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Eibar-Real Zaragoza: acto de honor, lealtad y profesionalidad

El equipo aragonés apura su liga sin hondas aspiraciones con una visita dura y de responsabilidad al líder este sábado a las 18.15 en el estadio de Ipurúa.

Gesto expresivo de Juan Ignacio Martínez 'Jim'
Gesto expresivo de Juan Ignacio Martínez 'Jim'
Toni Galán

Juega en la tarde de este sábado el Real Zaragoza en Eibar, en el campo de quien es el líder de Segunda División durante más de la mitad de lo que va de torneo, que es ya casi todo. Un rival, el guipuzcoano, que bajó de Primera el verano pasado después de siete temporadas seguidas en la élite y que está a cinco pasos –quizá alguno menos– de volver a ella tras cubrir una temporada sobresaliente tras su fracaso puntual. Así que los chicos de Jim se aprestan a afrontar un duelo de alta dificultad, el más difícil de los posibles –a priori– cuando se trata este año de viajar y jugar como visitante.

El primero de la fila, el cuadro que entrena Gaizka Garitano, ha ganado 20 partidos de los 37 que van de calendario, justo el doble que los zaragocistas. Solo han perdido los azulgranas seis duelos, dos menos que el Zaragoza que, en este apartado, es uno de los mejorcitos de la división fruto de su adicción desmesurada a los empates, sabido es. Hoy va a tener en frente el equipo blanquillo un contrincante que acredita 54 goles en su mecanismo de ataque, lo que hace un total de 21 más que los de Jim. Son estas cifras, breves y rotundas, descriptivas por sí solas de dónde radican las diferencias entre un equipo que habita todo el tiempo en la cima del éxito y otro que ha malvivido durante siete meses y medio en los barros de la parte baja.

El Eibar, ni que decir tiene, llega a esta jornada 38 con los cinco sentidos activados, soñando con la celebración del ascenso cuanto antes, sin necesitar jugar la promoción, a donde uno de estos tres, Eibar, Almería o Valladolid, caerá dentro de 28 días a modo de castigo, pues solo dos subirán directamente. Los vascos navegan con el viento de cola al depender de sí mismos para obtener su fin. En el otro lado del ring, el Real Zaragoza lleva tres o cuatro semanas con cierta falta de combatividad, derivada directa del relax pos histérico natural de quien ha sufrido con dureza crisis profundas en terrenos desagradables, por segundo año consecutivo, y ahora ve su salvación como un premio maravilloso obtenido con una antelación que se hubiera firmado con sangre hace un mes y poco. El Eibar no tiene que modificar nada en sus horas preparatorias de este importantísimo envite para ellos. No así el Real Zaragoza, al que Jim y el resto del ‘staff’ llevan tratando de activar a martillazos desde que el pasado domingo acabó el feo partido ante el Burgos en La Romareda, donde los jugadores dieron muestras de una apatía que riñe con la lealtad que pide la competición cuando hay terceros en juego. Es cuestión de honrar al escudo y a la profesional propia.

No hace falta explicarles a los futbolistas blanquillos que, en su esfuerzo y sudor, estarán metidos también sus colegas del Almería y el Valladolid, cuyos sueños pasan porque el Zaragoza les eche un cable en la frenética pelea por las dos primeras posiciones en la tabla, haciendo patinar al Eibar. Ya ganó el equipo aragonés en la primera vuelta del torneo, 1-0. O sea, una de las seis únicas derrotas eibarresas fue a manos zaragocistas. Eso, en circunstancias normales, debería ser un acicate para la autoestima de los de Juan Ignacio Martínez 'Jim'. Otro, y por más que siempre chirríe aludir a lo monetario es necesario insistir, es que para la SAD no es lo mismo acabar la liga en el 8º o 9º escalón que caerse al 16º, 17º o el 18º, como aún puede suceder de no recuperar el pulso para evitar repeticiones de días de falta de competitividad como la exhibida ante el Burgos.

El duelo nacerá desequilibrado. La misión zaragocista será igualarlo con casta y profesionalidad.

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