fútbol

El Zaragoza ve la luz

El conjunto de Jim mejora sus prestaciones, muestra solidez y se aleja tres puntos del descenso. 

Real Zaragoza
Celebración de los jugadores del Real Zaragoza tras el gol logrado ante el Mirandés.
Guillermo Mestre

Regreso al resignado edén. Porque eso significa la decimosexta plaza del Real Zaragoza en la tabla clasificatoria de la Segunda División. La resignación de un conjunto siempre aspirante a la categoría que históricamente le corresponde, la Primera División, y el edén de un equipo que ha malvivido media liga en zona de descenso a Segunda B. El caso es que, 20 partidos después del cese de Rubén Baraja, el conjunto aragonés se ha vuelto a instalar con Jim en el decimosexto puesto, tres puntos por encima de la cota que determina el descenso. La creciente solidez estructural del bloque y, sobre todo, la capacidad para sumar con solvencia como local robustecen los argumentos de un Real Zaragoza que por fin ve la luz al final del túnel.

Rubén Baraja recibió una herencia complicada, un cuadro en caída libre desde el confinamiento. Además, se habían perdido a los mejores hombres en todas las zonas del campo: el defensa El Yamiq, el todocampista Raúl Guti y el delantero Luis Suárez. Baraja intentó la reconstrucción, pero, con solo 10 puntos capturados en otros tantos encuentros (dos victorias, cuatro empates y cuatro derrotas), cesó tras caer en Tenerife. Tomó el relevo Iván Martínez, que elevó el nivel del equipo muy por encima de su facturación en puntos. Solo ganó un partido de ocho, pero el Real Zaragoza avanzó metros en el campo con Iván. Además, puso primero y consolidó después a tres pilares fundamentales del Zaragoza presente y futuro: Francés, Francho e Iván Azón.

Tras perder en Gijón, acaeció la venida a Zaragoza de Juan Ignacio Martínez. Tras estrenarse en El Malecón de Torrelavega, comenzó a salvar al Zaragoza junto al agua dulce del Ebro. En el momento de sentarse Jim por primera vez en el banquillo de La Romareda, el Zaragoza era penúltimo, con solo 13 puntos, a cuatro de la cota de la salvación, que entonces marcaba el Sabadell con 17. Tras vencer en el estreno al Lugo, el equipo del león durmió al final de la jornada 19 con 16 puntos, a tres de la permanencia, que ese día la marcaba el Castellón.

A partir de entonces, el Real Zaragoza ha dibujado una clara progresión tanto en el campo como en la clasificación. En estos 12 encuentros, ha producido 20 puntos, licuados en un balance de seis victorias, dos empates y cuatro derrotas. La perspectiva ha cambiado: de estar cuatro por debajo de la frontera del descenso a elevarse tres puntos sobre el alambre. Sí, seguimos en el alambra, pero no es lo mismo por encima que por debajo de la delgada línea que separa el fútbol profesional del semiaficionado.

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Pero, además de 20 puntos, ¿qué ha aportado este señor campechano y sincero? Primero y, sobre todo en sus primeros días, en sus primeros partidos, fe. Dicen que fe es creer en lo que no se ve. En el caso de Jim, la definición anterior no es correcta. Más bien, la fe de los jugadores del Real Zaragoza en Jim se diría que es la confianza y seguridad en una persona, en un entrenador. Una fe, en este caso, con evidencias desde el primer día tanto en la tabla clasificatoria y en el campo.

Tras haber ganado en su debut ante el Lugo, se arrancó un punto y se merecieron los tres en Cartagena (1-1), con gol de Iván Azón. Que no juegue más Iván Azón es uno de los escasos pecados de Jim en Zaragoza. Tras ese punto cartagenero, seguíamos en la vigesimoprimera posición. Salimos por fin del descenso en la jornada siguiente, tras superar con holgura al Logroñés en La Romareda (2-0). Una injusta derrota en Albacete (1-0) devolvió al equipo del león a la zona de descenso, sacando la cabeza de nuevo tras superar a la Ponferradina (1-0). Desde ese día, desde el 29 de enero, el Zaragoza no pisa las brasas del infierno de la Segunda División B.

Tras ganar en Málaga (1-2), adquirió dos puntos de renta sobre el límite del peligro. Un punto que supo a poco en Sabadell (1-1) mantuvo la diferencia. El revés en casa ante el Alcorcón (0-1), la única mácula de Jim en La Romareda, redujo a un punto la separación del descenso. Se volvió a perder, en este caso en el Carlos Tartiere ante el Oviedo (1-0), quedando al borde del descenso, pero sin despeñarse. Una victoria currada ante el Tenerife (1-0) aportó la calma que el Rayo Vallecano alteró tras remontar dos goles en Vallecas (3-2). El triunfo último ante el Mirandés (1-0) confirmó al Zaragoza de Jim en forma y fondo. Se muestra serio en casa, sabe ganar jugando al límite, minimizando los riesgos, exprimiendo los goles. Si no regala, como hizo con el Alcorcón y el Oviedo, es capaz de ganar sufriendo, que no es lo mismo que sufrir ganando. Jugando a su ritmo, a su marchica, Jim y su Zaragoza ya ven la luz al final del túnel. Jugando a otro ritmo, a otra marchica que no es la nuestra, igual era todo más negro. A Jim lo que es de Jim: seguimos en el túnel, pero ya vemos la luz...

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