Resulta inevitable hacer cábalas y repasar de arriba a abajo, en activa y en pasiva, el breve calendario de partidos que resta por jugarse, además de por el Real Zaragoza, por todos sus rivales en la pugna por salvar la categoría y eludir el descenso. Todo va a resolverse en cinco partidos, 450 minutos en los que algunos saldrán airosos y, por el contrario, cuatro terminarán hundidos en un fracaso severo, como es cada año el desaparecer en el piso de abajo fuera del fútbol profesional.

Y, como ya estaba descontado hace muchos días, cuando este esprint final del torneo se veía aún con larga perspectiva caballera, el plan de juego del Real Zaragoza es de los más exigentes –si no el que más– entre el numeroso grupo de implicados en la pelea a vida o muerte que, a fecha de hoy, son nueve equipos señalados. Se trata del Oviedo, Real Zaragoza, Alcorcón, Logroñés, Castellón, Sabadell, Cartagena, Lugo y Albacete, citados en ordinal desde el puesto 14º al 22º, el furgón de cola de la clasificación tras la jornada 37. 

Para baremar el grado de dificultad sirve el método de hacer la suma de la posición en la tabla que ocupan los cinco rivales que aguardan a cada uno de estos asustados clubes. La cifra más baja resultante indica que se juega ante rivales de zonas altas, potentes, con el ascenso o la promoción en liza. La cifra más alta es indicio de que enfrente habrá varios adversarios de la zona media-baja.

El grado de más complicación le sale al Logroñés, con un nivel 34 (6+4+9+3+12). Los riojanos se la jugarán con el Girona, Leganés, Fuenlabrada, Almería y Las Palmas. Duelos de alta tensión con hasta tres rivales de la pelea por el ascenso, vía promocional.

Enseguida asoma ya el Real Zaragoza, con un nivel de exigencia 37 (1+12+18+2+4). Espanyol, que se juega ya el ascenso,Las Palmas, Castellón, Mallorca y Leganés son sus adversarios en capilla. O sea, el primero, el segundo y el cuarto entre ellos. Nadie tiene semejantes combates pendientes. Solo el cuadro zaragocista.

El Alcorcón es el siguiente en la escala de dificutades máximas, con grado 40 (12+2+19+6+1). Los madrileños tienen reserva para litigar con Mallorca y Espanyol, aunque este será el último día y ya estará relajado y ascendido con suma antelación (lo que rebaja su potencial inevitablemente).

En el otro lado de la horquilla, los que tienen en su libro de ruta un calendario, a priori, más ligero y accesible están encabezados por el Lugo, penúltimo hoy, al que le sale un nivel de exigencia 64 (5+10+22+20+7), con dos enfrentamientos directos ante Albacete (tal vez ya desahuciado del todo dentro de 15 días) y Cartagena, un partido ante un adversario en zona de nadie –Mirandés– y dos afilados contra Sporting y Rayo, en pos de la promoción hoy (habrá que ver cómo están los vallecanos el último día).

Tres implicados coinciden en un grado de dificultad 61: Oviedo, Castellón y Sabadell. Los catalanes no se enfrentan a nadie de arriba. Su rival más ‘fuerte’ es la Ponferradina y el penúltimo día, quizá con los leoneses desactivados en sus hoy lejanas opciones de promoción de ascenso.

El Oviedo, que parte con la ventaja de tener la mejor puntuación de todos los del barullo (con 44 puntos), tampoco tiene la cuesta muy empinada en principio. Lo mismo le ocurre al Castellón, más allá de los dos enfrentamientos directos que abordarán los albinegros ante Cartagena y Zaragoza.

Y en zona neutra queda el Albacete, casi defenestrado colista, con un grado 52 que parece ser ya anecdótico. Son días de quinielas.