sd huesca 3 - 3 celta

El Huesca suma un punto que sabe a poco

Tras remontar los azulgranas se tuvieron que conformar con el empate y la salvación sigue a siete puntos.

El empate supo a poco, pero no precisamente por insulso, sino por todo lo contrario. Si algo no faltaron en el SD Huesca-Celta fueron emociones: nervios, temor, esperanza, alegría, desilusión... Que la SD Huesca tiene una fe inquebrantable se sabía, que cada punto que suma le cuesta sangre, sudor y lagrimas, también.

Frente al Celta, un rival directo por la permanencia, en un partido calificado como el más importante de la temporada, se mascó la tragedia, se tocó con una mano y tres dedos de la otra la victoria y hubo que conformarse con las tablas. Después de ir perdiendo 0-2, los azulgranas se colocaron con un 3-2, que acabó siendo un 3-3. La salvación sigue a siete puntos y restan ocho jornadas. El resultado habrá que hacerlo bueno el domingo derrotando al Levante. Pensar en otras opciones no es posible porque cada vez quedan menos vagones del tren de la permanencia a los que subirse.

Antes de que todo diese comienzo llegó una buena noticia, casi tres meses después de la última vez que se vistió de corto, Gonzalo Melero regresó a una convocatoria una vez superados sus problemas en el pubis. Ya lo había dicho Francisco días atrás, aunque no jugase, su sola presencia junto a sus compañeros ya era todo un estímulo. El técnico almeriense, de vuelta a su hábitat natural del banquillo, tras los dos encuentros obligado a presenciar el fútbol desde una cabina a causa de su expulsión en Getafe, optó por repetir el once que plantó en el Bernabéu. Yangel Herrera volvió a ocupar el carril diestro a pesar de que Ferreiro estaba disponible tras cumplir su partido de sanción y arriba Chimy, con nuevo ‘look’ y Cucho formaron la dupla en ataque. De nuevo se buscaba la movilidad electrizante de los dos ‘cancheros’ para menear la zaga celeste.

El partido arrancó con ritmo, quizá con demasiado ímpetu por parte de los oscenses, que se desordenaban y permitían el avance rápido de los celestes. Los gallegos primero lo intentaron con balones altos y largos, y después se dieron cuenta que por el prado podían generar daño. En el minuto once llegó su primer aviso serio con un gol que le fue anulado a Maxi Gómez por fuera de juego. Ni cinco minutos después, esta vez sí, la diana subió al marcador. A raíz de una pérdida de balón de Herrera por la derecha, los visitantes se presentaron en manada ante la meta de Santamaría, que acabó siendo batido sin nada que hacer por Brais Méndez, que prácticamente a continuación, y tras ver una tarjeta amarilla por regresar al terreno de juego antes de que el colegiado le diese el permiso cuando estaba siendo atendido por los servicios médicos de su equipo, fue sustituido lesionado por Boudebouz.

La tensión era palpable en los dos equipos con entradas y acciones duras fruto de las altas pulsaciones que generaban lo mucho en juego. Pulido fue el primer amonestado en las filas locales por hacer volar a Iago Aspas.

El equipo necesitaba encontrar soluciones y Francisco optó por repoblar el centro del campo en un cambio táctico que llevó a Pulido y Cucho a la derecha, devolvió a Yangel a la medular y retrasó a Musto. Así se ganó más poso a la hora de amasar el balón y se empezó a llegar con más intención a las inmediaciones de la meta guardada por Rubén Blanco. Primero lo intentó Cucho en una acción en la que pecó de individualista y luego Pulido.

Para seguir incidiendo en esta línea, Musto se retiró a los vestuarios y dejó su sitio a Ferreiro. Sí, aún no se había llegado al descanso, pero no había tiempo que perder. En la primera jugada en la que intervino el gallego, apostado en la izquierda, se creó inquietud.

