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El Huesca de Hidalgo da sus primeros frutos
Los azulgranas lograron ante el Amorebieta el domingo su segunda victoria consecutiva en una semana tras la copera en Águilas. El despertar se produce justo antes de un exigente calendario.
La pesada maleta con la que viajó la SD Huesca a Bilbao para medirse al Amorebieta regresó el domingo más liviana. Siete jornadas después, los azulgranas volvieron a celebrar una victoria liguera, la segunda consecutiva en una misma semana tras la eliminatoria copera con el Águilas. Dos 0-1 que suponen los primeros éxitos tangibles desde que Antonio Hidalgo tomó el testigo de Ziganda en el banquillo, que sirven para que la plantilla recupere la moral y la confianza, y también para que el entrenador demuestre que el trabajo que viene realizando desde su llegada hace menos de un mes da frutos aunque el camino por recorrer aún sea largo. Los tres puntos de Lezama -donde los zornotzarras actúan como locales- gracias a un tanto de Obeng de penalti fueron ante un rival directo, lo que les otorga aún más valor, y permitieron acercarse a solo uno de la permanencia justo antes de afrontar un calendario muy sinuoso y evaluador.
En lo que queda de mes hay que medirse en casa a dos recién descendidos, el Espanyol -el domingo a las 18.30- y el Valladolid, y visitar entremedias al Real Zaragoza. De ahí que, como dijo el técnico, resultase "imperioso ganar lo antes posible", había que presentarse en la línea de salida con la mayor tranquilidad posible. Ya se ha consumido el primer tercio de la liga en el que el Huesca solo ha podido hacerse con doce puntos y restan siete compromisos para cerrar la primera vuelta antes de Navidad. La misión es contar entonces con al menos veinte, lo que haría pedir como deseo de Año Nuevo otros treinta de cara a la segunda parte de la competición atendiendo a la meta de los cincuenta puntos, el listón de referencia para la salvación.
El del Amorebieta fue el quinto choque con Hidalgo tras el empate con el Eibar (1-1), la derrota con el Elche (0-1), el 0-0 frente al Albacete y el cruce con el Águilas, de 2ª RFEF. Fue el partido en el que lo que viene propugnando el catalán tuvo un mejor reflejo.
Lo trabajado antes por Ziganda se ha tomado como base, especialmente el aspecto defensivo, y desde ahí se ha crecido. Con Hidalgo se han encajado solo dos goles y son ya tres partidos seguidos dejando la meta a cero. Resulta evidente que los jugadores han ganado en confianza y seguridad, y los errores individuales -algunos de trazo muy grueso- que tantos puntos costaron al inicio de la liga ahora se han minimizado. El Huesca presiona más arriba y tiene una mayor querencia por el balón. Lo que antes era una excepción e incluso una mala señal, el que se impusiese en la posesión, ha pasado a ser lo habitual. Así ha sucedido con el Elche (53%), el Albacete (53%) y el Amorebieta (51%).
El mayor campo de progresión se sitúa en el ataque con solo dos dianas, ambas a balón parado. Aún así en Lezama hubo tres tiros a puerta y un gol anulado. Hidalgo se ha decantado desde su llegada por formar con una línea de cinco atrás, algo con lo que trabajó en verano Ziganda y luego desechó, un trivote en el medio y dos puntas. El dibujo es variable y desde la inclusión de Valentín muta a un 4-4-2 o 4-2-3-1 en la fase ofensiva. Ha quedado demostrado que Álvaro, Loureiro, Jorge Pulido, Valentín, Kento, Sielva, Javi Martínez, Joaquín y Obeng son hombres de su absoluta confianza y lo que genera cierta controversia es el uso fuera de su posición natural de alguna de las piezas. En sus primeras veces situó sobre el césped a sus cuatro laterales y ahora resalta especialmente el rol de carrilero zurdo que está adoptando Loureiro. El domingo, por ejemplo, también fue llamativa la labor de Nieto como central.
Hidalgo entiende que para los jugadores que se quedan fuera ese tipo de decisión no es sencilla. Al respecto, destaca el compromiso y actitud de los afectados. Sabe que "el mensaje cala más rápido con victorias" y éstas han llegado.
