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Marejada en la grada de El Alcoraz

La derrota por 0-2 del Huesca con el Tenerife afloró el malestar en parte de la afición con cánticos de "directiva, dimisión" ante los que desde el club se pide calma, unidad y paciencia.

Aficionados de la SD Huesca en El Alcoraz durante la derrota con el Tenerife.
Aficionados de la SD Huesca en El Alcoraz durante la derrota con el Tenerife.
Veronica Lacasa

El Alcoraz vivió el lunes en la que era su puesta de largo en la temporada recién iniciada una situación que hacía tiempo que no se recordaba y que dejó al descubierto el malestar existente en parte creciente de la afición con la gestión que se está realizando en la SD Huesca. En la que era la segunda jornada de liga y tras un primer empate a uno en Burgos satisfactorio en líneas generales, el conjunto de Ziganda ofreció una mala imagen que destapó sus carencias y acabó cayendo por 0-2 contra el Tenerife. Con el choque decidido, desde la grada de animación surgieron los cánticos de "directiva, dimisión" que en un segundo momento fueron seguidos por más sectores del estadio y a los que se dio continuidad con "¿dónde está el dinero, el dinero dónde está?". En contraposición, tras el encuentro se aplaudió y jaleó a los jugadores que se acercaron a los aficionados en el Gol Norte.

Se exoneró al vestuario y al banquillo, y se apuntó directamente al palco, donde se estrenaba el reducido consejo de administración surgido a raíz de la reestructuración iniciada este verano y que por primera vez encabezaba Fernando Callizo, su presidente y nueva cabeza visible tras la salida al final de la temporada pasada del que era el presidente institucional, Manolo Torres. Su marcha fue el primer movimiento del proceso de reajuste con el que se persigue adecuar la realidad del club a sus actuales reducidas posibilidades económicas. Después, el proceso ha implicado el adiós de jugadores importantes y también medidas controvertidas como la desaparición de uno de los dos filiales femeninos con la renuncia a la plaza de Primera Nacional.

Existía un caldo de cultivo arrastrado desde la segunda vuelta del anterior curso alimentado por el poco atractivo juego, la ya iniciada precaria liquidez y las noticias sobre la posible venta de un paquete mayoritario de acciones que afloró en la primera ocasión que hubo para ello. Y eso que la afición respondió acudiendo al campo en día laborable, a las 21.30 y con un intenso calor. Después de haber mantenido 7.257 abonados, 759 menos que en la campaña anterior, la entrada fue de 5.434 espectadores, cifra superior a la media de entonces.

En el club se reconoce que lo visto en el encuentro estuvo lejos de lo esperado y se defiende que la calidad de la plantilla, aún cuando su objetivo es la salvación, da para mucho más. Se considera importante el apoyo que se le dio al equipo y se quiere hacer un llamamiento a la unidad y a la calma, así como pedir un voto de confianza atendiendo a que el curso acaba de empezar y a que el mercado aún no ha cerrado.

Al respecto, el equipo se encuentra aún en proceso de construcción. Falta por incorporar al menos un delantero, también un extremo izquierdo y mediocentros. Ésta es la posición a la que Ziganda da prioridad y para la que hay apuntados nombres como el de Javi Mier, del Oviedo, o el regreso de Javi Martínez desde Osasuna. También se está a la espera de la llegada de Kento Hashimoto una vez se resuelvan sus problemas burocráticos y de la inscripción de Rafa Tresaco.

Para que todo esto suceda, como señaló la semana pasada el director deportivo Ángel Martín González, primero debe de haber salidas. Sigue sin solucionarse la de Ratiu y también están sobre la mesa otras como las de Soko y Kanté.

La sensación que existe en el Huesca se ajusta a la reflexión que realizó Ziganda tras el partido, "queda mucho por mejorar" y "la buena noticia es que solo es la segunda jornada".

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