REAL ZARAGOZA

¿En qué jornada logró la salvación matemática el Real Zaragoza en años anteriores?

El equipo aragonés, sumido en los problemas de elusión de descenso en 7 de las últimas 11 temporadas en Segunda División, no lo conseguirá este año antes de la jornada 39, en el mejor de los casos. 

El zaragocista Ángel y el gerundense Eloi Amagat, en el partido Girona-Real Zaragoza (0-0) de la penúltima jornada de la liga 16-17.
El zaragocista Ángel y el gerundense Eloi Amagat, en el partido Girona-Real Zaragoza (0-0) de la penúltima jornada de la liga 16-17.
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A falta de solo 5 jornadas para que concluya la liga 23-24, el Real Zaragoza está sumido en la pelea por la permanencia en Segunda División, tratando de eludir el descenso de categoría por 7ª vez en las 11 temporadas consecutivas que acumula en este nivel de plata, alejado de la élite. 

Va a jugar este fin de semana el partido de la jornada 38. Será en casa ante el Burgos. Lo empezará con 46 puntos, 5 puntos por encima de la primera plaza en la tabla que supone el descenso el último día, la 19ª, que ocupa el Alcorcón con 41.

Después, en la 39ª, viajará a Oviedo. En la 40ª recibirá en La Romareda al Racing de Ferrol. En la 41ª se desplazará a Santander. Y en la 42ª y última su rival ante la afición aragonesa será el Albacete. 

En la hipótesis mejor, la más favorable al Real Zaragoza, las matemáticas le darán la salvación de modo seguro al término de la jornada 39ª. Para ello ha de ganar al Burgos, repetir triunfo en Oviedo y que la cota actual del descenso, los 41 puntos del Alcorcón, no los superen ni los propios madrileños, ni los tres de detrás,  los que cierran la tabla ahora, Villarreal B (39), Amorebieta (38) y Andorra (37). 

Pero si este supuesto más optimista no se cumpliera, habrá que esperar como mínimo a la 40ª jornada y antepenúltima, no descartándose aún mayor demora según vengan las mezclas de marcadores ajenos del resto de implicados, que son una decena de rivales. 

¿Cuándo logró salvarse en las 6 ocasiones previas?

Ahora, en plena fase de miedos, de miradas constantes al calendario, de quinielas con los simuladores, es una buena ayuda mirar la jurisprudencia que acompaña al Real Zaragoza en estos momentos de zozobra.

Y solo cabe que todos los implicados se armen de paciencia y pulso firme porque en los precedentes se advierte de que pueden quedar todavía algunos días de nerviosismo hasta que se consolide la continuidad un año más en Segunda División y se esquive el fracaso de caer a Primera RFEF (durante años, el escalón inferior se llamó Segunda B). 

Láinez, el más apurado en la 16-17: el penúltimo día

El calvario por la permanencia empezó en la primera temporada tras haberse despeñado el Real Zaragoza de Primera. En el final de la liga 13-14, Víctor Muñoz, llegado de segundas tras la destitución en marzo de Paco Herrera, logró certificar la puntuación vital en la antepenúltima jornada, la 40ª, con un empate (1-1) en la Nueva Condomina ante el Real Murcia, con un gol del chileno Henríquez. Con ese punto y la combinación de duelos directos que había pendientes entre los implicados en la huida del pozo (Lugo, Ponferradina, Mirandés, Jaén y Mallorca) fue suficiente la distancia de 6 puntos sobre el RM Castilla, que marcaba el ras letal.

Tres años después, tras dos campañas en la zona alta (la de la promoción perdida en Las Palmas y la dinamitada en la última jornada con la catástrofe del 6-2 en Palamós ante el descendido Llagostera), el Real Zaragoza se metió en el abismo. César Láinez, tercer técnico del curso 16-17, sufrió de modo profundo para salvar al equipo de la caída fatal y lo salvó matemáticamente en la penúltima jornada, la 41ª. 

