Raúl Sanllehí Colom, que comienza a ejercer ya en firme como director general del Real Zaragoza de la nueva propiedad de la SAD tras la firma de la compraventa, cuenta con Alberto Zapater como capitán de la plantilla del año que viene. La figura del ejeano, raíz fuerte del zaragocismo y de la esencia romántica del viejo club (cada vez más en desuso y en peligro de extinción), se considera importante en el arranque del nuevo proyecto de la entidad.

Miguel Montes Torrecilla, el director deportivo, que sigue en su rol sin novedades derivadas del relevo en el accionariado de la sociedad, así se lo ha trasladado a Zapater en las últimas horas. Antes incluso de las reuniones individuales con las que, ayer por la mañana en la Ciudad Deportiva, el ejecutivo salmantino decretó el estado de vacaciones en el vestuario al regreso de San Sebastián, donde el viernes se jugó el último partido de la liga 21-22.

Zapater, que dentro de 15 días cumplirá 37 años, es considerado como un emblema difícilmente prescindible en el proceso de cambio que viene en el Real Zaragoza a partir de ya mismo. Su perfil, en un grupo joven y heterogéneo en procedencias y características personales después de nueve años de plantillas de aluvión en Segunda División, es altamente valorado por Sanllehí como catalizador y vínculo con el núcleo del viejo zaragocismo.

Cuando esto se confirme oficialmente (nada se ha hecho aún de modo concreto, con nadie), Zapater estará ante su séptima campaña en el equipo de su vida en esta segunda época, que retomó en 2016 al regresar del Lokomotiv de Moscú, donde cubrió cinco temporadas (antes había estado en el Genoa italiano y el Sporting de Lisboa portugués). Y, contando las cinco ligas que vivió con la camiseta blanquilla tras su precoz debut en 2004, será el 12º capítulo del de Ejea de los Caballeros con el dorsal 21 a la espalda en el Real Zaragoza.

En este curso, Zapater ha jugado en 31 partidos, 21 de ellos como titular. Un total de 1.752 minutos que lo definen como una pieza importante en el plantel, no alguien accesorio. El devenir de las cosas, las estructuras de las plantillas y el nivel de rendimiento general, han mantenido siempre al cincovillés en un rango alto de relevancia hasta hoy mismo.

Difícil restauración del grupo

Sanllehí es consciente desde su aterrizaje en Zaragoza a primeros de abril –en sus semanas iniciales, con reuniones denominadas de cortesía– que restaurar la actual plantilla es labor complicada porque la inmensa mayoría de sus componentes tienen contrato en vigor. Y porque, además de los que aquí han jugado hasta el último partido en Anoeta, hay un grupo de cedidos que regresarán de inmediato a proseguir sus compromisos zaragocistas.

Por eso, ayer, Torrecilla se reunió desde media mañana en su despacho de las instalaciones de la carretera de Valencia con toda la plantilla de jugadores del primer equipo. Lo hizo uno por uno, en breves encuentros en los que comunicó a cada uno cuál es su situación, lo que piensa el club de ellos y lo que sería conveniente afrontar con sus representantes desde hoy.

Los que han actuado a préstamo este año, Álvaro Giménez, Nano y Sainz, regresan a sus equipos y se les agradecen los servicios prestados. De los demás, además de lo reseñado de Zapater, se pretende ampliar los compromisos –previa mejora sensible de sus emolumentos– de los canteranos Francés, Francho y Azón. Lo mismo ocurre con Chavarría y Bermejo, que tienen previsto dar un salto de lado a lado de la horquilla de salarios, pasando de la franja de mínimos a la de mejor pagados, y cuyos acuerdos aún están en plenos tratos, por aceptar o rechazar.

A bote pronto, con la liga recién concluida aún caliente, las sugerencias a algunos para que busquen destinos distintos pese a tener contrato en Zaragoza, no pasa de ahí. Irá para largo ese tipo de negociaciones. Se avecina un verano intenso para Sanllehí en su aterrizaje en la SAD blanquilla. Y, por esta herencia, que administra minuto a minuto Torrecilla, hacedor de muchas de las operaciones junto con Luis Carlos Cuartero –que aún sigue en el día a día de la entidad y que también participó en las que vienen de la etapa anterior de Lalo Arantegui y José Mari Barba al mando del área deportiva–, las perspectivas de cara al inicio de la pretemporada en julio próximo anuncian que no va a ser posible una catarsis.

Sanllehí está a la espera de conocer a ciencia cierta cuál es con exactitud el techo salarial del equipo para la liga 22-23. Cuestión crurial esta para poder poner en marcha un plan concreto en la remodelación del vestuario. A más dinero, más opciones de reducir la continuidad del actual reparto de futbolistas, muchos de los cuales acumulan dos años de deficiente rendimiento.

La resolución Jim, sin concretar

Singularmente, Sanllehí no incluyó este sábado a los miembros del cuerpo técnico en el programa de reuniones con Torrecilla. Así, Juan Ignacio Martínez ‘Jim’, ha iniciado sus vacaciones sin saber oficialmente si sigue en el Real Zaragoza o, como se adivina en las últimas dos semanas, él sí va a ser desplazado del puesto de entrenador para que llegue otro nuevo a ese puesto tan relevante. Sus ayudantes, su cuerpo técnico, están en las mismas, obviamente.

Jim dijo en la rueda de prensa previa al viaje a San Sebastián, en la mañana del jueves, que esperaba a la reunión con el club en la matinal del sábado para conocer con rotundidad qué habían decidido sobre su futuro. La daba por descontada. Pero en un requiebro último, Sanllehí no contempló que Torrecilla que reuniese con Jim, del que fue mentor en su día, en diciembre de 2020, y que ahora apunta a dar forma a una separación que pocos contemplaban.

Jim no fue citado. Pero sí protagonizó la imagen del día. Se presentó en la Ciudad Deportiva con su bicicleta, haciendo deporte, y se dejó ver informalmente en la misma puerta de las reuniones.