Real Zaragoza rescata un punto en el minuto 98 ante el Leganés tras un penalti polémico que el VAR concedió

Maikel Mesa igualó el tanto primero de Miguel de la Fuente para el Leganés, un líder al que los aragoneses tutearon y pudieron haber hecho más daño.

Fotos del partido que enfrenta al Real Zaragoza al Leganés en Madrid.
Fotos del partido que enfrenta al Real Zaragoza al Leganés en Madrid.
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El Real Zaragoza rescató un punto en el minuto 98 del partido, muy al final y de penalti, en un partido que estuvo muy cerca de perder después de haber mostrado su dominio y réplica solvente ante el líder Leganés. Fue un epílogo polémico que deja a los aragoneses un paso más cerca de la salvación, con 46 puntos a falta de 5 jornadas.

El equipo zaragocista se encontró desde muy pronto con un formato de partido favorable para contemporizar, para vivir medianamente tranquilos y, de vez en cuando, enseñar las uñas a un líder decepcionante. Está nervioso el Leganés en el último mes. Puede venirle grande el reto del ascenso de no reaccionar a esta mini crisis que vive y que provocó que su público lo silbara y reprochara desde el minuto 20. Fue en cierto modo sorprendente el desarrollo de la primera parte. Fea, espesa, árida de fútbol, lo que hizo flotar al Zaragoza con comodidad en aguas mucho más tranquilas de las esperadas.

Futbolísticamente, los primeros 47 minutos (hubo dos de aumento) no dejaron casi nada. Solo pizarra, táctica, juego de miradas, parsimonia en los zaragocistas, miedos en los locales y casi nada con la pelota en juego. De esas escaseces, las acciones ofensivas culminadas fueron más y mejores por parte aragonesa, aunque parezca raro para cualquier lector que no viese el duelo. Tres opciones de gol malogró el Real Zaragoza por una solo el Leganés. La mayor parte del recorrido del reloj fue un desierto, un espectáculo impropio del fútbol profesional.

Tras un ficticio inicio de los madrileños, que acogotaron a los avispas zaragocistas en los primeros 5 minutos con un par de córneres y un centro cerrado de Juan Cruz que no halló rematador, los de Víctor Fernández se soltaron de medio campo en adelante. Maikel Mesa fue el más ágil filtrando balones -pocos-, con Moya y Aguado más clarividentes que de costumbre. Liso y Azón se movieron al espacio y dieron que hablar a una zaga rival que Borja Jiménez había armado de modo similar a Víctor, con cinco piezas y tres centrales. En el minuto 12, Mesa cabeceó mal una falta lateral y el balón se marchó cruzado en exceso. Y en el 14, en una llegada parecida, Azón remató con la testa un centro de Liso y el balón se marchó a dos palmos del palo lejano, también cruzando el área pequeña ante el susto de la afición local, ya mosqueada entonces.

Al equipo local le cambió los planes la tempranera lesión de su pivote central Neyou, ya lastimado en el minuto 10 y que aguantó solo hasta el 29. Entre una pitada general, el técnico leganense metió al central Arambarri en su lugar, adelantando a Chicco. No gustó que, ante la inoperancia total de un Leganés ciego en ataque, no metiera más metralla con los Raba, Diego García o Djouahra, a quienes había dejado en el banquillo esta vez. El Zaragoza siguió a lo suyo. Con pausa, con poso. Viendo paso a paso que el partido venía con oferta de puntuar en casa del primer clasificado, atascado por los vértigos.

En el 39, ya con el duelo definido, Liso remató mal un buen pase de Aguado en la frontal del área en uno de los varios ataques ligados que armó el cuadro zaragozano. Empalmó defectuosamente el balón, que tenía buena pinta, y se le marchó fuera por bastantes metros. Una pena. En estas, ya en tiempo extra, Arambarri firmó el único remate local en el primer periodo. Tras una falta volcada al área de un inédito y calmado Badía, el rechace corto le cayó al central y su remate duro lo rechazó con apuros el guardameta zaragocista. Ahí concluyó la primera mitad, con esperanzas por ver un buen resultado (que no otra cosa) de este Real Zaragoza que ya toca la salvación con la yema de los dedos. Había padecido la mitad de la mitad de lo previsto.

En el intermedio, el Leganés metió a Raba en vez de Cruz. Y Víctor incluyó a Grau por Aguado, que arrastraba molestias físicas. Azón avisó de nuevo en el 47, con un cabezazo hacia atrás en un saque de banda largo de Gámez, favorecido por el fuerte viento, que paró Conde con ciertos apuros. En el 52, Gámez se encontró un balón a bote a 30 metros y probó con una volea por si sonaba la flauta. Se le marchó muy alta. Pero ahí la noticia era, de nuevo, que dominaba el Zaragoza y el Leganés no había pisado el área aragonesa desde el inicio del segundo tiempo.

