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El Zaragoza quiere recuperarse del ‘efecto pandemia’ en el número de abonados
El club aragonés tenía 28.419 abonados cuando apareció el coronavirus. Después de dos años a la baja, el objetivo es volver a subir
Será complicado recuperarlos de golpe, pero el gran objetivo del Real Zaragoza es recuperar la masa de abonados que la pandemia del coronavirus le dinamitó en 2020.
Por entonces, con el equipo en pleno vuelo a Primera División cuando se cerraron los estadios, el número de abonados ascendía a 28.419, su récord en Segunda División y uno de los volúmenes más altos de toda su historia. Un dato solo mejorado en las temporadas 2003-04 (30.289 abonados), 2007-08 (29.268) y 2005-06 (28.603) con jugadores, expectativas y posibilidades de otro nivel, en Primera División.
Ahora, con un relevo en la propiedad y una apuesta firme por la cantera encarnada en las figuras referenciales de Francho, Azón y Francés, el Real Zaragoza desea retomar el camino perdido en las dos últimas campañas, en las que las restricciones de la pandemia, los partidos a puerta cerrada o con límites de aforo y la contención social ante eventos masivos han provocado que el números de abonados goteara a la baja, hasta paralizarse esa caída en los 22.374 socios de la pasada temporadas. Más de 6.000 aficionados de carnet perdidos en dos años a los que ahora se quiere recuperar, con el objetivo de que esta campaña de abonados, presentada ayer bajo el lema ‘Lo mejor está por venir’, permita subir a la horquilla de los 24.000-26.000 socios.
Durante el actual ciclo en Segunda División, el Real Zaragoza se ha movido habitualmente entre los 20.000 y los 22.000 abonados. En la campaña 13-14, en el estertor del gobierno de Agapito Iglesias, la masa de fieles tocó fondo, con 16.660 abonado. A partir de ahí, el club comenzó a recuperar las cifras, estabilizándose en torno a los 21.000. En el curso 14-15, el Zaragoza cerró con 20.176, cifra muy similar a la registrad una temporada después: 20.759. En el curso 16-17, se consiguió crecer hasta los 22.082, para volver a un escalón inferior al año siguiente, con 21.680.
Sería en el curso 17-18 cuando el número de abonados pegó su gran salto, gracias, sobre todo, a la buena temporada anterior, con el Zaragoza metiéndose en la promoción de ascenso de la mano de Natxo González y jugadores como Borja Iglesias, y también a la política de contención de precios, con las tarifas congeladas por tercer verano consecutivo. El Zaragoza se puso, de esta manera, en 27.360 abonados. La tendencia aún iría al alza para tocar el techo de este periodo en Segunda, subiendo a los 28.419, uno de los mejores números de abonados de la historia del club aragonés.
Fue entonces cuando esa cifra saltó por los aires. La pandemia de covid-19 ya obligó a que esa campaña con tantos aficionados en la grada estimulados por el alto vuelo del equipo hacia Primera se tuviera que terminar jugando a puerta cerrada. Al año siguiente, la campaña de abonados estuvo marcada por ese condicionante: toda una temporada sin aficionados en las gradas, aún así el club conservó 23.208 abonados, fieles, conocedores de que difícilmente ese año se podría asistir a los estadios. Menos incertidumbre planteó el pasado curso, con la mejora de la pandemia y el levantamiento progresivo de las restricciones. Sin embargo, la cifra se resintió algo más, y el Zaragoza, después de una mala temporada, descendió hasta los 22.374 abonados. Este es el punto de partida desde el que el club desea restaurar su nivel de abonados.
