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El 30 por ciento de los goles del Real Zaragoza han llegado desde el banquillo

Once de los raquíticos 37 tantos marcados por el Real Zaragoza en 41 jornadas llegaron anotados por jugadores suplentes; el último, el de Vada frente al Lugo.

Vada y Azón, tras el gol del argentino al Lugo. Son los dos mejores anotadores desde el banquillo.
Vada y Azón, tras el gol del argentino al Lugo. Son los dos mejores anotadores desde el banquillo.
Toni Galán

La escasa cifra de 37 goles anotados en este curso por el Real Zaragoza (que se redondeará el viernes en San Sebastián ante la Real Sociedad B) tiene diversos puntos de análisis y singularidades propias, muchas negativas y peligrosas para cualquier equipo, aunque en el actual Zaragoza de Juan Ignacio Martínez ‘Jim’, milagrosamente, no han sido causa de graves consecuencias.

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Uno de esos prismas, llamativo, indica que el 30 por ciento de ellos han sido anotados por jugadores que salieron del banquillo, que fueron suplentes en los respectivos partidos donde tuvieron lugar. Es casi un tercio del global, minúsculo global. Once de los 37 llevaron esa marca, el último el pasado viernes frente al Lugo en La Romareda, firmado por el argentino Vada a falta de un cuarto de hora y que sirvió para ganar 1-0.

Antes, en los otros diez precedentes, Vada había abierto la temporada con tres consecutivos de esta condición: el ganador de Alcorcón para hacer el 1-2, el que empató a uno en Fuenlabrada y el que también dio forma a otro 1-1, en Gerona. Después, Álvaro Giménez inició su escueta cuenta anotadora como zaragocista con dos dianas de suplente, una crucial en Burgos para vencer 0-1 y otra igualmente decisiva para doblegar a Las Palmas en casa por 2-1.

La serie la siguió aumentando la eclosión del canterano Azón, surgida hace solo dos meses. Empezó con una tacada de tres seguidos: el inolvidable gol de Gijón para ganar 1-2 en el minuto 96, el de La Romareda ante el Almería para atar el triunfo por 2-0; y el primero ante el Fuenlabrada en casa que daba paso a una remontada total (2-1) a la que puso la guinda otro suplente, el aragonés Puche. Ese día el doblete vital vino desde la banda y en la segunda parte.

Antes del referido gol de Vada de hace 72 horas, Azón había dejado la última muesca, en otra noche donde el joven ariete marcó en el 96, ya casi sin tiempo, para evitar la vergüenza absoluta en casa ante el Amorebieta (1-1).

En total, cuatro de Vada, cuatro de Azón, dos de Álvaro Giménez y uno de Puche. Once goles llegados al equipo procedentes de futbolistas no titulares esos días. Y, lo más importante, once goles desde el banquillo que han supuesto 16 puntos para el Real Zaragoza. No han sido goles cualquiera. Ninguno fue inútil. Solo el de Azón al Almería, que era el 2-0, no resultó decisivo al cien por cien, aunque sí sirviera para asentar el triunfo ese día al noquear al rival irremisiblemente desde ese gol.

Vada dio dos puntos en Alcorcón, uno en Fuenlabrada y otro en Girona. Álvaro Giménez otorgó dos puntos en Burgos y otros dos ante Las Palmas. Azón, dos en Gijón y puso la mitad del trabajo para ganar los tres ante el Fuenlabrada en casa. Puche hizo la otra mitad en la misma faena. Azón aportó un punto más el día del Amorebieta. Y Vada, dos más el viernes contra el Lugo. Ahí está la ganancia de 16 puntos vía sustituciones.

Es un récord. Se iguala la cifra de once goles así lograda por el Zaragoza de Marcelino en la 08-09, y la del equipo de Flores en la 01-02, ambos también en Segunda. Pero aquellas plantillas marcaro muchos más en global: 79 una y 54 la otra. El porcentaje actual es inusual, sorprendente. Jim merece otro aplauso por este lado.

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