REAL ZARAGOZA

Cordero trata de dar forma al trueque (o similar) Guti-Bermejo con el Elche

El director deportivo del Real Zaragoza, con su homólogo ilicitano, apuran las últimas horas del mercado invernal para encontrar un punto de acuerdo que satisfaga a ambos clubes.

Guti, el día de su presentación con el Elche (procedente del Real Zaragoza) en 2020; y Bermejo, en un partido con el cuadro zaragocista.
Guti, el día de su presentación con el Elche (procedente del Real Zaragoza) en 2020; y Bermejo, en un partido con el cuadro zaragocista.
Elche CF Twitter/José Miguel Marco

¿Será posible cuadrar el círculo y que, en las próximas 72 horas, Raúl Guti acabe volviendo al Real Zaragoza desde el Elche y, simultáneamente, Bermejo firme contrato con el club ilicitano dejando atrás su etapa zaragocista? 

En ello está inmerso Juan Carlos Cordero, el director deportivo del Real Zaragoza, en las últimas fechas. Ya ha visitado la localidad alicantina recientemente, 'in situ', para intentar avanzar lo más posible dentro de la enorme dificultad que presenta esa operación a varias bandas, digna de maestros del billar de alta escuela. Lo hizo antes del partido ante el Alcorcón, que vivió en el mismo campo de Santo Domingo, y ahí estableció las condiciones obligadas que la SAD propugna en el trato para que la resolución sea positiva. 

Las líneas argumentales del asunto son varias y poco dúctiles. Por un lado, Raúl Guti quiere irse del Elche. Y Bermejo, del Real Zaragoza. Los dos futbolistas ven con buenos ojos partir hacia otros destinos en esta ventana de transacciones futbolísticas de enero, dado que consideran que su tiempo en ambas plazas está concluido. 

Paralelamente, el Elche asiente a que Raúl Guti se vaya, lo mismo que ocurre con el Real Zaragoza respecto de Bermejo, que hace muchos días que es considerado prescindible o de menor rango en el reparto de la plantilla (los minutos de uno y otro en la primera vuelta, escasos y de poco fuste, lo denuncian y justifican a gritos). 

A Raúl Guti le parece excelente la idea de volver a casa, a Zaragoza, de donde se fue hace tres años y medio para dejar 5 millones de euros (en cómodos plazos) en las arcas zaragocistas, entonces tan necesitadas. Y a Bermejo le gusta el destino de Elche, un aspirante al ascenso con pasado reciente en Primera y lugar de enjundia dentro del variopinto panorama de la categoría de plata, tan entremezclada con clubes y destinos sin demasiadas credenciales históricas.

Entonces, ¿cuál es el problema? Porque, a priori, según estas premisas, todo está encarrilado adecuadamente. 

No es así por lo de siempre en la vida desde que se inventó el capitalismo y se expandió por todo el orbe: el dinero. Guti tiene su caché y Bermejo el suyo. El Elche, propietario de los derechos del primero, pretende obtener por su venta (vístase como se vista nominalmente) determinado volumen de euros. Y el Real Zaragoza, que es quien tiene escriturada la propiedad del segundo, está en las mismas: desea recaudar un mínimo de economías por el traspaso (désele la forma que se quiera o se pueda) de su jugador. 

Y un trueque, sabido es, se compone de un intercambio de especies sin más añadidos dinerarios. Lo uno por lo otro y un apretón de manos. Y eso no les cuadra ni a ilicitanos ni a zaragocistas. El Elche aún debe amortizar casi un 40% de esos 5 millones que pagó al Real Zaragoza en el verano de 2020 cuando convirtió Guti en el fichaje más caro de su historia. Dinero que los zaragocistas todavía deben recibir en líquido y que está programado en el tiempo, legalmente, con fechas y cantidades pactadas y firmadas ante notario. Aquí ya surge una dificultad de envergadura elevada. ¿Cómo solventar este lío?

En el otro lado del ring, el Real Zaragoza con Bermejo (al que aún le queda un año más de contrato aparte del actual), sabe que es de las pocas piezas por las que puede aspirar a recaudar alguna cifra importante para sus arcas. De esas que en los balances anuales de cuentas suponen un impulso para el límite salarial del equipo que agradecer. Así está contemplada la figura de Bermejo desde que su mentor, Lalo Arantegui (director deportivo precedente del precedente del actual), considerase a este futbolista como una joya a pulir y a convertir en un jugadorazo de Primera División. 

Por esto, el valor de una pieza y otra es distinto, muy diferente, enormemente dispar según hable el Elche o se escuche al Real Zaragoza. Mal se puede hace un trueque si, en ese intercambio, una de las dos partes (o las dos) tienen la sensación de que lo que dan no es del mismo precio que lo que reciben. Y eso sucede. 

Y, mucho más, si la intención inicial de ambos clubes es que, cuando Guti se vaya del Elche y Bermejo del Zaragoza, haya unas monedas y unos billetes en la bandeja. No solo especie. 

Algo más de 72 horas tiene Cordero (junto con el director general, Raúl Sanllehí) para armar con alguna fórmula imaginativa que haga ver a los dos clubes este asunto como un mal menor y no como una bicoca. Si no es así, es difícil que se alcance un acuerdo. A media tarde de este lunes 29 de enero, en ambos lugares, todavía hay puntos de luz que invitan a creer que es posible que la maniobra acabe en positivo. Guti, hace muy pocos días, dejo su agencia de representación (Arturo Canales) y se alistó con la que está muy cerca del consejero zaragocista Mariano Aguilar. No es asunto menor. 

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