo, biólogo de referencia en el mundo apícola. Y aunque no existe una certificación oficial para este tipo de productos, esta pionera miel ha recorrido los más especializados laboratorios, que han certificado con exigentes análisis que el producto es el fruto del trabajo de abejas que se nutren únicamente del néctar de la flor de cerezo.Crecer y ganar mercados

Carlos Sanjuán es fruticultor, pero en 2009 su actividad se diversificó. Él y su mujer, Ana Galindo, se hicieron cargo ese año de las 150 colmenas que poseía su suegro y aunque Sanjuán reconoce que no sabía mucho del sector apícola, comenzó a interesarse por él y estudiarlo. "Ahora estoy encantado", dice. De hecho, La Galinda, que nació como marca en 2014, cuenta ahora con 400 colmenas trashumantes, que viajan a la costa mediterránea en invierno y a los Pirineos cuando llegan el calor estival.


Su producción actual ronda los 4.000 kilos de miel, de los que más de 2.500 kilos es miel de cerezo. También producen mieles de romero, tomillo y milflores.

Su proyecto de futuro se llama crecer. Los impulsores de La Galinda esperan ir aumentando el número de colmenas hasta alcanzar el millar a finales de 2016. Con ello su producción se incrementaría hasta los 12.000 kilos, más del doble que lo que actualmente recogen. Quieren además ir avanzando en el mercado nacional. "Hasta ahora nuestras ventas se han realizado esencialmente en Aragón", señala Sanjuán. Y no descartan lanzarse a la conquista de los mercados internacionales.

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