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Pablo Cortés es el jugador número 34 que juega con el Real Zaragoza este año: récord

El equipo aragonés iguala así su registro histórico, consumado en la temporada 2015-16 con Ranko Popovic y Lluís Carreras como entrenadores, y prosigue una dinámica de enormes plantillas en la última década.

Pablo Cortés, en el partido de pretemporada jugado ante el Stade Reims francés en el Pinatar Arena de Murcia.
Pablo Cortés, en el partido de pretemporada jugado ante el Stade Reims francés en el Pinatar Arena de Murcia.
ABEL F. ROS 

Debutó el canterano Pablo Cortés en Leganés el pasado sábado y, con él, el Real Zaragoza sumó su 34º jugador utilizado por el primer equipo a lo largo de lo que va de temporada, que son 37 jornadas de liga y una eliminatoria de Copa. 

Esta cota supone igualar el récord histórico del club en cuanto a futbolistas con presencia en algún partido durante un curso futbolístico. El precedente de 34 piezas registradas en las actas data de la liga 2015-16, cuando al Real Zaragoza lo entrenaron Ranko Popovic en la primera vuelta y Lluís Carreras en la segunda. Fue aquella temporada que acabó con el inexplicado caso de Palamós, la catastrófica goleada por 6-2 encajada en la última jornada ante el ya descendido Llagostera que privó al equipo de jugar la promoción de ascenso a Primera División. 

Las plantillas profesionales, por normativa general instaurada en las grandes ligas europeas y mundiales desde hace tres décadas, tienen un límite de 25 fichas cada curso. Y no siempre se cubren todas ellas. El hecho de que el Real Zaragoza haya alcanzado semejante exceso de participantes en sus partidos oficiales es indicio y denuncia de un mal año en el ámbito deportivo. 

Cuando esta desmesura ocurre es que detrás hay errores claros de planificación, carencias en el rendimiento de muchos jugadores del proyecto primigenio, cambios de entrenadores, lesiones abundantes y, como consecuencia de todo ello, búsquedas de revulsivos en momentos puntuales de la campaña en los que se recurre a la cantera como aliciente o parcheo necesario. Es nuevamente el caso. 

En los casi 9 meses de temporada que ya han transcurrido, los 34 jugadores que han pisado el campo con la camiseta del Real Zaragoza son Maikel Mesa (36 partidos de liga), Aguado (34), Valera (34), Moya (33), Francés (31), Grau (31), Azón (31), Jair (29), Gámez (28), Mollejo (28), Manu Vallejo (28), Sergi Enrich (27), Mouriño (24), Lecoeuche (23), Francho (22), Bermejo (22), Bakis (18), Lluís López (17), Badía (16), Borge (11), Cristian Álvarez (10), Rebollo (9), Zedadka (8), Liso (7), Nieto (5), Poussin (4), Luna (3), Pau Sans (3), Vaquero (3), Terrer (2), Cuenca (1), Raúl Guti (1), Pablo Cortés (1) y Juan Sebastián (1, de Copa). 

Lejos de ser algo anómalo o casual, este fenómeno de la superpoblación del vestuario es la 10ª vez que acontece en las 11 temporadas seguidas que el Real Zaragoza acumula en Segunda División. Por lo tanto, responde a una tendencia, a un método, a una moda, a las hechuras del neofútbol, muy alejadas del clásico mundillo balompédico que imperó durante un siglo anterior a la implantación del macro negocio y la macro industria del fútbol que rige hoy.

El récord igualado pone a esta plantilla a la altura de la referida del curso 15-16, hace 8 ligas. Aquella la compusieron estos 34 protagonistas: Bono, Manu Herrera, Marc Bertrán, Isaac, Rubén, Mario, Cabrera, Abraham, Morán, Wilk, Dorca, Diamanka, Aria Hasegawa, Pedro, Jaime, Hinestroza, Jorge Díaz, Ángel, Ortuño, Jesús Vallejo, Rico, Sergio Gil, Olaortúa, Buenacasa, Tarsi, Kilian, Ortí, Nieto, Dongou, Campins, Culio, Lanzarote, Javi Ros y Guitián

Es paradójico y llama la atención que en tiempos donde la patronal, La Liga, fiscaliza y controla al céntimo el techo salarial de cada club o SAD, donde los dirigentes deberían medir al milímetro los esfuerzos para invertir en futbolistas concretos y solventes, más tendiendo a que fueran menos y no muchos en número, se tienda a repartos y elencos desmedidos. La explicación se sujeta en la inflación del género humano implementada por los representantes, agentes, empresas de representación, directores deportivos, secretarías técnicas y ojeadores ('scouting'), que han conformado un volumen de oferta de futbolistas en los dos mercados existentes (el de verano y el que nació en los años 90 en invierno) que, por seducción económica, dan forma a este esqueleto rebosado de jugadores por plantilla. 

En los últimos 11 años, el Real Zaragoza se ha movido cada torneo entre los 30 y los 34 futbolistas utilizados. A los del proyecto inicial siempre se añadieron entre cuatro y siete en el mercado de enero y algunos canteranos. La única excepción fue la liga 17-18, la de Natxo González en el banquillo, donde solo se utilizaron 25 hombres. 

Ya en las últimas temporadas en Primera, en pleno desmoronamiento del agapitismo, se tendió a un exceso de movimientos de piezas. El año de descenso, 2012-13, el Real Zaragoza alineó 33 jugadores. Pero se venía de tiempos con unos hábitos algo menos exagerados, en los primeros años del siglo XXI, con plantillas que se movieron siempre entre los 22 y los 29 futbolistas. Es decir, entre seis y diez jugadores menos de promedio que actualmente. 

Como ejemplo baste citar que Víctor Fernández, en el primer año de Agapito Iglesias en el mando de la SAD (2006-07), clasificó al Real Zaragoza para Europa con solo 22 jugadores en su plan de viaje. Entonces, eso era lo normal. Pero es que si se hace un retroceso de una década más, a la final del siglo XX, se observa cómo el equipo fue campeón de la Copa del 94 y cuajó una liga sobresaliente (acabó 3º tras el Barcelona y el Deportivo de La Coruña)  con solo 21 fichas usadas. Y, el año siguiente, ganó además la Recopa utilizando 'solo' 24 jugadores

El colofón a este estudio que redondea con nitidez el cambio brutal que ha experimentado el negocio del fútbol lo aporta un breve vuelo por los años 80. El Real Zaragoza que ganó la Copa en la campaña 85-86 y quedó 4º en la liga con Luis Costa lo hizo con 17 fichas. Sí, diecisiete, más la participación de unos minutos en un partido del filial Roca. Y ya el año anterior, el equipo lo había manejado el italiano Ferrari con 19 hombres a su cargo. En torno a la mitad que ahora mismo. 

Y, quede claro, no se trata de que antes se jugasen menos partidos y los calendarios fueran más benévolos. No es así. Al contrario. La Copa del Rey tenía infinidad de eliminatorias, a ida y vuelta, desde el mismo verano. Y aquel Zaragoza, bastante de vez en cuando, pisaba las competiciones europeas. Y la liga era de 20 equipos (38 jornadas). Y existía la extinta Copa de la Liga... 

Es cuestión de enfoque empresarial. El negocio ha cambiado. El flujo de los dineros es diferente y circula por tuberías entonces no conocidas y que hoy son claves de bóveda. Si un entrenador plantease hoy a un director deportivo o a un consejo de administración que solo quiere una plantilla con 16 o 17 fichas profesionales, probablemente no empezaría la liga en agosto. 

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