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Un Real Zaragoza protagonista en la liga de las expulsiones

Un tercio de los partidos del equipo aragonés de esta temporada no terminaron con los 22 jugadores sobre el campo, exaltando una tendencia que se puede extrapolar a todo el fútbol español. El VAR persigue reducir las acciones violentas. 

Íñigo Sainz-Maza, futbolista del Racing, es expulsado en La Romareda.
Íñigo Sainz-Maza, futbolista del Racing, es expulsado en La Romareda.
Toni Galán

El VAR ha cambiado el fútbol y la forma de concebirlo. Medina Cantalejo, responsable del Comité Técnico de Árbitros (CTA), advirtió a comienzos de curso que esta herramienta iba a hacer especial hincapié en “frenar el juego violento y las lesiones”, y por ahí se ha disparado el número de tarjetas rojas.

Como demostración, la temporada del Real Zaragoza. Un tercio de sus partidos no acabaron con los 22 jugadores sobre el campo. Hasta en 12 compromisos, el cuadro aragonés o su rival se vieron condicionados por las expulsiones, exaltando una tendencia que se puede extrapolar a todo el fútbol español, y que en el tramo final de liga, debido a lo mucho que hay en juego, incluso va en aumento.

De hecho, durante el último mes, el Zaragoza acabó con superioridad numérica en tres de sus cuatro compromisos. Jugó con un hombre más contra Levante y Eibar, y con dos futbolistas más frente al Racing de Santander, en la goleada (4-1) del 15 de abril en La Romareda.

Una de las amonestaciones ante los cántabros, la del guardameta Parera, se dio por una mano fuera del área que nada tuvo que ver con lo que se entiende por juego violento, pero el resto de las tarjetas rojas sí vinieron por acciones duras o aireadas protestas al colegiado.

Una la vio Íñigo Sainz-Maza, en ese mismo Zaragoza-Racing, por una entrada al tobillo de Jaume Grau. Otra, Álvaro Vadillo en el Eibar-Real Zaragoza, por un planchazo sobre la tibia de Giuliano Simeone. La anterior, se dio en el empate a uno conseguido en el Ciudad de Valencia, cuando el árbitro echó a Saracchi por decirle a su asistente “sois muy malos”.

Tan solo en dos de estos partidos el cuadro aragonés fue capaz de conseguir la victoria. Y es que, a lo largo de la temporada, el Zaragoza ha demostrado serias dificultades para hacerse con los tres puntos en superioridad.

Se vio en el debut liguero de Fran Escribá (19 de noviembre), cuando los suyos fueron incapaces de imponerse a un Málaga con 10 jugadores desde el minuto 13; y también en anteriores choques, como la derrota encajada en Vitoria (1-0 con el Alavés superando la expulsión de Benavídez) o la igualada con el Eibar del 3 de octubre, en la noche en que Venancio se fue a la caseta por agredir a Vada en la cara.

Como contrapunto, los partidos en los que el Real Zaragoza tuvo que encarar el tramo final con 10 hombres y que, exceptuando el desplazamiento a Burgos (2-2), siempre finalizaron con derrota.

El precedente más reciente, también vinculado a una entrada (de Tomás Alarcón) que fue revisada, es la visita a El Molinón. Antes, Alejandro Francés había sido expulsado en Leganés por doble amarilla, la segunda por pisotear el punto de penalti; Petrovic en El Plantío por menosprecios a González Esteban; y Simeone en el Sardinero por doble amarilla.

A estas cuatro sanciones de futbolistas zaragocistas hay que añadir las de Jaume Grau, allá por el mes de agosto en Cartagena, y la de Alberto Zapater en el derbi aragonés ante la SD Huesca; aunque ninguno de estos compromisos acabaron con superioridad numérica, puesto que los rivales también acabaron con 10.

Este dato, esta docena de partidos condicionados por las tarjetas que duplica el registro de la pasada temporada, define la transformación que el fútbol ha experimentado a través del videoarbitraje, de la herramienta que, más allá de fueras de juego o manos dudosas, se ha propuesto proteger a los jugadores.

Menos lesiones

El número de lesiones -según las informaciones de La Liga- se ha reducido, al tiempo que las expulsiones se han incrementado tanto en Primera (114) como en Segunda, donde, a falta de cinco jornadas para la conclusión del campeonato, ya se han mostrado 139 cartulinas rojas.

El Racing de Santander es el equipo que más expulsiones ha sufrido en esta categoría de plata. Seguidamente, aparecen el Ibiza y el Málaga, con ocho; mientras que el Real Zaragoza, al igual que el Lugo, la Ponferradina, el Huesca, el Tenerife, el Alavés y el Eibar, ha visto siete rojas.

Por su parte, en la máxima categoría son el Elche y el Betis los que lideran la clasificación de amonestaciones con 12. Aquí, la diferencia de España con otros países europeos es considerable. En la Seria A italiana se han mostrado un total de 51 rojas; en la Bundesliga alemana 33; y en la Premier League inglesa tan solo 29, lo que demuestra que la severidad de los trencillas es menor que en nuestro fútbol.

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