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La SD Huesca reta a un Real Madrid en cuadro

Los azulgranas reciben al coloso blanco, que suma ocho bajas, en plena ola de confianza tras la gran victoria de Valladolid (16.15, Movistar LaLiga).

Vavro, en su primer entrenamiento, Mir, Siovas, Doumbia y Okazaki.
Vavro, en su primer entrenamiento, Mir, Siovas, Doumbia y Okazaki.
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Qué mayor estímulo para un equipo al alza que la visita de todo un Real Madrid. La SD Huesca se encuentra cómoda en su nueva piel, con el abrigo con el que la ha arropado Pacheta en apenas tres semanas, y en Valladolid alcanzó el primer hito. Esa victoria le ha restituido la confianza perdida y le pone en situación para enfrentarse a otro gigante del fútbol mundial. Dos clubes lejanísimos en su concepción que se ponen este sábado frente a frente en El Alcoraz (16.15, Movistar LaLiga), en plena subida los unos y alicaídos los otros, con ocho bajas en total. En busca de una sorpresa de calado planetario, los oscenses afrontan una oportunidad para que su autoestima se multiplique por mil y para lanzar un nuevo y temible mensaje a sus rivales directos.

En tres partidos, el efecto Pacheta se ha ido asentando de forma secuencial. Derrota en Getafe, empate con el Villarreal y el triunfo de Pucela. En el José Zorrilla brilló la versión más depurada de lo que ha de ser este Huesca, contundente en defensa y letal en ataque con el ‘hat trick’ de Rafa Mir. Y eso que llegaba agarrado con alfileres debido a las numerosas bajas. El discurso del burgalés se mantiene potente y se refleja sobre el terreno de juego, la mejor noticia para un colista que no se siente acomplejado de serlo ni teme al equipo de Zinedine Zidane. Hace un mes pasó por la ciudad el Barça de Leo Messi y el equipo se hallaba a las puertas del patíbulo. Muy diferente en lo anímico se presenta el duelo con los blancos.

No es el Madrid temible de antaño, pero lo mismo se pensaba en la primera vuelta y el paso por Valdebebas se cerró con goleada (4-1). Y por pura estadística, es complicado que pierda dos partidos seguidos tras su tropiezo de la pasada jornada con el Levante. El Huesca contrapone moral, como la del Alcoyano que eliminó a ambos de la Copa del Rey, y la recuperación escalonada de efectivos. El Huesca se ha tatuado ya un esquema, el de tres centrales y dos carrileros, tan diferente al idioma que se hablaba con Míchel Sánchez como eficaz. Y aprendido en un tiempo récord bajo la batuta de Pacheta, que tendrá su primer duelo como técnico ante el mejor club del siglo XX y lo que se lleva de XXI.

Sandro Ramírez se ha reintegrado a la dinámica del grupo, pero sigue siendo duda porque el entrenador no quiere forzarle, y Ontiveros vuelve tras cumplir un partido de suspensión. En general, el Huesca suma potencia de juego después de que Rafa Mir se llevase los justificadísimos elogios por su partido en Pucela. Pacheta tiene más donde elegir para acompañar al murciano; un nombre será el escogido si es que vuelve a optar por el trío de centrocampistas formado por Doumbia, Mikel Rico y Seoane ante la nueva ausencia por lesión de Pedro Mosquera. También vuelven Juan Carlos Real una vez que ha superado la covid-19 y a falta de que también lo consiga Pablo Insua, y Luisinho.

Atrás, los nombres de los zagueros y los carrileros parecen inamovibles. El papel de Maffeo y Javi Galán cobra una especial relevancia en este esquema y lo demostraron en Zorrilla. Los azulgranas tienen claro por dónde buscar las cosquillas al Real Madrid: ganar supondría, más que un golpe sobre la mesa, un movimiento sísmico.

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