Aragón y sus doce riesgos potenciales más frecuentes

El nuevo Plan Territorial de Protección Civil de la Comunidad identifica las vulnerabilidades de la región en caso de inundación, incendio o aludes

Obras hidráulicas.
Obras hidráulicas

Inundaciones, seísmos, incendios forestales, olas de calor... La Comunidad está expuesta a una serie de riesgos naturales, tecnológicos y antrópicos –comunes a todas las regiones– que requieren de una respuesta inmediata por parte de los operativos de emergencia. El nuevo Plan Territorial de Protección Civil de Aragón, en fase de información pública, contempla 12 supuestos, identifica las debilidades del territorio y detalla qué hacer en cada caso.


El prepirineo, el Somontano oscense, los montes de Zuera y de Castejón, las sierras de Alcubierre y de Mequinenza o la ibérica zaragozana y la turolense aparecen señaladas como las zonas más conflictivas en caso de incendio forestal. El listado engloba a decenas de municipios, entre los que se encuentran Biescas, Ariño, Calcena, Foz-Calanda, Maella, Fuendetodos, El Frago, Codos, Nueno o Alcubierre, entre otros.


Los núcleos urbanos consolidados como Navardún, Fraga, Sádaba, Frescano, Ayerbe o Bañón presentarían daños "medios o graves" en viviendas, infraestructuras y vías de comunicación en caso de inundación. También se hace referencia a una hipotética avenida causada por la rotura de una infraestructura hidráulica. Llama la atención que solo 29 de las 112 presas o embalses clasificados con niveles de riesgo A y B (los que podrían afectar a núcleos urbanos o producir daños medioambientales importantes o muy importantes) tengan implantados un plan de emergencia específico.


Harina de otro costal son las olas de frío y de calor. El Pirineo central y la depresión del Jiloca, por su carácter continental y su elevada altitud media, podrían registrar mínimos absolutos de 30 grados bajo cero. En el bajo Ebro y los Monegros, por el contrario, el estancamiento de masas de aire cálido de origen sahariano en el fondo de las cubetas podría recalentar el ambiente por encima de los 45 grados, una temperatura extrema que afectaría a la salud de enfermos, ancianos y niños, "especialmente a aquellos que presentan patologías cardiacas y pulmonares".


El cierzo, asociado al corredor del Ebro y a las zonas más elevadas de los sistemas montañosos, es quizá, uno de los supuestos más frecuentes. El documento también hace referencia a los aludes de importantes dimensiones, abundantes en los macizos centrales y orientales más elevados del Pirineo, pero los entornos que concentran un mayor peligro son los que se sitúan a más de 1.500 metros, tienen pendientes de entre 20 y 60 grados y carecen de vegetación.


Los terremotos, por su parte, aparecen ligados a Bielsa, Broto, Fanlo, Gistaín, Plan, Puértolas, San Juan de Plan, Tella-Sin, Torla, Hoz de Jaca, Panticosa y Sallent de Gállego, doce municipios del sector central del Pirineo que, a lo largo del registro histórico, se han visto afectados por fenómenos sísmicos. Se indica, además, que los de mayor intensidad se produjeron en Martes, Castanesa y Used.Químicos en carretera

El transporte de mercancías peligrosas en camión o en tren también aparece en el listado de riesgos potenciales. El gasóleo y la gasolina son las materias más peligrosas y pasan por carreteras como la AP-2, la AP-68, la Z-40, la A-2, la A-22, la A-23, la A-127 o la N-123. Por ferrocarril, destaca el movimiento de gases como el cloruro de vinilo estabilizado o el dióxido de azufre. Completan la lista los riesgos por deslizamientos, colapsos, concentraciones humanas o acciones terroristas.