Pero era todo demasiado bonito y sencillo para tener un final feliz tan facilón. No está el Real Zaragoza hecho para tanta placidez. Y el Leganés, de la más absoluta nada, se inventó el 1-0. A golpe de líder. Esos bofetones que sueltan los buenos aunque estén dormidos. Realmente, se la comió Badía. En el minuto 57, en un ataque al ralentí de los locales, Raba pudo centrar a placer ante el marcaje lejano de Zedadka y Miguel de la Fuente cabeceó en el primer palo, picado al rincón de abajo. Badía no estuvo certero. La tocó pero no la detuvo. Era parable. Tuvo mano blanda. Gol a su debe.

El Real Zaragoza se vio obligado a asimilar este golpe bajo inesperado. Y tuvo que reaccionar, ya sí sin ese grado de conformismo que daba el 0-0, que no molestaba e, incluso, gustaba hasta aquí si es que no llegaba algo más por alguna gatera del destino. En el 62 Moya rozó el empate. En el rechace de un córner, remató cruzado y raso, encontrándose con un paradón de Conde a una mano. Se le notó una barbaridad al equipo avispa que estaba pasando de un estado de letargo a las prisas de los malos toreros. Se llegaron a creer los chicos del Zaragoza que iban a llegar al minuto 90 sin que el Leganés diese señales de vida en ataque. Error funesto. Es el líder. Y eso nunca es gratis. Además, como se advirtió en la semana, Butarque es campo gafe. Y los gafes lo son siempre hasta que alguien los elimina o contrahechiza.

A falta de 18 minutos, Víctor metió en el campo a Bakis y Valera en vez de Liso y el amonestado Zedadka, nervioso y superado por Raba. Balas nuevas. Por ver si eran de plata o, como todo el año, acreditaban otro día más ser de hojalata. Fue Mesa en el 74 quien probó de nuevo fortuna con un remate desde fuera del área, pero la colgó en la fila 18 del fondo norte de Butarque. El equipo zaragocista iba sumando golpecitos a la guardia alta del líder que, sin embargo, de un solo gancho, había tumbado en la lona a los gualdinegros. En el 76, otro más: Gámez lanzó con el exterior de la bota un chut en el lateral del área cuyo efecto lo llevó fuera, rozando la escuadra lejana. Amagos, amagos y más amagos… pero ni un solo gol. Lo de todo el curso.

La máxima expresión de esa ausencia de pólvora como mal general de este fiasco de temporada se dio en el minuto 80. Moya remató a placer en el borde del área, el balón iba dentro pero respondió Conde con una parada antológica… que dejó el balón muerto a puerta vacía. Maikel Mesa, en carrera, remató fuera. Increíble. La afición leganense no daba crédito ante tal indulto. No se pueden errar goles tan sencillos. Es pecado mortal. En estas, Víctor puso en danza a la delantera de los cero goles en sus alforjas, Bakis y Sergi Enrich, que relevó a Azón. Eso es tener fe, mucha fe.

En una pifia en la salida desde atrás de Lluís López (tuvo al menos tres), Brazanac estuvo en un tris de anotar el 2-0 en el minuto 88. Otro de los males crónicos del curso que asomó la patita esta tarde. Hubo 4 minutos de aumento. Bendito aumento en este caso. Y polémico. Ahí, en un disparo de Valera, todo el Zaragoza pidió una mano del defensor local Sergio González. Pareció clara. El juego siguió casi dos minutos hasta que se paró. Y el VAR llamó a Arcediano a ver la acción al monitor. La histeria fue generalizada en los graderíos, que celebraban casi medio ascenso. El árbitro rectificó y pitó la pena máxima que se había merendado. Maikel Mesa, infalible, batió por raso a Conde cuando el reloj marcaba ya el 98. Su celebración, tras ser foco de las triquiñuelas para ponerlo nervioso de los jugadores y seguidores locales, fue caliente. Y se lió. Cosas del final de la liga. En Leganés les costaba entender que este punto era para el Zaragoza media vida.

Ficha Técnica

CD Leganés: Conde; Miramón (Nyom, 69), Chicco, Jorge Sáenz, Sergio González, Franquesa; Neyou (Arambarri, 29), Cissé, Portillo; Juan Cruz (Raba, 46) (Brazanac, 82) y Miguel de la Fuente (Diego García, 82).

Real Zaragoza: Badía; Gámez (Cortés, 89), Francés, Jair, Lluís López, Zedadka (Valera, 72); Aguado (Grau, 46), Moya, Maikel Mesa; Liso (Bakis, 72) y Azón (Sergi Enrich, 82).

Árbitro: Arcediano Monescillo (Comité Castellano-manchego). Amonestó a Neyou (11), Zedadka (68), Raba (71) y Maikel Mesa (99).

Goles: 1-0, min. 57: Miguel de la Fuente. 1-1, min. 98: Maikel Mesa, de penalti.

Incidencias: Tarde fría y desapacible al sur de Madrid, con 10 grados al inicio del choque (las 16.15), con fuerte viento tras un día de lluvia, a ratos fuerte, que remitió en torno a las 14.30. El césped de Butarque presentó unas buenas condiciones, algo rápido por el agua acumulada. En las gradas hubo 9.800 espectadores, cerca del lleno.  

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