Jefe de la sección de Deportes de HERALDO DE ARAGÓN

El jugo de la plantilla del Real Zaragoza

A la derecha, difuminado en la fotografía, el nuevo entrenador Julio Velázquez; a la izquierda, el director deportivo Juan Carlos Cordero, junto al médico, Ireneo de los Mártires.
Juan Carlos Cordero, junto al médico, Ireneo de los Mártires, observa el entrenamiento de Julio Velázquez.
Oliver Duch

Cuando Juan Carlos Cordero cerró la plantilla del Real Zaragoza 2023/24 la crítica fue unánime: el director deportivo había logrado reunir a orillas del Ebro a un muy buen grupo de futbolistas. ‘Mercado champagne’, se llegó a decir. 

Lo cierto es que los fichajes ilusionaron: Sinan Bakis, con dos cañones por piernas, venía de ser uno de los máximos goleadores de Segunda División; Marc Aguado, uno de los mejores centrocampistas -si no el mejor-; Maikel Mesa, uno de los tipos con más clase de la categoría; Toni Moya, un profesional con mucho oficio y pimienta en su pierna derecha; Germán Valera y Manu Vallejo, dos de las piezas ofensivas más codiciadas por los aspirantes al ascenso; Santiago Mouriño, un central prometedor y bendecido por el Cholo Simeone…

Allá donde preguntaras, el mundillo del fútbol coincidía: “Ojo con el Zaragoza este año”. Es cierto que los contextos son importantes. Que no es lo mismo jugar en Andorra o en Albacete, con todos los respetos para Andorra y Albacete, que en La Romareda. El estadio municipal encierra un ecosistema especial que resulta ser un arma de doble filo para quienes pisan el césped: impulsa sus piernas cuando las fuerzas fallan y las cosas van bien, pero las hacen temblar cuando la inercia solo es 'regulera'.

Sea por este o por otros motivos, el rendimiento que han dado muchos de estos jugadores en amplios tramos de esta temporada no ha sido el esperado. A Fran Escribá le condenó el hecho de tener mejores jugadores que equipo, lo cual es letal para un entrenador. Ahora, Julio Velázquez tiene por delante el reto de sacar el jugo que encierran algunas de estos futbolistas, y que hasta ahora ha salido a cuentagotas. El técnico debe exprimir la plantilla para demostrar que aquel mercado del verano fue tan ‘gourmet’ como parecía.

Los primeros pasos de Velázquez han sido en ese sentido. Su defensa de tres a permitido descubrir una versión de Mouriño muy mejorada respecto a aquel dubitativo central que sembraba la grada de taquicardias cada vez que le llegaba un balón. Toni Moya ha crecido en el centro del campo, más libre que antes, con Maikel Mesa en ese vértice ofensivo del centro del campo que tanto le gusta. Y Marc Aguado… no alcanza a ser el Marc Aguado que puede llegar a ser, pero comienza a sentir un contexto más favorable para demostrar el tremendo pelotero que es.

Y faltan los lesionados. Cristian aparte, a Velázquez le va a dar mucho juego la entrada en acción a corto o medio plazo de Lecoeuche y, sobre todo, de Bakis y Azón -lo de Nieto va para largo-. Como con buenos resultados se trabaja mucho mejor, una provechosa cosecha de puntos en Lezama contra el Amorebieta y en La Romareda frente al Levante ayudarán a que, ya en 2024, el zaragocismo pueda volver a moverse (maños, moverse) con un poco de ilusión.

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