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Miranda y la foto de Cordero: juntos 8 de los 10 fichajes del 'mercado champán' del verano

La confluencia de las múltiples bajas por lesión, operación o selección nacional que afectaron al Real Zaragoza en Anduva provocaron una alineación singular: los 'nuevos' han resultado un fiasco global.

Mouriño y Valera, en una jugada por la banda derecha del ataque zaragocista el domingo en Miranda.
Mouriño y Valera, en una jugada por la banda derecha del ataque zaragocista el domingo en Miranda.
Prensa2

Las casualidades de la vida, las confluencias aleatorias de los acontecimientos, llevaron este domingo pasado a recoger una fotografía del Real Zaragoza en el campo de Anduva, en Miranda de Ebro, que supone la mejor imagen panorámica del verdadero calado del equipo que montó Juan Carlos Cordero, el director deportivo, en el mercado del pasado verano con el objeto de pelear por el ascenso a Primera División. 

Las múltiples bajas que reunió el cuadro zaragocista frente al Mirandés en este punto de marzo de 2024, bien por lesión (Cristian Álvarez, Francho, Mollejo), bien por operación (Nieto, Guti, Borge) o bien por estar con la selección nacional (Francés) provocó una alineación singular en el campo burgalés. 

En el once titular de Víctor Fernández aparecieron 7 de los 10 fichajes que hizo Cordero en aquella restauración masiva de la plantilla que ocupó junio, julio y agosto: Mouriño, Lecoeuche, Moya, Aguado, Valera, Maikel Mesa y Bakis. Y fueron 8 los que terminaron participando en el 0-0 final cuando saltó al campo Manu Vallejo en el cuarto de hora final.

Es decir, de aquel denominado 'mercado champán' (un modo de loarlo, también desde sectores periodísticos, como algo extraordinario en positivo), solo se quedaron fuera de escena en Miranda el portero Poussin -destarifado desde su cúmulo de yerros gruesos y garrafales y, sobre todo, por no aceptar su salida pactada con el Albacete en enero- y el delantero Sergi Enrich, otra pieza autodevaluada enseguida por su propia praxis en sus apariciones en el equipo desde el inicio del curso. Badía, el portero, también es fruto de Cordero, pero su llegada fue en el mercado invernal, tras las navidades... como consecuencia del disparatado resultado de las elecciones en agosto del citado Poussin y de Rebollo para complementar a Cristian Álvarez.

Y esta foto de Miranda, evidentemente, no deja favorecido a Cordero. Al contrario, sale malparado, movido, mal colocado. Los 'nuevos' han resultado un fiasco global, cada uno con sus circunstancias particulares y sus peculiaridades dentro y fuera del césped cada fin de semana. 

El plan de remodelación profunda del Real Zaragoza, una vez acabada la pasada temporada (que era la primera de la nueva propiedad actual), tenía altos vuelos deportivos para el segundo episodio del equipo de gobierno. Bakis, el delantero del millón de euros -alrededor de-, fue la apuesta para el gol. Sergi Enrich, Maikel Mesa, Valera y Manu Vallejo fueron cuatro herramientas más contratadas para el mismo fin, el manido gol, con credenciales bien predicadas en su momento. Para la fábrica de fútbol, en la línea media, el 'champán' trajo a Aguado y Moya, el primero tras tres años de cesión en Andorra y el segundo del Alavés de Primera División. Para apuntalar la defensa se eligió al uruguayo Mouriño y al francés Lecoeuche. Y el futuro de la portería, ante la longevidad natural de Cristian, se depositó totalmente en la cesta de Poussin. 

Mouriño y Valera vinieron patrocinados por el Atlético de Madrid, cedidos en las evidentes y directas sinergias existentes en la cúpula con la entidad colchonera. Lecoeuche y Poussin fueron las 'boutades' de Cordero a través de su vínculo con los grifos del fútbol de Francia en su categoría B. Entiéndase por 'boutade' su traducción literal: intervención pretendidamente ingeniosa, destinada por lo común a impresionar.

A los dos mediocampistas se los seleccionó por su presumible capacidad de mover la maquinaria creativa del equipo, según informes de su pasado reciente. Y a los puntas, Cordero los escogió a peso de goles consumados en su temporada anterior: Bakis había hecho 12 en el Andorra; Maikel Mesa, 8 en el Albacete; Sergi Enrich, otros 7 en el Oviedo; Manu Vallejo, 4 también con los ovetenses; y Valera, 3 en Andorra. Hizo esa operación matemática de sumar (35 goles acreditados en los últimos 12 meses) y transportar al terreno propio, considerando que tenían traslación unívoca al Real Zaragoza 23-24. Este planteamiento algebraico, en fútbol, no sirve. Al cambio, la divisa se ha quedado en solo 11 goles hasta ahora (8 de Mesa, 2 de Vallejo y uno de Valera).

El partido de Miranda y su imagen fija habla por sí solo. Nada ha salido como se previó y pretendió. Estos futbolistas no han mezclado bien, ni entre ellos, ni con los que ya estaban de años pasados. El resultado del cóctel 'champán' es imbebible. No se puede poner en una carta para que lo consuma el público más exigente. Es garrafón, zurracapote. 

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