El Celta estaba acorralado y en esas situaciones hay que tener cuidado con las fieras. Bastó un pase en profundidad y una galopada para que Maxi Gómez llegase casi hasta el fondo y soltase un disparo que se fue fuera. Ferreiro amenazó a Mallo, jugueteó con él, lo engañó y finalmente centró. Cucho lo intentó de cabeza, pero no le dio bien. La siguiente intentona se produjo en un saque de falta. Moi Gómez la puso, Mantovani llegó a conectar, pero sin fuerza por lo que Blanco.

Al igual que sucedía en el Huesca con Ferreiro, también en el Celta el hombre que había entrado en juego con el partido empezado tuvo su cota de protagonismo antes del descanso. Boudebouz probó fortuna con un latigazo envenenado que superó a Santamaría y se estrelló en el larguero haciendo respirar aliviado a todo el campo, que por un segundo temió por que la montaña a escalar en la segunda parte doblase su altitud.

El regreso de los vestuarios no pudo ser más esperanzador y familiar. En el lanzamiento de una falta, Etxeita se coló entre las torres gallegas y desvió con la testa el cuero hacia los tres palos. No llegó hasta la red porque el cancerbero estaba bien colocado.

Iago Aspas es el asidero de los vigueses, su gran referente como quedó demostrado en la remontada de su choque anterior ante el Villarreal. El atacante amenazó primero con un lanzamiento directo a balón parado y firmó después el 0-2. El partido estaba más que vivo. Entre una acción y otra Cucho había golpeado a bocajarro con la cabeza y tras el mazazo se encontró con la madera, el rechace llegó a Chimy que tampocó acertó.

Francisco dio entrada a Enric Gallego por Herrera, se le estaba echando de menos, Boufal perdonó el 0-3 y el delantero catalán de los oscenses culminó una acción de Ferreiro y Chimy para recortar distancias. El Huesca empujaba y empujaba y su contrincante periódicamente metía el miedo en el cuerpo con sus aproximaciones.

El comandante lo había estado buscando con insistencia desde el pitido inicial y lo acabó encontrando. Se hizo con la pelota dentro del área, la guardó y aguardó a encontrar el hueco para firmar el 2-2. Restaban veinte minutos todo era posible y la explosión de alegría no tardó en llegar. En una falta lateral, Pulido fue el más listo, era el 3-2.

De mascarse la tragedia, se había pasado a la fiesta y el jubilo. Como colofón Melero, recogió el testigo del ovacionado Ávila. El cuarto gol local parecía más cercano que el tercero visitante, pero una de esas galopadas de los vigueses a falta de diez minutos enfrió el ambiente. Boudebouz logró el 3-3.

El golpe fue duro. Ya en el descuento, a Gallego se le escapó el 4-3 por dos veces. Faltó suerte, pero no los aplausos al equipo al final reconociendo el esfuerzo.

FICHA TÉCNICA

SD Huesca: Santamaría, Herrera (Gallego, 57), Etxeita, Mantovani, Pulido, Galán; Rivera, Musto (Ferreiro, 35), Moi Gómez; Chimy Ávila (Melero, 76) y Cucho Hernández.

RC Celta: Rubén Blanco; Mallo, Cabral, Hoedt, Olaza; Méndez (Boudebouz, 20), Okay, Lobotka. Boufal (Jozabed, 89); Iago Aspas (Emre Mor, 81) y M. Gómez.

Goles: 0-1, min. 14: Méndez. 0-2, min. 57: Aspas. 1-2, min. 63: Enric Gallego. 2-2, min. 70: Chimy Ávila. 3-2, min. 72: Pulido. 3-3, min. 81: Boudebouz.

Árbitro: Cordero Vega (Comité Cántabro). Amonestó a los locales Pulido (24) y Etxeita (54) y a los visitantes Méndez (18), Olaza (50) y Emre Mor (88)

Incidencias: Partido de la 30ª jornada de la Primera División disputado en El Alcoraz ante 6.552 espectadores.

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