Agapito: punto final

Con todo listo para el traspaso de la propiedad, el máximo accionista vive sus últimas horas como dueño del club aragonés.

Agapito Iglesias, en una junta
Agapito: punto final

A Agapito Iglesias se le ha acabado el tiempo. Descuenta sus últimas horas como propietario del Real Zaragoza. Su situación personal, unida a las presiones, sobre todo de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), que amenazan al equipo aragonés con el descenso administrativo a Segunda B en el caso de que no solvente sus deudas ?algo muy probable si sigue el soriano-, han acabado por doblegar la voluntad del dueño.


Agapito Iglesias se va de inmediato. Y la opción que se encuentra más allanada para hacerse con la propiedad es la que abandera Mariano Casasnovas, con el respaldo de un grupo de empresarios aragoneses. El acuerdo es inminente y pone fin a un culebrón que ha tenido en vilo al zaragocismo en las últimas semanas.


Han quedado en la cuneta la candidatura de Javier Láinez, cobijada bajo un capital alemán que no ha podido concretar, y la opción de la rusa Zolotaya, que se tomaba un tiempo que Agapito ya no tiene.


El desembarco de un nuevo proyecto pone fin a ocho años de mandato del empresario soriano -que se cumplían este mismo lunes, 26 de mayo-, marcados por polémicas, una terrible gestión económica y deportiva y un desprestigio institucional, que ha repercutido en la quiebra de las relaciones con la afición.


La herida más profunda que deja la gestión de Agapito Iglesias ha sido la situación del zaragocismo, hastiado y harto de sus dirigentes, incapaces de gobernar la entidad y dar realce al prestigio del club. Agapito hace las maletas después de ocho años dolorosísimos. La obligación de los nuevos rectores es devolver la ilusióna los aficionaos y el prestigio institucional y deportivo a la entidad.