Si Maikel Mesa luce, el Real Zaragoza luce. Es uno de los distintivos de esta temporada. Recuerden el mes de agosto del futbolista canario, con el equipo subido al liderato, y el ocaso posterior. Analicen su rendimiento en las últimas semanas de Fran Escribá y compárenlo con el que ofreció en los compromisos más recientes, ante el Espanyol y, sobre todo, ante el Leganés.

Él fue el autor del tanto (1-0) que cambió la dinámica ante los pepineros. Y no es casualidad. Julio Velázquez le ha ofrecido un entorno más favorable, acercándolo al área contraria y rodeándolo de más peloteros (Francho, Moya…) con los que asociarse por los espacios interiores.

El lugar de Mesa está en la mediapunta. No escorado en la banda o en campo propio, como, a consecuencia de un Zaragoza desdibujado y a merced de los rivales, jugó muchos minutos durante el mes de noviembre, durante el peor tramo del propio jugador y del cuadro zaragocista.

El mejor Maikel es el que vive cerca del gol, sin que esa sea su responsabilidad. El que aparece desde atrás, en silencio, para aprovechar ese golpeo de balón seco y preciso; esa calidad que está al alcance de pocos futbolistas de esta categoría y que le ha convertido en el pichichi inesperado de la plantilla.

Cuatro dianas suma ya el de Santa Cruz de Tenerife, cuando todavía no se ha alcanzado el ecuador de la temporada. Y eso que, tal y como recordó este miércoles desde la sala de prensa de la Ciudad Deportiva, no vino para ejercer ese rol.

“Es cierto que voy máximo realizador y estoy contento con esas cifras, pero no es mi labor. Aunque con el nuevo míster estoy jugando más adelantado, no soy delantero centro ni esperéis que lo sea. Para eso están otros”, señaló, trasladando la responsabilidad anotadora a los verdaderos ‘9’ que hay en el equipo.

Cambio de chip

Con Azón y Bakis lesionados, y Sergi Enrich relegado a un papel de revulsivo, la segunda línea se está viendo obligada a mirar más a portería. Manu Vallejo anotó la igualada en Cornellá; Mollejo ha centrado su posición para ser un futbolista más vertical e incisivo… Todos están contribuyendo en el renovado Zaragoza de Velázquez, que ha conseguido “cambiar el chip” competitivo.

“Teníamos ganas de darle la vuelta a una situación que se estaba haciendo difícil. La victoria contra el Leganés fue un punto de inflexión y contra el Espanyol se vio un equipo importante; estamos con ganas de continuar en esa línea ascendente”, valoró ayer Mesa, reconociendo que el vestuario atravesó “un bache psicológico” antes de ese triunfo que trajo el cambio.

“Cuando los resultados no llegan, te replanteas todo: si eres buen futbolista, si estás entrenando bien… Se cambió de entrenador y hemos dado un paso adelante. Ahora hay que seguir en esa dinámica”, añadió el isleño, centrado en seguir adaptándose a los nuevos planteamientos de Velázquez.

“Cada entrenador tiene sus métodos. Estoy agradecido a Escribá por el tiempo que estuvo aquí. Ahora ha venido un cuerpo técnico diferente y estoy tratando de adaptarme a un sistema táctico nuevo. He jugado en muchas posiciones y trato de dar lo que se me pide en cada momento”, dijo Mesa, antes de pasar a analizar la visita a Lezama para jugar contra el Amorebieta.

“Sabemos que en una semana hay dos partidos y ojalá consigamos los seis puntos. Es importante sumar para hacer bueno el punto de la semana pasada. Una victoria nos acercaría a la zona en la que queremos estar”, concluyó un Mesa “feliz” con sus prestaciones, al que, evidentemente, le gustaría “llevar más puntos con el equipo y todavía más goles” en su cuenta personal.