SD Huesca

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Míchel, un entrenador cercano y ambicioso para la SD Huesca

El exazulgrana Chechu Dorado destaca del nuevo técnico de los oscenses que "siembre busca que su equipo sea protagonista sobre el campo".

Rubi y Míchel Sánchez se saludan en la visita del Rayo Vallecano a El Alcoraz en la 2017-18.
Rafael Gobantes

"Es un entrenador cercano y con las ideas claras". La trayectoria de Míchel Sánchez, el técnico que comandará a la SD Huesca la próxima temporada, como primer entrenador dentro del fútbol profesional está muy ligada a la de un exazulgrana, Chechu Dorado. No en vano, el preparador madrileño y el defensa andaluz han coincidido durante buena parte de los 86 partidos a los que se circunscribe la experiencia del primero en los campos de Primera y Segunda División. El cordobés, que defendió el escudo de los oscenses entre las campaña 2007-08 y 2009-10, ya formaba parte de la plantilla del Rayo Vallecano cuando Míchel sustituyo a Baraja en la 2016-17 y éste aún no había sido destituido cuando el central se enroló en su actual equipo, el Real Zaragoza, durante el pasado mercado de invierno.

"En la primera charla que nos dio ya me sorprendió", explica Dorado. "Estábamos en una situación delicada y el planteó el partido de una forma decidida y valiente", rememora haciendo referencia al Getafe-Rayo con el que tomó la alternativa al frente de los de Vallecas el que ya era toda una leyenda vestido de corto para el club de la franja roja después de haber defendido su camiseta durante 17 temporadas. El equipo se encontraba a un punto del descenso a Segunda B tras 26 jornadas y él saltaba desde el juvenil A. El resultado fue de 1-0 y la primera victoria no llegaría hasta el cuarto intento. Sin embargo, acabaría logrando la salvación.

"Fue ayudante de Paco Jémez y, aunque no es tan radical, sí que mantiene una filosofía de juego en la que le gusta que su equipo siempre sea protagonista independientemente de que actúe como local o visitante y en la que se le da un buen trato al balón", comenta Dorado, quien ejemplifica con las funciones que solicita a los defensas: "Quiere que participemos en el juego de ataque desde atrás y nos da confianza si cometemos algún fallo".

En la segunda campaña con el Rayo llegó su gran éxito hasta la fecha, el ascenso a Primera División. "Hubo cambios en el equipo y tuvimos que acoplar a los nuevos jugadores, llegamos a estar a once puntos de distancia con el Huesca, que marchaba líder, pero al final Míchel dio con la tecla en cuanto a qué jugadores debían entrar en el once y acabamos la temporada primeros", describe. En la que acaba de terminar, en la que básicamente ha empleado dos dibujos tácticos, primero un 4-1-4-1 y después otro con tres centrales y dos carrileros, acabó siendo destituido tras 28 jornadas. Su sustituto fue precisamente Jémez, que no pudo evitar el descenso. "Nos costó arrancar y cuando encontró la fórmula para obtener resultados quizá ya era tarde", lamenta Dorado. No en vano, tuvo que dejar Vallecas cuando el equipo era penúltimo y tras siete derrotas consecutivas. Sumaba entonces 23 puntos, seis menos que el Valladolid, conjunto que marcaba la salvación, y de ellos, trece los había obtenido entre las jornadas 17 y 21 cuando engarzó cuatro victorias y un empate.

Míchel colgó las botas en 2012 tras una larga trayectoria. Su primer encuentro con el Rayo fue a los 18 años en Primera División y después también vistió las camisetas del Almería, el Murcia y el Málaga. "No hace mucho que dejó de ser futbolista y eso se nota", señala Dorado, quien apunta que "suele participar en algunos ejercicios de los entrenamientos como los rondos como si fuese uno más". "Está pendiente del jugador", recalca.

Al aparecer las primeras informaciones de que Míchel podía recalar en el Huesca, el defensa le envió un mensaje. "Le dije que iba a ir a un club en el que iba a estar a gusto", desvela.