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Duelo a todo o nada en El Alcoraz

La SD Huesca recibe este miércoles al Celta de Vigo en un duelo vital para mantener las opciones de permanencia y Francisco realizará cambios (20.30).

Moi Gómez, Chimy, Musto y Ferreiro, durante un entrenamiento de esta campaña.
Moi Gómez, Chimy, Musto y Ferreiro, durante un entrenamiento de esta campaña.
Rafael Gobantes

Sin apenas tiempo para saborear la inolvidable experiencia en el Santiago Bernabéu ni para digerir la derrota, una final llama a las puertas de la Sociedad Deportiva Huesca. Todos los partidos son vitales, se estrecha el margen de error y cada vez queda menos tiempo para remontar. Y el partido de este miércoles con el Celta de Vigo en El Alcoraz (20.30) se señala como de inflexión. Un rival directo que, también en puestos de descenso y a seis puntos de distancia, puede definir el futuro de los azulgranas en la categoría de la que no quieren apearse tan pronto.

El Huesca se juega el ser o no ser. Las cuentas que realiza el club son claras y crudas: hay que ganar, al menos, cinco de los nueve encuentros que restan. El de los celestes ha de ser uno de ellos. Un empate o el ‘2’ supondrían otro durísimo golpe para un equipo que ha acumulado tres derrotas y frenado así la reacción que le llevó a las puertas de la permanencia. A solo tres puntos. Los de Francisco Rodríguez han cumplido un mes sin ganar, desde aquel agónico gol de Chimy Ávila al Sevilla. Es demasiado tiempo para haber tanto en juego.

La del Bernabéu fue una noche agridulce. Al menos, el conjunto aragonés recuperó parte de las virtudes que Francisco le ha inculcado y mejoró la decepcionante imagen mostrada frente al Alavés antes del parón por los compromisos de las selecciones nacionales. La dos salidas ante Getafe y Real Madrid han presentado desenlaces crueles. Lo innegable, que el Huesca mantiene el gen competitivo y un orgullo a prueba de decepciones. Pero algo se ha perdido por el camino.

La dureza de los últimos contrincantes, tres clubes que estarán en Europa o que aspiran a ello, se ha trasladado también al terreno de juego. El Huesca ha recibido ocho goles, los mismos que había encajado en las nueve jornadas anteriores, y ha marcado la mitad. Francisco conserva su fe en el esquema de tres centrales y en el Bernabéu introdujo algunos matices, decisiones técnicas propiciadas en algún caso por las bajas y que podría mantener ante el Celta.

En busca del equilibrio perdido, las ausencias de Miramón y Akapo podrían paliarse de nuevo con el concurso de Yangel Herrera. El venezolano cumplió con buena nota el pasado domingo y ya se ha convertido en algo más que un recurso de urgencia para este puesto. Sin embargo, la vuelta del sancionado Ferreiro tras cumplir su sanción podría darle a Yangel un puesto en el centro del campo junto a Rivera y Moi Gómez. En Chamartín fue Musto quien se encargó de las tareas destructoras y Francisco sabe que no se tratará tanto de correr detrás del balón como de atesorarlo.

Otra pieza que se postula para la medular es Gonzalo Melero. Francisco se ha referido este martes a los jugadores con ganas de aportar en este tramo final de la campaña, un perfil que se adapta como un guante al madrileño. No pudo cumplir (todavía) su sueño de niño de jugar un encuentro en el Bernabéu pero sí ha de contribuir a que el Huesca abroche la permanencia. Ha habido demasiado poco Melero este curso y lo mejor puede estar por llegar.

Dudas en el ataque

El buen papel de Cucho Hernández y Chimy Ávila el pasado fin de semana aviva la impresión de que el equipo puede necesitar su alegría y un entendimiento que data de la campaña pasada para recuperar la exuberancia del gol. Pero al fondo emerge la figura de un Enric Gallego que, pese a no estar encontrando el premio con la asiduidad con que sí lo hizo en el Extremadura, se ha erigido en faro del juego ofensivo desde su llegada. Acaso el Real Madrid exigía un perfil diferente y por ello el catalán perdió sus duelos con Sergio Ramos.

El Celta será otro equipo. Y en su lista destaca con un brillo de otra dimensión Iago Aspas. El delantero representa el celtismo en su esencia más pura. El carácter ganador de un canterano que podría haber triunfado en otras latitudes, como en Liverpool, y prefirió reservarse para casa. Hay un equipo con él y otro sin su concurso. Regresó de su lesión a tiempo la pasada jornada para ser la figura clave en la remontada ante el Villarreal en Balaídos y será la pieza indescifrable en la que más atención deba poner el Huesca.

Los celestes asumen el objetivo de no perder. Fran Escribá, tercer técnico del curso tras Antonio Mohamed y Miguel Cardoso, dará continuidad al equipo que superó la primera final del curso ante el Villarreal, aunque por las características del rival podría cambiar de dibujo táctico para reforzar el centro del campo con Fran Beltrán o Jozabed Sánchez.

La semana azulgrana culminará el domingo ante el Levante y, de manera inevitable, mirando de reojo al resto de rivales directos. El Huesca afronta una prueba de vida que asume con la mayor naturalidad posible pese a su condición de última bala. Para que haya muchos más Bernabéus, la victoria es un imperativo.

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