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Tres puntos para acercarse a las mejores temporadas de la SD Huesca
Si ganan en Burgos, los azulgranas cerrarían una primera vuelta solo inferior a las de los años de los dos ascensos.
El final de la primera vuelta encontrará a la SD Huesca en una situación cómoda, suceda lo que suceda en el partido que la cierra y que llevará a los azulgranas este domingo a Burgos (19.00, LaLiga SmartBank TV). La oportunidad de sumar la segunda victoria a domicilio sitúa a los de Cuco Ziganda ante una perspectiva amable. Terminar con 30 puntos y encarar la segunda parte del campeonato instalados en la zona media-alta; empatar o perder y dejar las cosas más o menos como estaban pero atrapados en una dinámica más que preocupante a domicilio.
En todo caso, el conjunto aragonés, que es 13º, está más cerca del ‘play off’, a cinco puntos del Granada, que del descanso, que mira a una distancia prudencial de nueve, los mismos que le separan de Racing de Santander y Lugo. Ganar le permitiría con toda probabilidad escalar posiciones por encima del ‘top ten’ de la liga. El triunfo le brindaría un alivio estadístico para disfrutar de las vacaciones navideñas con la conciencia de que se está haciendo una de las mejores campañas en la categoría de plata, solo por detrás de las de los ascensos a Primera. Y con 30 puntos, Ziganda cerraría su mejor primera vuelta como entrenador en Segunda División.
La foto fija de la tabla clasificatoria, con esos 27 puntos merced a siete victorias, seis empates y siete derrotas -regularidad casi matemática- es la misma que la del curso anterior, con un encuentro menos. Entonces, en circunstancias bien distintas. La SD Huesca de la temporada 2021-22 arribó al ecuador del curso con 27 puntos pero tras unos meses convulsos: el cese de Nacho Ambriz y la llegada al banquillo de un Xisco Muñoz al que le costó hacerse con las riendas del proyecto. De hecho, la despedida del año fue un triste 0-0 en El Alcoraz con el Alcorcón, colista destacado. También cabe recordar que el tope salarial para armar ese proyecto era más del doble que el actual.
Así, hay que acudir a los años gloriosos para encontrar mejores estadísticas, con una excepción honrosa. No se podrán superar las primeras vueltas de Míchel Sánchez (35 puntos) y de Rubi (40). La SD Huesca de la temporada 19-20, en la que terminaría levantando el título de liga, alcanzó el punto medio como tercera clasificada, mientras que la de la 17-18, que a la postre sería segunda, fue campeona de invierno. Contextos que en este momento aparecen como lejanos. Sin embargo, este equipo está más emparentado con el que en el ejercicio 16-17 alcanzó la fase de ascenso: sumó 28 puntos al cierre de la primera vuelta, los mismos que atesorarían los de Ziganda en el caso de sumar un empate en El Plantío.
La actual SD Huesca mejora en casi todos los demás casos el rendimiento de temporadas anteriores en Segunda con una excepción curiosa. La campaña del debut, la 2008-09, y con Antonio Calderón a los mandos, arrojó un saldo de 29 puntos cuando se alcanzó el ecuador. Un mérito incuestionable para un conjunto recién ascendido que les permitió una travesía muy tranquila hasta el final. Solo ganando al Burgos este domingo se mejoraría ese balance, que en todo caso será superior al de las otras cinco temporadas en la Segunda División que se cerraron con cuatro permanencias más o menos apuradas y un descenso en la 12-13.
Para Ziganda, los 30 puntos supondrían su mejor estadística como técnico en la categoría de plata. Una cifra que no alcanzó en las dos campañas anteriores como entrenador del Real Oviedo: se hizo con 29 puntos en el ejercicio 21-22 y con 27 en el 20-21. Cabe recordar que llegó al banquillo carbayón en febrero de 2020. Tampoco alcanzó estas cifras cuando dirigió al Bilbao Athletic en la 15-16, con el que perdió la categoría y se quedó en los 15 puntos y como colista tras 21 jornadas. El resto de su ya longeva andadura como técnico se ha desarrollado entre Primera y Segunda B.
