real zaragoza

La llegada de un extremo se complica

El Zaragoza sigue bloqueado por la ‘operación salida’ y las opciones del mercado se reducen cada vez más

Raúl Sanllehí, junto a Juan Carlos Cordero en La Romareda.
Raúl Sanllehí, junto a Juan Carlos Cordero en La Romareda.
Heraldo

El fichaje de Manu Vallejo por el Oviedo ha supuesto un revés importante en la planificación del Real Zaragoza. Juan Carlos Cordero había centrado todos sus esfuerzos en la llegada del gaditano, confiaba en que fuese el futbolista que aportase el plus de calidad que requiere el equipo en ataque, y ahora se topa con un mercado muy limitado, con opciones que distan mucho de la que era prioritaria.

El director deportivo zaragocista no termina de decantarse por ninguno de los extremos zurdos que ahora ofrece el mercado, y el club aragonés esperará hasta la recta final para ver si el mercado toma vuelo y surgen oportunidades más apetecibles que las actuales.

Para entonces, la entidad confía en haber solucionado alguno de los casos enquistados en la ‘operación salida’, pudiendo disponer de un margen de maniobra que ahora mismo no existe y le hace jugar en desventaja con otros clubes.

Por más que la marcha de Jairo Quinteros se dé por hecha a falta de cerrar los últimos flecos, esta operación no soluciona los problemas contractuales de la plantilla. Los casos de Radosav Petrovic y James Igbekeme, por sus condiciones salariales, son los que más inquietan a un Juan Carlos Cordero que no avanza en el infructuoso trabajo que viene desarrollando desde su llegada hace ya tres semanas.

Tanto el serbio como el nigeriano están forzando la situación al máximo. Saben que tienen el poder negociador y no están dando ninguna facilidad para dar con una solución satisfactoria para ambas partes.

Tan atascado está el tema que en el Zaragoza se empieza a temer que ni siquiera las últimas horas del mercado invernal traigan consenso. Petrovic está cerrado en banda, quiere apurar un contrato que finaliza el próximo mes de junio a razón de medio millón por temporada, y las propuestas que han llegado por Igbekeme -incluida la del Lugo- son superficiales.

Así, el Real Zaragoza, que por el momento descarta adoptar medidas tajantes que generen un daño económico, está condenado a esperar a que el cierre de mercado active alguna vía, alguna carambola de última hora, para poder apuntalar una plantilla ciertamente descompensada.

Abocados al cierre

Será entonces, en la parte culminante del mercado y si se consigue liberar una de las 25 fichas dadas de alta, cuando puedan aparecer nuevas oportunidades para el extremo izquierdo, para el puesto en el que el entrenador, Fran Escribá, solicitó un jugador vertical, con desborde y capacidad anotadora.

El club solo acudirá al mercado si entiende que el refuerzo mejora, de verdad, lo que hay en plantilla. Con lo que ahora mismo ofrece el mercado nacional, que es en el que mejor se ha movido siempre Juan Carlos Cordero, el club prácticamente descarta acometer algún movimiento.

El director deportivo zaragocista estaba tan ilusionado con la contratación de un futbolista que de verdad le convencía, como Manu Vallejo, que ahora le cuesta girar la vista hacia otras alternativas.

Más aún, a sabiendas de que los contactos que se produzcan antes de abrir espacio en la plantilla tienen muchas opciones de volver a caer en saco roto.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión