real zaragoza

Al Real Zaragoza le duele la cabeza

El equipo aragonés ha encajado sus tres últimos goles en el juego aéreo. Cuatro de los siete tantos recibidos con Julio Velázquez se han producido de ese modo.

Entrenamiento del Real Zaragoza
Entrenamiento del Real Zaragoza
Francisco Jiménez

La eficacia defensiva no figura entre las debilidades ni preocupaciones principales del Real Zaragoza, pero en su sistema de protección sí se ha abierto una fisura. Una grieta consolidada desde que Julio Velázquez es el entrenador del equipo: la defensa aérea. El Zaragoza ha encajado de cabeza cuatro de los siete goles recibidos desde que el técnico castellano asumió el mando. Cerrando y acercando la horquilla temporal, el dato aún cobra más significación: los tres últimos tantos sufridos por el Zaragoza se han producido en remates de cabeza del rival. Jon Bautista, en Eibar, profundizó en esa herida, elevándose sobre la defensa aragonesa con un testarazo que costó una derrota.

Ese gol aéreo se agrega a los dos anteriores encajados por el Zaragoza en las semanas más recientes, contra el Eldense y el Levante en acciones muy similares, casi calcadas. En este caso, en acciones de balón parado en saque de esquina y no de juego abierto: golpeo al primer palo y remate rival anticipándose por arriba, Soberón para los alicantinos y Brugui para los valencianos (dos atacantes, además, de menos de 1,80 metros). El Zaragoza de Velázquez, en este sentido, tiene en ese tipo de jugadas un techo de cristal. De hecho, Edgar Badía solo ha encajado, hasta hora, goles de cabeza.

Ya, en diciembre, en el tercer partido de Velázquez, Edu Expósito para el Espanyol marcó también de cabeza tras un centro lateral desde la izquierda de Brian Oliván, una jugada muy similar a la sufrida en Eibar con envío de Tejero y remate de Bautista, aunque desde la banda opuesta. Todos estos tantos han costado puntos.

Ya son cuatro goles recibidos de cabeza desde que Veláquez es el técnico. El equipo solo ha encajado siete tantos en sus diez partidos en el banquillo, pero cuatro han sido de cabeza: un 57% de los goles que le han metido al Zaragoza han sido de ese modo. Como contraste y referencia, el Zaragoza de Escribá recibió solo dos de sus 16 goles (en 16 partidos) en el juego aéreo: un 12%. Así le marcaron Obeng (Huesca) en una acción de centro desde la zona de tres cuartos a la espalda de la defensa y Álvaro Giménez (Racing de Ferrol) en el corazón del área tras un envío lateral de Carlos Vicente.

Esta debilidad del Zaragoza manifestada en la defensa del área en los últimos partidos contrasta con un periodo en el que el equipo está jugando con un central más. Podría atribuirse a una falta de centímetros (ni Francés ni Lluis López son fuertes en esa faceta), pero el Zaragoza también ha encajado con tres centrales y de cabeza con Jair Amador, su mejor defensa en el juego aéreo y las acciones de área propia, en la configuración defensiva: Edu Expósito, Brugui y Soberón lo hicieron con el hispano-portugués en el campo.

Los tres centrales

Los tres centrales -más aún con Lluis López- han permitido al Zaragoza, principalmente, construir mejor su juego. Ha sido una medida más ofensiva que defensiva, en este sentido. Más allá de los centímetros, al sistema de protección de Velázquez aún le faltan ajustes en ese tipo de jugadas, más todavía cuando Badía, inmenso y prodigioso en paradas e intervenciones entre los palos, tiene su talón de Aquiles en el juego aéreo. El Zaragoza posee más gente metida en área defensiva, pero le marcan más de cabeza. Una cuestión delicada en una categoría en la que estas situaciones son habituales.

Varios equipos explotan los centros laterales, los envíos aéreos al área, los saques de esquina y otras acciones de estrategia… Es el tipo de fútbol que más le está costando controlar al Zaragoza de las últimas jornadas: el Eldense incendió el cielo desde la bota y las manos de Marc Mateu; el Andorra a punto estuvo de poner en jaque la victoria con un cabezazo de Scheidler que borró Badía; el Alcorcón también generó inquietud en ese tipo jugadas… El buen nivel defensivo general del Zaragoza -algo ya expuesto en la época de Fran Escribá, pero ahora con un portero eficaz- tiene en el juego aéreo y el blindaje del área propia un punto más de mejora.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión