Pieles azulgranas entre el Barça y la SD Huesca

Las diferentes pieles que mostró la SD Huesca hasta el nacimiento en 1960 del club hoy en vigor presentan en común los colores azul y grana. Una vestimenta adoptada ya en 1922 por los fundadores del entonces denominado Huesca Fútbol Club debido a su afición por el el FC Barcelona. Casi un siglo después, este lunes a las 21.00, volverán a enfrentarse en el Camp Nou y en este tiempo han sido muy pocos los futbolistas que han lucido ambas equipaciones. Solo tres, si se atiende a aquellos que llegaron a la primera plantilla blaugrana: Moreno, Mario Rosas y Sandro Ramírez, este a las órdenes de Pacheta en la actualidad.

Muchos más nombres presenta la lista de quienes crecieron en las categorías inferiores y, en un momento u otro de sus carreras, desembocaron en El Alcoraz. Sin ir más lejos, es lo que sucede ahora con Sergio Gómez y Rafa Mir, cuyas trayectorias se bifurcaron en un punto que cortó sus progresiones en uno de los clubes más prestigiosos del mundo. No ocurrió así con Sandro. Firmó a los 14 años y su escalada comenzó en el cadete hasta desembocar en el FC Barcelona, con el que debutó en agosto de 2014 marcando el gol del triunfo en Villarreal. En sus dos temporadas, y con una competencia extraordinaria, no gozó de continuidad y emigró al Malaga para mostrar su mejor fútbol hasta la fecha.

La historia del delantero canario, pendiente de llegar en condiciones al Camp Nou, presentó otro hito curioso con el gol que marcó a la SD Huesca en la vuelta de la eliminatoria copera del curso 2014/15. El primer partido oficial en el coliseo blaugrana se saldó con un 8-1 del que Sandro también formó parte sin sospechar lo que sucedería apenas un lustro después. En ese tiempo, Sergio Gómez iniciaba su desarrollo en las categorías inferiores del Barça para destacar pronto en el conjunto cadete y Rafa Mir coleccionaba goles en la cantera del Valencia después de su breve paso por La Masía.

El ejemplo de Mario Rosas es el de otro de esos nombres que frustraron las expectativas generadas. Incorporado a la SD Huesca en enero de 2012, como parte de la revolución invernal con la que se ató entonces la permanencia en Segunda División a las órdenes de Quique Hernández, se le había rescatado del fútbol indio. Para entonces ya había jugado en siete equipos diferentes desde su salida del Barcelona. Coetáneo de Xavi Hernández, el mediapunta andaluz debutó con el primer equipo en la última jornada de la temporada 98-99, con Louis Van Gaal en el banquillo. No volvería a enfundarse la blaugrana y el resto de su carrera se desarrolló entre altos y bajos hasta su retirada en La Roda.

El tercer ejemplo obliga a meterse en la máquina del tiempo y retroceder hasta 1949. Tomás Hernández Burillo, al que todos llamaban Moreno, era un interior zurdo zaragozano de 19 años que firmó junto a su hermano Julio con la entonces denominada Unión Deportiva Huesca. Fue pieza clave para el ascenso a Segunda División y su rendimiento en aquellas dos campañas, hasta 1951, llamó la atención de todo un FC Barcelona para el que jugaría cinco campañas en las que marcó 39 goles, coleccionó varios títulos y pasó a la posteridad como parte de la delantera a la que cantó Serrat en ‘Temps era temps’: "Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón".

Moreno ha sido, hasta la fecha, el único internacional absoluto que un día había pertenecido al Huesca en propiedad; lo fue también un Paco Buyo que, a diferencia del zaragozano, era del Deportivo de La Coruña y jugó cedido en la 78-79. Se retiró en el Arenas y falleció de forma prematura, a los 51 años.