La noche del viernes 30 de abril de 2021 será recordada siempre entre el zaragocismo. El gol de cabeza del portero Cristian Álvarez en Lugo, que sirvió para empatar a dos en el último instante del partido, ya en el minuto 97, es asunto indeleble y extraordinario en la historia del club. Algo atípico, una cuestión que es anécdota mayúscula y, por tanto como había en juego en ese duelo en campo gallego, no se queda en lo somero, en lo festivo, en el ámbito del chascarrillo.

Estamos ante un jalón llamativo en la trayectoria vital del Real Zaragoza, que ya brinca de los 89 años. Algo de lo que siempre hablarán los contemporáneos, que vivieron el episodio goleador de Álvarez en el estadio Anxo Carro (la mayoría por televisión, solo un ramillete de privilegiados en el propio campo). Y también un hecho que pasará, por el boca a boca, a generaciones posteriores.

Nunca antes un portero, un guardameta del equipo aragonés había marcado un gol en jugada ligada, a balón corrido. No hay precedentes. Y tardará en sugir el siguiente eslabón similar.

De hecho, ese es el segundo gol que marca un portero del Real Zaragoza en casi nueve décadas. El anterior lo firmó el paraguayo José Luis Chilavert, en 1990, pero fue de penalti, ante la Real Sociedad en La Romareda, en un triunfo por 2-1 de los entonces entrenados por Radomir Antic. El guaraní, que entonces contaba con 23 años y estaba naciendo a una larga carrera internacional, sería luego uno de los grandes porteros goleadores de la historia mundial, no solo lanzando penas máximas, sino también golpes francos, faltas directas con gran precisión. Se puede decir que Chilavert, con aquel gol también digno de estar subrayado en los anales zaragocistas, se dio a conocer en España mucho antes de que fuera protagonista de telediarios, magacines y programas deportivos de todo el orbe.

Pero lo de Cristian Álvarez tiene ese matiz de singularidad que lo convierte en algo sumamente raro: el gol del rosarino fue de cabeza, en un remate propio de delantero, tras subir a rematar a la desesperada la última jugada del choque ante el Lugo, que perdía entonces el Real Zaragoza por 2-1. El formato, la ejecución de un remate tan certero con la testa (por más que no fue ortodoxo, le dio con el parietal derecho e, incluso, tocó después levemente en su rival marcador, Xavi Torres), eleva el gol del portero blanquillo a evento sobresaliente, único.

Hasta ahora, este tipo de goles, que se dan de ciento a viento en la liga española (esta año hay algunos sonoros, como el del ex zaragocista Bono con el Sevilla en Valladolid hace pocas semanas), se veían entre la afición aragonesa como cuestión siempre ajena, alejada. Desde anteanoche, ya hay otro detalle futbolístico del que presumir, del que poder decir que aquí también ha sucedido. Y todo gracias a Cristian Álvarez.

Un gol con valor real aún volátil

Además de todos estos aportes de índole estadística, propios para el apartado de efemérides, que deja el tanto de Cristian en Lugo en el duelo de la 37ª jornada de Segunda División, estamos ante un gol que puede pasar a la historia del Real Zaragoza por mucho más. Sobre todo, por su posible valor crucial para conseguir la permanencia en la categoría, lucha anormal, objetivo impropio por el que el club está peleando este año tras una temporada cruzada, de insuficientes réditos deportivos, con un equipo lleno de máculas en su fábrica.

En Lugo, el Real Zaragoza estaba a un segundo de perder ante el peor equipo de la segunda vuelta, el gallego. Sin el gol salvador –de un punto– de Cristian Álvarez, el equipo zaragozano estaría ubicado ahora mismo en una delicada posición en la clasificación, rezando y a expensas de los resultados de los varios implicados en el descenso. Esa derrota que Cristian evitó daba la vida a un Lugo con sintomas de asfixia y dejaba a los de Juan Ignacio Martínez ‘Jim’ malparados ante los últimos cinco partidos del torneo, los que restan.

Hoy, el punto rescatado con el gol de Álvarez en Galicia no tiene visos de definitivo. Hay que esperar pero, como mucho, 28 días, los que distan de la última jornada. Es, puntulamente, un alivio, un pequeño paso más hacia la ansiada orilla de la permanencia, de la elusión de un despeñamiento que sería letal para la SAD, para el viejo club. El equipo debe sumar varios puntos más para poder alcanzar el objetivo y respirar por fin.

El último día, en el balance y arqueo de caja en la clasificación del Real Zaragoza, se conocerá la cotización verdadera de este gol del portero Cristian Álvarez en Lugo. Y es posible que, además de histórico por sus hechuras futbolísticas, lo sea también por haber sido decisivo para la supervivencia del legendario club zaragocista. Las apreturas clasificatorias, la igualdad extendida entre nueve implicados en el lío del fondo de la tabla, avisa de que la resolución, para bien o para mal, puede estar en eso:un punto arriba, un punto abajo. ¿Quizá en el de Lugo, con el cabezazo de Cristian Álvarez que ya ha dado la vuelta al mundo?

Porque goles históricos, peculiares, sin par, hay varios en los 89 años de vida del Real Zaragoza. El de Nayim desde medio campo, en el minuto 120 de la final de la Recopa enParís para ganar 2-1 al Arsenal de Londres, se lleva la palma, para siempre. Aquello era en la élite, una competición europea, fue para lograr el título más valioso del club. Lo de ahora, este gol del guardameta Cristian Álvarez para empatar 2-2 en Lugo en el minuto 97, es en Segunda División, en época de vacas flacas. Debe aplicarse el escalímetro para ponderarlo en su justa medida. Pero, a largo plazo, su valor real puede ser inconmensurable.