La SD Huesca busca una victoria balsámica para cerrar el año

La SD Huesca se volvió a vestir de gloria en el año más difícil y desea un cierre a la altura. Lo termina lejos de casa, junto al mar, un 30 de diciembre que promete frío y lluvia. Los azulgranas quieren llevarse los tres puntos y acariciar la certeza de que pueden ganar a cualquiera en Primera División. Las sensaciones deben dejar paso lo tangible. Aguarda en Balaídos (19.15, Movistar LaLiga) un Celta al alza, que ha pasado en pocas semanas del desahucio al desahogo. Que ha conseguido lo mismo que persiguen los de Míchel Sánchez: encadenar triunfos para sacudirse los problemas.

Unos problemas que están a la vista y se resumen en uno: solo ha alcanzado para ganar una vez en 15 jornadas. Sí llega para empatar mucho, tablas a las que el Huesca se agarra para no verse hundido. Pero no basta. La ausencia de una regularidad castiga a los de Míchel Sánchez, a falta de administrar mejor los minutos finales y las acciones a balón parado que arruinan a menudo los prometedores puntos de partida. El mismo bloque es capaz de dejar escapar un 1-3 en Granada, de ganar con oficio al Alavés y doblar la rodilla en Bilbao por esos intangibles tan presentes en la máxima categoría.

Míchel se marcó el objetivo de rondar los 20 puntos al final de la primera vuelta y para ello se deben sumar ocho en los cuatro partidos que restan con Celta, Barcelona, Betis y Getafe. Un reto que puede volverse en contra si no se cumple. Más asumible si se empieza venciendo en Balaídos. Allí comparecen los azulgranas de nuevo sin Sandro Ramírez.

La ausencia del delantero canario iba para anecdótica y con este serán cuatro encuentros fuera. Mala noticia cuando se trataba del futbolista más emergente del plantel y había completado una exhibición en Los Cármenes. Se trata de una baja sensible que vuelve a plantear el interrogante: ¿Okazaki, Rafa Mir o los dos? El japonés ha sido titular en las tres últimas jornadas y el murciano ha partido desde el banquillo, posiblemente un lujo que el Huesca no se puede permitir. En todo caso, el jugador más desequilibrante de los últimos encuentros es Javi Ontiveros.

El andaluz marca diferencias. Hizo el gol del triunfo al Alavés y marcó de penalti al Levante. Más allá de los concreto, ha pasado en unas pocas semanas de la lupa de la sospecha a la condición de asidero para abrir los partidos. No se discute su inclusión en el once, con Ferreiro por la derecha o los dos puntas. Menos dudas aún hay en la defensa y el centro del campo, que apuntan al continuismo. Pulido regresará tras cumplir un partido de sanción y debe quedarse en la nevera por el mismo motivo Pablo Insua. Míchel Sánchez tampoco puede contar con Pablo Maffeo y Antonio Valera.

El Huesca se mide al Celta, que es lo mismo que decir que se enfrenta a Iago Aspas. El príncipe de las bateas aglutina el potencial ofensivo de los celestes con ocho goles y cinco asistencias; es decir, que ha participado directamente en 13 de los 20 tantos de un equipo que prescindió de Óscar García tras nueve jornadas y con el argentino Eduardo Coudet ha sumado 13 puntos de 18 posibles. Los celestes se han instalado en la plácida zona media y recuperan al lesionado Santi Mina. Faltan Sergio Álvarez, Juncá y Vázquez. Más madera para un rival temible y un escenario donde los azulgranas ya sufrieron a Aspas con su doblete hace dos temporadas (2-0). Y asoma Messi.