Aragón

Las inspecciones de trabajo detectaron 20,7 millones defraudados en Aragón en 2012

La cantidad detectada por el cobro de prestaciones improcedentes (paro, subsidios...) teniendo un puesto de trabajo alcanzó los 724.200 euros.

El fraude a la Seguridad Social y la economía sumergida es una de las lacras españolas. En Aragón los datos son mejores que en otras comunidades más turísticas pero la crisis ha hecho, como es sabido, resurgir la picaresca. Las inspecciones de trabajo de 2012 hicieron aflorar 2.036 empleos no notificados en Aragón y se detectaron 184 trabajadores que seguían percibiendo la prestación por desempleo teniendo un puesto de trabajo. 


La cuantía detectada por el cobro de  prestaciones improcedentes (paro, subsidios...) en un año alcanza los 724.200 euros y las cantidades no declaradas a la Seguridad Social por falta de contrato, o por trabajos declarados parcialmente (economía gris), superan los 20,7 millones de euros.


Las peores cifras se las lleva la hostelería ya que el 33% de los trabajadores sin alta en la Seguridad Social pertenecían a este sector con un total de 679 detectados.


'Piratas hosteleros' y el 'empleo gris'

Manuel Pina, secretario de Acción Sindical de CC.OO. en Aragón, confirma que la hostelería es el sector en el que más denuncias reciben los sindicatos por cuestiones de contratos irregulares. José de las Morenas, su homólogo en UGT, asegura que hay "verdaderos piratas y mafiosos" en este ámbito y destaca la mayor incidencia en verano, Navidad y periodos festivos: "Hacer un contrato a tiempo parcial por un par de horas a una persona que trabaja ocho diarias es algo muy común", lamenta.


Pina matiza que estos casos de 'empleo gris' se detectan con más frecuencia en las zonas relacionadas con el turismo y en establecimientos hosteleros con pocos trabajadores y ausencia de representación sindical. "Normalmente no hay denuncia hasta que no hay un despido asociado", asegura.


No es difícil encontrar a un trabajador del sector que habla tranquilamente de su situación laboral en un céntrico establecimiento de Zaragoza: "Mi contrato es de ocho horas semanales y trabajo mínimo 20 -cuenta un recién graduado-, la diferencia me la pagan en mano cada domingo directamente de la caja. Me informaron de estas condiciones en la propia entrevista, sin esconderlo, como si fuese algo natural. Si no llego a aceptar no tendría trabajo ni ingresos". Esta persona reconoce, además, que en determinadas épocas del año trabaja doce horas diarias y que incluso ha llegado a aguantar 18 horas seguidas cargando la bandeja, con solo 15 minutos una vez al día para comer un bocadillo. "En fiestas hay dos semanas horrorosas de no parar pero es cuando más dinero se gana y es mejor aguantarlo", explica.


Consecuencias futuras

De las Morenas reconoce que no es factible recomendar a alguien, con la actual situación económica, que no acepte un empleo, al igual que tampoco ve fácil que un trabajador denuncie su situación, aunque sea de forma anónima, porque al final acabará poniendo en riesgo de igual modo su permanencia en la empresa. Por eso, el secretario sindical de la sección de Industria de UGT-Aragón considera que el buzón anónimo puesto en marcha este lunes por Empleo para denunciar casos de fraude laboral no es la solución. "El fraude a la Seguridad Social se debe combatir con más recursos humanos en las empresas y en las calles y con más inspecciones".


Manuel Pina, por su parte, pide a los trabajadores que no entren en el juego: "No solo porque sea un fraude sino porque son circunstancias que le perjudican en su cotización de cara a un futuro desempleo, una baja laboral o una pensión futura". Ruega también, a todos los grupos de edad, estar alerta: "En la época de vacas gordas eran principalmente los jóvenes y los inmigrantes los que aceptaban contratos irregulares, pero ahora nos llegan muchos casos de cualquier tipo de persona y de cualquier edad y luego es muy complicado salir de esta situación sin perder el empleo".


La hostelería es también el sector donde se detectaron más personas que cobraban una prestación por desempleo al mismo tiempo que trabajaban -38-, pero es la construcción donde las cuantías por prestaciones indebidas alcanzan la cifra más alta -210.400 euros- y donde se defraudó más dinero a la Seguridad Social -6,3 millones de euros-. El uso de 'falsos autónomos' es un fenómeno habitual en este sector, más todavía con la crisis, y que ocurre durante todo el año.