REAL ZARAGOZA

El último capítulo de la primera vuelta para el extraño Real Zaragoza

El equipo de Velázquez, este miércoles frente al Levante, llega a la mitad de la liga y dará paso a 26 días sin partidos y al necesario mercado invernal de fichajes.

Toni Moya y Maikel Mesa, dos de los grandes fichajes del pasado verano, en pleno entrenamiento.
Toni Moya y Maikel Mesa, dos de los grandes fichajes del pasado verano, en pleno entrenamiento.
Toni Galán

En poco más de 24 horas, este miércoles a las 21.00, la parte futbolística del Real Zaragoza, con la plantilla y el cuerpo técnico al frente, iniciará sus vacaciones de Navidad. Habrá acabado a esa hora el último partido de la primera vuelta –y de 2023– frente al Levante en La Romareda, el de la jornada 21, cuyo inicio está fijado a las 19.00.

Atrás van a quedar los primeros cinco meses de un torneo que ha evidenciado un comportamiento irregular y anómalo por parte del equipo. Impecable durante las primeras cinco jornadas, con un pleno de victorias que lo alzaron al liderato y llevaron la euforia de la afición a límites desconocidos durante décadas. Pero deficiente y decepcionante en grado sumo a partir de la sexta estación liguera, con un despeñamiento severo que supuso el despido del entrenador inicial del proyecto, Fran Escribá, la llegada de Julio Velázquez y la asunción de que el plan se ha ido por caminos no deseados y que va a ser complicado reconducir.

Parcial de 12 de 45 puntos

El Real Zaragoza se juega este miércoles ante el Levante, en el último capítulo antes del paso del ecuador de la liga, la marca de una tendencia. Lo que suceda ante los granotas en el estadio municipal permanecerá en el paladar del zaragocismo hasta el 15 de enero, cuando la liga se reanude en Elda (Alicante), en la jornada 22. Esta vez, el parón navideño es enorme. Y definirá con exactitud la posición en la clasificación, que ha evolucionado desde el primer puesto que ostentó el equipo hasta la jornada 6, pasando por una progresiva decadencia sin freno que ha derivado en el 14º lugar que ocupa ahora.

Según sea el resultado ante los levantinistas, el Zaragoza puede pasar la Navidad entre el 9º y el 16º puesto. La horquilla es importante y, visualmente cuando se consume con exactitud el escalón ocupado, de gran repercusión psicológica para todos los implicados en el proyecto.

Lejos quedan ya la efervescencia y los castillos en el aire del primer mes y medio, aquel 15 de 15 en puntos adquiridos en los primeros cinco duelos. Desde que aquello se cortó, el parcial es radicalmente opuesto en sensaciones y evidencias: en las últimas 15 jornadas, la renta obtenida es de 12 puntos de 45 posibles. Desde el 10 de septiembre, el Real Zaragoza solo ha sumado el 26% de las rentas a su alcance. Únicamente ha vencido en dos partidos más.

Velázquez, que fue recibido justo antes de un programa de juego lleno de dificultades, ha logrado mejorar ligeramente la dinámica, con algunos puntos de luz mostrados en pequeñas dosis los días del Leganés y el Espanyol: su récord es, por ahora, de 5 puntos adquiridos de los 16 jugados, un 31% que, no obstante, es igual de insuficiente y peligroso a futuro y pide reparación urgente en rentabilidades y solvencias del grupo.

Cordero: enero, mercado clave

A partir de la noche de este miércoles, como ya sucedió durante el trimestre del verano que unió junio con el final de agosto, el protagonista principal de la vida diaria en el Real Zaragoza va a ser Juan Carlos Cordero, su director deportivo. El ejecutivo murciano tiene ante sí un exigente panorama para restaurar del mejor modo posible su proyecto inicial que, a nadie escapa –y menos a él–, se va a quedar en este parón muy por debajo de las expectativas con las que se creó. Fue un verano con 10 fichajes donde, por primera vez en la última década, se citó la palabra ‘ascenso’ desde dentro del club. Pero no ha funcionado el plan según lo previsto. Es palmario.

En primera instancia, Cordero ha de contar con el estado real de los lesionados Cristian Álvarez, Bakis, Azón, Lecoeuche y Nieto. Sus partes médicos oficiales son borrosos hacia el exterior. Solo dentro se manejan los datos finos que obligan al director deportivo a actuar de determinado modo.

A la vez, piezas como Poussin, Luna y, seguramente, Bermejo, van a pedir salir por distintos motivos. Hay fichajes perentorios: un portero, un lateral zurdo, un delantero goleador, un extremo con desborde, un medio centro con recorrido... Ardua tarea.

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