SD Huesca

El Huesca ve luz a mitad del camino

El empate con el Sporting que les sacó del descenso tras 14 jornadas, respalda la progresión que están experimentando los azulgranas.

Los jugadores de la SD Huesca se reúnen antes del inicio del partido con el Sporting.
Los jugadores de la SD Huesca se reúnen antes del inicio del partido con el Sporting.
Prensa 2/Luis Manso

Por delante aún queda mucho, nada más y nada menos que veinte partidos, por lo que echar las campanas al vuelo sería toda una temeridad. Aún así, el empate del domingo ante el Sporting se puede considerar como todo un espaldarazo, el refrendo al trabajo que se viene realizando desde semanas atrás. El 0-0 delMolinón en el inicio de la segunda vuelta unido al pinchazo del Andorra con el Leganés (2-3) impulsó a la SD Huesca fuera del descenso por primera vez tras 14 jornadas, un tercio del calendario, casi cuatro meses en los que había estado respirando el escaso y viciado aire que les llega a los cuatro últimos de la clasificación.

La que concluyó ayer, la 22ª, de hecho es la tercera jornada en toda la liga en la que los azulgranas no ocupan uno de esos puestos. Las tablas en Burgos en la inauguración del campeonato les mantuvieron fuera del pozo de forma circunstancial para caer en él tras el siguiente duelo y salir únicamente ya solo una vez más hasta ahora, en la séptima cita cuando consiguieron con un 0-2 en Alcorcón el primer triunfo. Entonces se situaron 18º empatados con el 19º, exactamente la misma situación que en estos momentos. La próxima asignatura, por tanto, debe ser ganar algo de terreno respecto a la línea roja y la primera opción para ello no será sencilla. Si en Asturias se midieron al tercero, el domingo en El Alcoraz a las 18.30 tendrán enfrente al quinto, el Eibar. Después llegarán los choques a cara de perro con el Villarreal B, el Alcorcón y el Amorebieta, todos ellos a día de hoy rivales directos, entre un final de enero y un febrero que también incluyen al Eldense y el Mirandés.

La escalada de los oscenses ha sido un proceso lento que deja a las claras lo complicado que resulta salir del fondo una vez se entra en él. Antonio Hidalgo tomó la riendas en sustitución de Ziganda tras la décima jornada. Entonces el Huesca estaba a tres puntos de la salvación. El efecto del cambio en el banquillo tardó en dejarse notar. De hecho, dos partidos después, tras la derrota con el Elche, la brecha se abrió hasta los cinco puntos. Desde entonces, se han sucedido diez duelos ligueros en los que el equipo ha sumado quince puntos, el séptimo que más, con cuatro victorias, tres empates y tres derrotas.

Hidalgo ha logrado reactivar psicológicamente a una plantilla a la que está exprimiendo al máximo y que ha demostrado ser siempre competitiva. Se ha adoptado la línea de cinco atrás y se están aplicando soluciones imaginativas como la polivalencia de Loureiro, la inclusión de Nieto en posiciones interiores, la doble función de Sielva como central y medio o, como sucedió en El Molinón, la apuesta por Joaquín como pieza más adelantada.

Hubo una primera reacción con los empates en casa ante el Albacete y el Espanyol y los triunfos a domicilio ante el Amorebieta y el Real Zaragoza y, tras las derrotas con el Valladolid y el Andorra, el Huesca se volvió a levantar con el 1-0 al Racing de Ferrol, la primera alegría en El Alcoraz de la campaña, a la que, después del 2-1 con el Levante marcado por un pésimo inicio, le siguió una goleada al Cartagena (3-0) para cerrar 2023 antes de arrancar 2024 con el sudado punto ante el Sporting.

Ante la evidente falta de mordiente ­–el Huesca sigue siendo el menos goleador con 16 dianas en su haber­­– se ha potenciado una defensa que ya de antes era efectiva. Los oscenses solo han sacado el balón de su red en 18 ocasiones, los cuartos que menos. La tendencia de hecho se ha incrementado en los últimos cuatro compromisos, en los que únicamente el Levante ha superado a Álvaro.

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