Real Zaragoza-Alcorcón: el reto de vencer a un rival directo

El próximo partido ante el Alcorcón, el de la 26ª jornada, no es un duelo cualquiera para el Real Zaragoza. Los propios protagonistas del equipo no dejan de subrayar su condición de ‘final’ por la enorme relevancia que tienen estos tres puntos ante el actual penúltimo en la tabla, el cuadro madrileño, que tiene 23, cuatro menos que los zaragocistas.

Y, precisamente por este dato, por tratrarse de un enfrentamiento directo entre dos vecinos –en todo lo que va de curso– de las plazas de descenso a Segunda B y sus aledaños, los antecedentes imprimen un punto de presión extra al actual Real Zaragoza ante la necesidad imperiosa que tienen los de Juan Ignacio Martínez ‘Jim’ de hacerse con el triunfo para huir progresivamente de semejante peligro.

Esto es así porque, en lo que va de liga, los zaragocistas solo han sabido y podido ganar (de veras, sobre el césped) uno de los siete duelos afrontados con este perfil. No está respondiendo bien el Real Zaragoza en las ‘finales’ contra los colegas de agobios máximos en el fondo de la tabla.

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Hasta ahora –y a expensas de que pronto pueda incluirse alguno más de los que se viene atascando por delante, casos de Logroñés, Málaga, Oviedo, Las Palmas o Lugo– han sido seis los equipos que han bailado permanentemente en la media docena de últimas plazas clasificatorias, entre los puestos 17º y 22º. Son el Real Zaragoza, el Sabadell, el Cartagena, el Albacete, el Alcorcón y el Castellón.

El cuadro aragonés ha debido afrontar en los primeros cinco meses de liga siete enfrentamientos con los otros cinco compañeros de penurias. Y solo ganó el primero de ellos: 1-0 al Albacete en La Romareda, al inicio de todo, con un gol postrero de Narváez. En los otros seis, los consiguientes, no se ha visto ganar nunca a los blanquillos.

En los albores de la temporada, con Baraja en el banquillo, se dio un empate en el campo del rival del lunes, el Alcorcón, 0-0. Por fortuna, el entonces entrenador de los madrileños, Mere Hermoso, incurrió en alineación indebida al juntar a cinco jugadores con dorsal del filial entre los minutos 73 y 82, con solo seis del equipo profesional en la hierba cuando el reglamento exige un mínimo de siete. El Zaragoza denunció y el Comité de Competición le dio la victoria por 0-3 vía despachos. Días más tarde, ante el Sabadell en La Romareda, se clonó el 0-0. Después llegó la dolorosa derrota por 1-0 en Castellón, ya con Iván Martínez como técnico. Y ya con Jim, aconteció el 1-1, en el campo del Cartagena. Enseguida vino la bofetada, árbitro mediante, en Albacete, cayendo el Zaragoza por 1-0 con un penalti de esperpento y en una noche donde fue incapaz de marcar varios goles claros, con cuatro disparos a los postes, de récord. Y, en la jornada pasada, aún fresco en la memoria está el 1-1 cosechado en el estadio del Sabadell.

Por ahora, en estas ‘finales’ a vida o muerte, el Real Zaragoza solo ha sujetado 7 de los 18 puntos dirimidos antes sus iguales, que por mor del referido caso de la alineación indebida de los alcorconenses, son 9 de 18 en términos de contabilidad. Es un balance pobre para tanto como hay en juego: la permanencia.

De haber tenido más acierto, más destreza en estos enfrentamientos claves, los zaragocistas tendrían una posición más holgada en el ránquin de Segunda División, pues además de haber podido adicionar varios puntos más, automáticamente estarían restados en los balances de sus adversarios superados. Es la diferencia entre estar sufriendo hoy en día o vivir con cierta holgura en media tabla, donde se hallan ahora Tenerife o Fuenlabrada.

De aquí al final de liga faltan otros tres partidos contra este reducido grupo de sufridores. El inmediato, el lunes en La Romareda ante el Alcorcón. Más adelante, vendrán a Zaragoza el Cartagena y el Castellón. Puntos de altísimo rango para los de Jim... por su valor estratégico.