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Xisco Muñoz comienza la reconstrucción de la SD Huesca desde atrás

El técnico quiere dotar a los azulgranas de más solidez defensiva y para ello ha apostado hasta el momento por dar la titularidad a Mosquera y por alternativas como el doble lateral.

Xisco Muñoz conversa con Ignasi Miquel durante el entrenamiento del miércoles.
Xisco Muñoz conversa con Ignasi Miquel durante el entrenamiento del miércoles.
Verónica Lacasa

Xisco Muñoz ha comenzado a edificar su SD Huesca como dicta la lógica, desde los cimientos. Es decir, desde la defensa. Dentro de una categoría en la que la pelea está servida en cada encuentro, el técnico quiere que sus jugadores recuperen la confianza y que se sientan seguros atrás para proyectarse al ataque después. Para ello, sin llegar a trastocarla por el momento del todo, está modificando la forma de jugar que había impuesto su predecesor, Nacho Ambriz. Se busca un fútbol más directo y sencillo que ya está teniendo su reflejo en los números. En los dos empates a uno cosechados hasta el momento con el balear, el del Amorebieta y el del martes con la Ponferradina, se cedió el control de la posesión con un 47% y un 45%, respectivamente, algo que en las doce jornadas anteriores solo había sucedido en dos ocasiones, si bien en el último caso hay que tener en cuenta que desde el minuto 68 y hasta prácticamente el final los oscenses jugaron con uno menos a raíz de la expulsión de Mateu.

En El Toralín, Xisco quedó especialmente satisfecho de lo hecho por los suyos en la primera parte, 45 minutos en los que sus rivales, un conjunto instalado en la zona alta de la tabla, tan solo generaron una ocasión clara, un tiro a la media vuelta de Sergi Enrich que Andrés desbarató. Para acometer el partido, el entrenador preparó una alineación en la que volvió a situar por delante de la defensa a Mosquera. Más allá de estar o no acertado, el pivote gallego ha ganado en protagonismo tras el relevo en el banquillo siendo titular en los dos últimos encuentros, condición de la que antes solo había gozado en tres ocasiones. Además, el ex del Watford también colocó sobre el campo a los cuatro jugadores con los que cuenta para los laterales. Dio la derecha a Buffarini y Ratiu, que ya habían coincidido en otras ocasiones aunque de inicio solo en la visita a Las Palmas, y la izquierda a Miguel y Mateu, mucho más acostumbrados a coordinarse.

Más allá de algún fallo puntual, mientras el número de jugadores estuvo equilibrado, el Huesca estuvo seguro y la Ponferradina, incómoda. De hecho su entrenador, Jon Pérez Bolo, decidió sustituir en el descanso a sus dos mediocentros.

Cuestión diferente está siendo la creativa. La producción ofensiva de los azulgranas sigue sin repuntar. El martes solo dispararon seis veces, la mitad entre los tres palos. La cifra es la tercera más baja de la temporada tras los cinco remates realizados en la derrota por 3-2 con el Lugo y los cuatro del 0-0 con el Fuenlabrada.

El Huesca no marca con el balón en juego desde la victoria con el Girona (1-3) a la que siguió un empate a cero con el Málaga. En el 3-1 en Burgos que le costó el cargo a Ambriz el tanto de Salvador llegó tras un saque de falta, el del Amorebieta fue en propia puerta y el de la Ponferradina lo transformó de penalti Seoane ya en el añadido.

Con Xisco, Escriche, antes siempre titular, se ha visto obligado a salir desde el banquillo mientras que Gaich formó en el once con el Amorebieta y Pitta en ElToralín. Ninguno ha conseguido tener especial incidencia en el juego. Cuestionado por ello el martes, el técnico destacó el desempeño de los tres delanteros atrás. “Han sido los primeros en dar dirección a la presión y es importante para el grupo, a partir de ahí los goles llegarán”, expresó deseando una evolución que persigue que sea análoga en el resto de líneas. 

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