Todo en orden en el último entrenamiento del Real Zaragoza en esta semana corta de puentes, los de la Constitución y la Inmaculada. Incluido en ese orden el hecho de que Cristian Álvarez, el portero titular y capitán del equipo, no empezó con sus compañeros el ensayo matinal en la fría mañana en la Ciudad Deportiva (3 grados), al contrario que ha venido haciendo en las dos últimas semanas, alternando ejercicios sobre el césped con el gimnasio. Aún no está del todo bien el argentino para retornar a la convocatoria, pese a que su progresión en los últimos 15 días ha dejado matices positivos. 

Es la segunda lesión muscular en dos meses de la que ha de rehabilitarse el guardameta zaragocista, un rotura en el músculo isquiotibial de la pierna izquierda que terminó por ser se 2º grado. La primera le ocurrió en Andorra, el 4 de octubre. Y la segunda, 15 días después tras reaparecer ante el Eibar, donde sufrió una recaída. Con estos antecedentes, médicos, fisios, técnicos y el propio protagonista quieren asegurarse al cien por cien de que no va a suceder algo similar el día en el que se decida su retorno. Después de prácticamente dos meses de ausencia, ya no es cuestión de correr, sino de tener la convicción de que el músculo ha hecho callo perfectamente. 

A Barcelona, en el AVE matinal que llevará el viernes a la expedición zaragocista para jugar por la noche en el estadio Cornellá-El Prat (21.00), volverán a estar Rebollo, Poussin y el filial Acín, de no mediar novedades inesperadas a menos de 24 horas para ese desplazamiento. 

El resto de la plantilla ha culminado una fase de entrenamientos con el viento de cola favorable que generó la victoria del sábado pasado frente al Léganés, el líder destacado de la liga, por 1-0. Buen ambiente, ruptura de la tensión enorme que se arrastraba desde dos meses y medio atrás cuando la crisis de equipo, bajo la batuta del ya despedido Fran Escribá, se cayó desde el liderato hasta la 14ª posición y un halo de ilusión por poder dar la sorpresa y ser el primer equipo que derrota al Espanyol en su feudo es lo que se percibe día tras día en los ensayos que dirige, cuaderno en mano, Julio Velázquez, el preparador castellano recién llegado.

Todo tiende a la repetición del once inicial que consolidó ese vital triunfo ante los leganenses hace 5 días y, asimismo, el mismo dibujo táctico, con el 5-3-2 inusual en Zaragoza que se estrenó con buenos réditos. Rebollo; Gámez, Mouriño, Jair, Francés, Valera; Francho, Aguado, Moya; Mollejo y Maikel Mesa parte con ese papel de favoritos para conformar el equipo ante los espanyolistas. 

La vuelta al grupo del central Lluís López, una vez cumplidos los dos partidos de sanción por protestar desde el banquillo el día del Huesca, es una alternativa nueva que se le abre a Velázquez. La condición de ex jugador del Espanyol y su veteranía podría ser una baza novedosa en la tripleta de centrales, en su caso en vez de Mouriño.