La SD Huesca completó este miércoles en la Base Aragonesa de Fútbol su primera sesión de trabajo dentro de una semana más corta de lo habitual. Después de que el lunes empatase a cero en Málaga, el sábado toca visitar al Leganés (18.30), un partido para el que, como ya se ha convertido en norma, en los días previos el foco va a estar puesto en hacer el recuento de los jugadores disponibles. Al igual que tras el 1-1 con el Tenerife, los que habían sido titulares en La Rosaleda se limitaron a ejercitarse en el gimnasio con la única excepción de Mateu, que, aunque se retiró antes del final, trabajó sobre el césped junto a los suplentes, además de con Salvador y Valentín. Ambos han cumplido ya sus respectivas sanciones y estarán a disposición de Ziganda en Butarque.

Las dudas sobre Joaquín y Carrillo, que también fueron baja el lunes -en sus casos por problemas físicos- se mantienen. Los dos entrenaron al margen. Carrillo de forma más intensa que Joaquín. El delantero se ha perdido los dos últimos compromisos por unas molestias en la parte posterior del muslo y el extremo ha cumplido ya un mes en el dique seco durante el que, a un esguince de tobillo se le unió un percance en la rodilla derecha que le hizo lucir la semana pasada un vendaje que ya no necesita.

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Andrés, Javi Martínez, Rubén Pulido, Sielva y Miguel, junto a Anglada, una vez finalizados sus ejercicios en el gimnasio asistieron al partidillo que estaban realizando sus compañeros, incluidos los canteranos Diego Aznar y Manu Rico. Tratando sus molestias se quedaron Ratiu, Jorge Pulido, Timor, Obeng y Juan Carlos. El gallego presenta un esguince en la clavícula debido a un golpe ante el Málaga, pero confía en que pueda estar solventado en un par de días.

El equipo tiene programados dos entrenamientos más antes de viajar a Leganés, desplazamiento que realizará el viernes a primera hora de la tarde.