El duelo Real Zaragoza-Las Palmas, de grandes y viejas evocaciones históricas, retrotrae a la mente del zaragocismo más moderno un momento sobresaliente que se dio este mismo curso, en el primer partido de la liga que tuvo lugar precisamente en el estadio de Gran Canaria (empató 0-0 el cuadro aragonés). Fue un paradón descomunal, superlativo, del portero argentino Cristian Álvarez. Plástico, bello como pocos, eficaz, decisivo, lleno de dificultad.

En el minuto 92, cuando el partido ya finalizaba, el guardameta zaragocista llevó a cabo esta intervención prodigiosa que fue captada de modo soberbio por la fotógrafa Sabrina Ceballos y que sirvió para Heraldo de Aragón esa noche de verano, la que unió el 13 con el 14 de agosto, ya sobrepasada la 1 de la madrugada (aquel partido comenzó a las 23.00 hora peninsular). 

La foto es contundente. Perenne en la memoria. De premio. Y viene al caso rescatarla a cuenta del choque entre blanquillos y amarillos en la segunda vuelta que tendrá lugar este domingo en Zaragoza. Cosas de esta liga asimétrica instaurada (que no inventada) por La Liga hace un trienio y que hace que los partidos de ida y vuelta se espacíen de modo aleatorio, a veces, como con los isleños, con casi 9 meses de distancia entre uno y otro. Allí empezó todo y, aquí, casi se va a terminar. 

Porque ha pasado casi toda la liga 22-23 y es muy probable que no haya otra parada como esta en los 407 partidos que ya se han dirimido en Segunda División (podemos incluir, si se quiere, el vagón de duelos de Primera División a este cotejo). 

Cristian Álvarez evitó así el 1-0 que se cantó fallidamente por la afición de Las Palmas en el tiempo de aumento, en respuesta a un disparo desde 30 metros del central local Curbelo que hizo, además, un leve efecto extraño en su larga trayectoria por alto hacia el marco zaragocista. El rosarino se estiró hacia su izquierda, tanto que se quedó en el aire prácticamente horizontal, paralelo al suelo, con el brazo izquierdo estirado por completo, tenso hasta el límite humano. Y buscó por intuición el contacto con la malévola pelota, que iba a abatir al equipo irremediablemente si llegaba a la red, sin capacidad de respuesta por ahogamiento en el reloj. 

Cristian rechazó el chut y dejó, gracias a Sabrina Ceballos, esta instantánea insuperable. Fue contra Las Palmas, a eso de la 1.00 de la madrugada (hora peninsular) del 14 de agosto. Busquen, comparen y, si encuentran una parada mejor, respondan a esta pieza para poder compararla.