REAL ZARAGOZA

Escribá advierte: quiere una mentalidad de equipo y "el que piense en el yo se equivoca"

El técnico del Real Zaragoza anticipa que "este año todos van a tener 'funciones' en la plantilla" aunque "unos jueguen al final 40 partidos y otros 17", hecho que es "su problema, su bendito problema".

El entrenador del Real Zaragoza, Fran Escribá, en la rueda de prensa de este viernes previa al estreno liguero con el Villarreal B.
El entrenador del Real Zaragoza, Fran Escribá, en la rueda de prensa de este viernes previa al estreno liguero con el Villarreal B.
Rubén Losada

Empieza la liga este sábado 12 de agosto para el Real Zaragoza, frente al Villarreal B en La Romareda (21.00), y todavía restarán 20 días de mercado estival de fichajes y traspasos. Fran Escribá, el entrenador del proyecto del ascenso a Primera División, entremezcla la responsabilidad de empezar el torneo con una victoria con la ilusión de cerrar la plantilla de una manera contundentemente positiva y solvente. 

Aún le sobra Molina, el único transferible que se ha quedado encasquillado en la plantilla en busca de un destino. Y todavía le faltan un defensa central, un extremo específico y esa guinda, probablemente en forma de otro delantero 'diferente', que el director deportivo, Juan Carlos Cordero, escruta desde hace días en el mercado, que estará abierto hasta el 1 de septiembre. Por eso, en su comparecencia ante los medios de comunicación del estreno del curso ha discriminado dos puntos de vista: el que hace referenca al mero partido ante los villarrealenses y el que se circunscribe a la generalidad del grupo, de nuevo y remozado vestuario que va a disfrutar este año, repleto de caras nuevas y de piezas que han seducido a la afición por su potencial y currículum vitae. 

“En cuanto a las incorporaciones, yo estoy muy contento con la pretemporada en general. Ha sido muy buena, incluidos los jóvenes del filial. El primer objetivo era mejorar la plantilla del año pasado y es obvio que lo hemos conseguido. A partir de hoy, el problema lo tiene el entrenador. Bendito problema. Ahora veo unas soluciones que el año pasado no había”, empezó subrayando el técnico valenciano en el apartado relativo a la conformación del nuevo equipo. 

El preparador levantino es consciente de que la gestión de tantos recursos humanos le va a acarrear dificultades a diario que la campaña pasada prácticamente no existieron. "La temporada es larga y todo el mundo va a tener 'funciones'. Ahora, al principio, es cierto que todos están contentos. El domingo y el lunes habrá alguno que ya no estará tan contento porque no habrá participado o lo habrá hecho poco tiempo. Creo que el ambiente del grupo es extraordinario, estupendo, da gusto entrenaro. Es inevitable que eso suceda y que, al final de la temporada, unos hayan jugado 40 partidos y otros 17. Considero que si en un equipo hay 11 futbolistas que juegan 40 partidos es mala señal. Ellos saben que si la dificultad para jugar derivada de que hay más gente de mucha calidad es mayor, eso es bueno para todos. Los beneficios serán muchos para el equipo. En este equipo no puede haber éxitos individuales, ni para el cuerpo técnico ni para la plantilla. Todo se hace para el beneficio colectivo. El que piense en 'el yo' se equivoca. Y, a fecha de hoy, digo que este grupo, a nivel humano, es de lo mejor que yo he entrenado en mi vida", explicó con cristalina intención. 

Escribá dejó patente su comunión perfecta con el director deportivo, Juan Carlos Cordero, con el que va de la mano permanentemente. “Se han manejado muy bien los tiempos desde la dirección deportiva. Hubo gente de calidad que se incorporó ya antes de empezar la pretemporada, algo importante para trabajar con ellos desde el primer momento. Y, luego, se ha tenido paciencia para esperar a las opciones que queríamos. Hemos traído siempre nuestras primeras opciones, algo de gran valor. No hay ni un solo jugador de los que ha venido que no estuviera entre las primeras opciones. Por el camino, los que han ido viniendo, los esperábamos a todos”, ponderó positivamente Escribá.

A Escribá, como a buena parte de los responsables del club, les chirría nombrar la palabra 'ascenso'. Es como un tabú, un vocablo con aura de gafe. En parte, también, se quieren eludir presiones anejas desde el primer minuto del curso. “No hablamos de ascenso por realismo. Es lógico que la ilusión de la gente se dispare porque hemos mejorado el equipo. Pero nuestro objetivo ha de ser solo ganar mañana (este sábado). El club y la gente es lógico que piensen en objetivos mayores. Pero nosotros no debemos hacerlo. Conocemos la categoría y la dificultad que tiene, lo larga que es. Hay que pensar en hacer una buena temporada, pero paso a paso. Ninguna carrera se gana en el kilómetro 1. Hasta el último tercio de la competición, los objetivos no estarán claros. Todos tenemos ambición en el Real Zaragoza, pero hay que mezclarla con humildad. Si solo pensamos en una cosa no estaremos cerca del objetivo”, indicó al respecto como lema de cabecera para todo el año. 

Sobre lo que aún falta por venir, Escribá no quiso entrar en demasiados detalles. “A Cordero no le pido nada. Me está trayendo lo que siempre hemos hablado desde el final de la pasada temporada e, incluso, aún con la liga anterior en marcha. Ya veíamos las carencias de aquella plantilla y de lo que debíamos mejorar. Su trabajo está siendo excelente. El mercado está abierto y puede haber alguna incorporación más. Pero la plantilla está bien confeccionada a falta de que pueda venir alguno más. Está bien compensada", contestó finalmente ante la pregunta sobre este asunto primordial. Todo va, por lo tanto, viento en popa de puertas adentro del club y del vestuario. 

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