Fue aquel 0-0 en Montilivi ante un Girona, que, con ese punto, subió a Primera División por primera vez en su historia. A los dos equipos les coincidió la exigencia para sus causas antagónicas. Con el empate, unos celebraron lo máximo y los otros, el Zaragoza, volvieron aliviados a casa a falta de tan solo 90 minutos de competición. 

Tener el 'golaverage' ganado ante el Alcorcón fue aquel año clave para no llegar a la última jornada con todo por hacer. Esta campaña fue, por ahora, la que más apuros ha pasado el Real Zaragoza. 

Víctor, dos veces Jim y Escribá

En la 18-19, Víctor Fernández llegó por primera vez en este periplo en Segunda a rescatar al Real Zaragoza del hundimiento, al que lo abocaron Idiakez y Alcaraz en la primera vuelta. Al aragonés le cuadraron los números tras la jornada 39, la más anticipada al final del torneo de todos los casos vividos. 

Fue a través de un triunfo por 4-2 sobre el Sporting de Gijón en La Romareda, con doblete de Álvaro Vázquez y apoyos goleadores de Papunashvili y Gual. De nuevo, gozar del 'golaverage' ganado sobre el Rayo Majadahonda, permitió hacer buenos los 9 puntos de ventaja sobre los madrileños, que estaban en el escalón 19º a falta de 3 jornadas.

En la 20-21, el año pos pandemia y aún con el amargor de haber dejado escapar la promoción ante el Elche, después de haberlo hecho con el ascenso directo en aquel final caótico de la temporada del toque de queda, el estado de alarma y el fútbol cada 72 horas en pleno verano, fue Juan Ignacio Martínez Jim el que se vistió de mesías. Heredó,  del paso anterior de Rubén Baraja  e Iván Martínez, el mayor desastre hasta ahora vivido.

Tras una remontada histórica y épica, Jim ajustó el álgebra en la jornada 40, con una victoria por 3-0 en La Romareda ante el Castellón, con tantos de Francho, Azón y Tejero, de penalti. Se había llegado ahí con solo 6 puntos de ventaja sobre el Logroñés (19º) a falta de 9 por jugarse. De esa jornada clave se salió con 9 de ventaja sobre el Lugo (nuevo inquilino puntual de ese 19º puesto con castigo) con solo dos partidos por dirimir. 

Fue el comienzo de un cuatrienio negro en el que aún sigue metido el Real Zaragoza del presente. Porque el año posterior se volvió a padecer hasta el final. De nuevo Jim, que repitió experiencia, tuvo que limitarse en la 21-22 a salvar al equipo de bajar a Segunda B. Lo hizo otra vez matemáticamente en la jornada 40, con un 3-3 en el Carlos Tartiere de Oviedo logrado con dos goles de Bermejo y otro de Jair. No lo hizo la jornada anterior porque faltaba por descifrar el 'golaverage' con la Real Sociedad B, que era el rival del último duelo en Anoeta, en la jornada 42 y quien ocupaba la primera posición mortal la semana anterior (49 puntos el Zaragoza por 40 los donostiarras). 

Y el año pasado, aún fresco en la memoria, fue Fran Escribá -relevo de Carcedo al principio del torneo- el que abanderó en el banquillo otro episodio de calculadoras al final del curso para salvar un descenso que se merodeó. Lo obtuvo definitivamente en la jornada 40 otra vez, ganando 2-0 al Cartagena en La Romareda, con goles de Poveda en propia puerta y Bermejo de penalti. 

El resumen de este ejercicio de memoria es que, al menos, el Real Zaragoza no ha llegado nunca a la última jornada, la frenética, histérica e indescifrable, jugándose la vida. No ha vivido esa experiencia vertiginosa que jamás se sabe cómo puede acabar. Esta vez, en el corolario de la 23-24, parece que tampoco sucederá tal cosa y que el resoplido de alivio final llegará antes. A ver cuándo es. 

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