REAL ZARAGOZA

Molina finiquita su contrato con el Real Zaragoza tras 7 semanas de espera

Juan Carlos Cordero, el director deportivo, culmina así la 'operación salida' del verano en el vestuario del equipo, asunto clave para la remodelación del proyecto ganador. 

Molina, en el último entrenamiento con el Real Zaragoza, llevado a cabo el pasado miércoles en la Ciudad Deportiva.
Molina, en el último entrenamiento con el Real Zaragoza, llevado a cabo el pasado miércoles en la Ciudad Deportiva.
Toni Galán

Manu Molina ha dejado de ser futbolista del Real Zaragoza este sábado 19 de agosto, tal y como estaba previsto y se esperaba desde primeros de julio. El último de los transferibles que faltaba por salir del vestuario, según el proyecto comunicado a principios de verano a todos los afectados, ha firmado su finiquito a primera hora de la tarde y el club ha comunicado oficialmente su adiós. 

El centrocampista onubense, de 31 años, solo ha permanecido en las filas zaragocistas una temporada, la pasada, pues llegó en julio de 2022 como fichaje específico solicitado por el entonces entrenador abanderado del primer curso de la nueva propiedad, Juan Carlos Carcedo, con quien había jugado el año anterior en el Ibiza. Fue, por lo tanto, una contratación a la carta que, por el devenir de los acontecimientos, se devaluó enseguida, pues Carcedo fue destituido pronto a consecuencia de la negativa marcha de equipo. 

La llegada de Fran Escribá en noviembre, un golpe de timón necesario desde la dirección general de la SAD para evitar un hundimiento peligroso en la clasificación, supuso que Molina perdiese fuste en los planes tácticos del equipo y pasó a un tercer plano hasta quedar su aportación en residual. Al final, Molina jugó en 25 partidos, 1.300 minutos, no marcó un solo gol ni dio ninguna asistencia. 

Con la revolución diseñada este verano en el seno del Real Zaragoza, el medio centro andaluz supo desde el primer momento que no entraba en los planes de Escribá y de Juan Carlos Cordero, el director deportivo, que le comunicó la necesidad imperiosa de abandonar la entidad, con la que le quedaba un año de contrato, con unos emolumentos superiores a los 200.000 euros netos, que ha sido necesario abonar mediante un acuerdo no hecho público. Han sido siete semanas de atasco en esta operación, de tal modo que se quedó como la última pendiente hace días. Aun así, todavía llegó a jugar el primer amistoso del verano frente al Aragón (no así el resto de duelos preparatorios), pero enseguida perdió su dorsal '23', que ha heredado Sergi Enrich y no viajó a la concentración de San Pedro del Pinatar (Murcia). 

Molina engrosa el elenco de jugadores con contrato en vigor a los que Cordero a rescindido, de un modo u otro, en los dos últimos meses de mercado: Vada, Larrazabal, Vigaray, Eugeni, Quinteros, Igbekeme y el postrero Molina. 

En el tiempo de vigilia hasta que ha llegado esta desvinculación con el Real Zaragoza, Molina ha tenido ofertas de equipos de Primera RFEF, caso del Deportivo de La Coruña, que no atendió. Y otras del extranjero, la del club mexicano Juárez fue la más reciente y que, cuando parecía que avanzaba en buena dirección, quedó paralizada repentinamente hace 15 días. A partir de ahora, Molina ya es dueño de su presente y futuro inmediato. Y el Real Zaragoza libera otra ficha más y se apresta a cerrar el mercado estival con una o dos llegadas nuevas de aquí al 1 de septiembre. 

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