Dos minutos fatídicos sobre el césped de Montilivi pusieron final a la increíble racha con la que el Huesca llegaba al estadio del Girona. Una llegada por banda de Portu y un penalti convertido por Sandaza, en la siguiente jugada, suponían el punto y final a doce jornadas consecutivas sin perder de los oscenses. El golazo con el que Samu acortó distancias antes del descanso no fue suficiente esta vez. El partido número trece dio la razón a los supersticiosos y se reveló como el número de la mala suerte para los de Anquela, que pese a volver de vacío de la ciudad catalana, se mantienen el puestos de ‘play off’ una semana más, a la espera de que el Tenerife -rival más que directo-, visite El Alcoraz la próxima semana.

La pizarra de Anquela regresó a su cauce habitual, después de verse obligado a modificarla en la anterior jornada. Aguilera y Melero, ya limpios en amonestaciones tras cumplir ciclo de tarjetas amarillas, representaban la única novedad del once del Huesca, recuperando el mando del centro del campo.

Los mediocentros madrileños son sinónimo de equilibrio en el juego oscense, y así lo demostraron ya desde los primeros compases, pese a que fueron los locales los salieron más entonados. Y es que el Girona se plantó en la Montivili con la seguridad de quien juega en casa, pese a que eran tres las derrotas consecutivas en su estadio con las que llegaban a su encuentro, pero se topó con un Huesca con la lección más que estudiada de cómo contrarrestar la peculiar disposición de los de Machín. Así, los de Anquela obligaron al Girona a recurrir a la velocidad de sus carrileros, ante la imposibilidad de construir juego por el centro.

Pese a ello, la primera clara del encuentro llegó por parte de los azulgranas -de verde en esta ocasión-, y Vinícius estrelló en el palo al rematar de cabeza un buen centro de Akapo, cuando no se había cumplido el cuarto de hora de juego. Sandaza también de cabeza dio la réplica al adelantarse a Alexander, pero no encontró los tres palos.

Ese primer remate sobre la portería de Herrera espoleó al conjunto local y el campo pareció caer hacia la meta del Huesca. Las internadas de Cifu hacían sufrir al conjunto azulgrana, que apenas logró sacar un desviado lanzamiento de Akapo desde fuera del área como prueba de vida de medio campo hacia arriba.

Cuando el paso del tiempo parecía favorecer al Huesca, que se había recompuesto tras minutos de encadenar llegadas locales por banda, apareció Portu para clavarles la lanza en el costado. El atacante aprovechó una llegada tardía de Carlos David y le ganó la posición a Íñigo López para encarar a Herrera y batirlo.

Un instante de duda del meta le impidió llegar a tapar el lanzamiento, y quizás esa sensación de haberle podido dar un poquito más, lastró a Herrera en la siguiente acción, en la que acabó provocando un penalti sobre Sandaza, solo dos minutos después. Si bien, sus compañeros también andaban noqueados por el gol recibido, y el balón les duró poco en los pies tras el saque de centro, propiciando la llegada del Girona que el propio Sandaza acabó remachando desde los once metros.

Dos minutos letales para los intereses oscenses, que enmudecieron al centenar de aficionados oscenses desplazados hasta Montilivi e incluso lograron sentar a Anquela en su banquillo, pero que pareció reactivar a los jugadores azulgranas, que cada vez parece haber interiorizado más el lema de su club, y no quisieron reblar. Fue Samu, desde fuera del área, el que tras librarse de dos jugadores del Girona la puso perfecta allí donde Bounou no podía llegar.

El camino de la remontada

El chispazo del madrileño marcaba el camino de la remontada, y a su equipo le quedaban 45 minutos para alcanzar la luz. Anquela no tardó demasiado en mover su banquillo, ya que el Girona volvió a salir con mucho peligro, dispuesto a matar la contienda. Borja Lázaro sustituyó a Vinícius como refuerzos para un Samu Sáiz que representaba casi el único peligro oscense, pese a cada vez que recibía el balón, la defensa local intentaba encerrarlo.

Por encima de los hombres de ataque, Herrera se alzaba como gran protagonista para su equipo, y salvaba dos mano a mano, el primero de Portu, que la intentaba elevarla por encima del portero, y el otro de Longo, que le obligaba a salir del área para evitar que le encarara. El Girona aprovechaba los minutos de poca seguridad defensiva del Huesca.

Vadillo sustituía a Alexander en busca de más de profundidad, pero no consiguió el resultado, el equipo estaba ya exhausto después del intenso trabajo para frenar el juego interior de los locales. Lo aprovechaba el Girona para intentar matar a la contra, pero Anquela apostó por quemar naves, y sustituyó al central Carlos David por Sastre, retrasando a Aguilera en funciones defensivas.

El equipo se fue arriba, y logró poner algo de peligro en los cinco minutos de descuento, especialmente en una llegada de cabeza de Íñigo que congeló a la grada durante un instante, hasta que Bounou se la llevo al pecho. Pero con el Huesca volcado en ataque, propició una última llegada del Girona, que aprovechó Sandaza para hacer su segundo tanto, y acercar a su equipo a Primera División, mientras que los azulgranas siguen en su objetivo de poder pelear por la misma categoría en los partidos de promoción.

Ficha del partido

Girona CF: Bounou, Cifu, Ramalho, Kiko Olivas, Juanpe, Aday, Pere Pons, Alcaraz (Granell, 63), Portu (Borja García, 66), Sandaza y Longo (Cristian Herrera, 80).

SD Huesca: Herrera, Akapo, Íñigo López, Carlos David (Sastre, 84), Soriano, Aguilera, Melero, Alexander (Vadillo, 67), Ferreiro, Samu Sáiz y Vinícius (Borja Lázaro, 58).

Goles: 1-0, min. 39: Portu. 2-0, min. 41: Sandaza (p). 2-1, min. 44: Samu. 3-1, min. 94: Sandaza.

Árbitro: Jesús Pérez Montero (comité andaluz). Mostró tarjeta amarilla Granell y Sandaza por el Girona, y a Herrera, Melero, Akapo, Carlos David y Aguilera por el Huesca.

Incidencias: Partido correspondiente a la jornada trigesimoséptima jornada de la Liga 123, disputado en el estadio municipal de Montilivi ante 7.220 espectadores. Un centenar de ellos, llegados desde Huesca.