Valentín Vada está intentando llegar a tiempo de ser convocado por Juan Carlos Carcedo para el partido de este domingo próximo en La Romareda ante el Lugo, de la jornada 4 de liga. El mediapunta argentino volvió de Cartagena con un problema inguinal, un dolor molesto que el martes llevó a los médicos a concertar una resonancia magnética nuclear que lo diagnosticara, viéndose que tiene una elongación en el músculo aductor de la pierna afectada. No es nada serio, pero sí lo suficiente como para hacerle perder al '11' blanquillo una semana de rutinas y, por lo tanto, este choque ante los gallegos. 

Vada, después de tres días en manos de los fisioterapeutas y recuperadores, apartado del trabajo puramente futbolístico, asomó en la mañana de este jueves en la Ciudad Deportiva acompañando a sus compañeros e iniciando la primera parte, la más suave, del ensayo programado por los técnicos. No lo completó. Fue una prueba de sensaciones, de ver cómo responde esa parte dañada, crucial para la carrera, el salto y, sobre todo, el golpeo del balón. 

Nadie quiere forzar la situación ni arriesgar. Es el lema de Carcedo y sus ayudantes desde el inico mismo de la pretemporada. Hay que evitar lesiones tontas, prevenir daños que puedan hacerse grandes por confianza excesiva. Así que Vada seguirá en las próximas dos fechas haciendo estos test sobre su problema y el sábado se tomará una determinación sobre sí es razonable que sea incluido en la lista del Real Zaragoza o es mejor que descanse y se ponga a punto para el viaje a Ponferrada de la semana siguiente. 

El jugador sudamericano, con 7 goles, los mismos que hizo Azón, fue el máximo goleador con esa baja cifra dentro del equipo del año pasado tan escaso en pólvora anotadora y que tanto sufrió por ello. Como quiera que Azón sí que es baja indefinida desde hace un mes por un edema óseo en una rodilla, si se combina este inconveniente con la ausencia de Vada el efecto sobre el equipo es realmente negativo por motivos obvios.