FÚTBOL
El Real Zaragoza perdona al Sabadell y solo empata, 1-1, tras errar un penalti al final
Jair adelantó a los aragoneses en la primera parte y Stoichkov, en una pena máxima pitada por el VAR, igualó a falta de 19 minutos. Narváez marró un penalti que puede ser clave.
Agrio sabor, paladar ácido y cara de circunstancias entre los zaragocistas en la Nova Creu Alta de Sabadell tras concluir el partido de este viernes 1-1 en el inicio de la 25ª jornada. El Real Zaragoza debió ganar, tuvo ventaja largo tiempo, fue mejor dentro de un bajo nivel general en el juego y, una vez encajó el empate en un discutible penalti -otro- que decidió el VAR (Sagués Oscoz, el vasco), tuvo la victoria de nuevo en su mano en una pena máxima a su favor que erró Narváez a falta de un cuarto de hora. Los aragoneses pudieron dar un golpe de mano en campo catalán ante un rival directo pero le perdonaron la vida claramente. Lo que se prometía un partido de felicidad final acabó siendo una decepción.
La primera mitad transcurrió en un tono gris de fútbol, con mucho control en medio campo por parte de ambos equipos, sin pisar apenas las áreas. Fue un tratado de ‘mediocampismo’ en toda la regla, con nula imaginación creativa en las dos direcciones. Eguaras se mostró apagado. Francho, alborotado. Igbekeme, el más efervescente de la medular, irregular y guadianesco. Bermejo, casi nulo. Esta vez, los laterales Vigaray y Chavarría se dedicaron solo a tapar su banda, sin irse arriba casi nunca. Así que, desde el prisma zaragocista, fueron 45 minutos de mucha táctica y poca plástica.
Pese a este modelo de partido, el Real Zaragoza fue mejor que el Sabadell antes del descanso porque, en la media docena de fogonazos ofensivos que generó, estuvo siempre cerca del gol, algo que el Sabadell solo logró una vez, muy al final y ya con los aragoneses en ventaja.
El 0-1 tardó en llegar media hora y lo hizo Jair de cabeza a la salida de un córner centrado por Bermejo de rosca cerrada. Un tanto a balón parado que es disciplina que parece haber sacado del desván Juan Ignacio Martínez, bien por ensayo, bien por cuestión casual, pero ahí está, rentando como debe. Para entonces, el Zaragoza ya se había hecho acreedor a ir por delante en el tanteador. De hecho, el córner del gol venía de una ocasión excelente de Igbekeme, a quemarropa, rematando con la derecha una cesión en el área de Narváez que Mackay, el portero local, le sacó bajo palos en un paradón. Y, antes de este momento clave del 0-1, hasta tres oportunidades cristalinas de gol marró el equipo de Jim.
Alegría, con su misión goleadora apretándole ya por no llegar su estreno tan esperado como anotador, se topó con Mackay en el minuto 7 tras un centro de Igbekeme y un control en el que, no obstante, el árbitro vio con retardo falta del atacante zaragocista. En el 25, el ofensivo Igbekeme lanzó un derechazo desde casi 30 metros en una contra rápida y de nuevo Mackay envió a saque de esquina con apuros por encima del larguero. Y a la salida de ese córner, Jair avisó de lo que tenía guardado para 5 minutos después, pues remató con la testa en todo lo alto, fuera a un metro del palo derecho. En el primer tercio de partido, todo lo que se pudo anotar ofensivamente lo manufacturó un serio Real Zaragoza. Sin ingenieros en el campo, pero con peones y obreros bien aplicados y varios instantes de inspiración gracias a Narváez especialmente, pese a que el colombiano no firmó ningún remate. Por eso, el 0-1 hizo justicia al consumarse.
El Sabadell, en el cuarto de hora postrero previo al intermedio, intentó reaccionar y casi logró el empate en el minuto 33, segundos después de sacarse de centro tras el tanto de Jair. El lateral zurdo Víctor García (en una defensa de cinco) subió la banda, entró en el área rebasando a Chavarría (le ganó la tostada al zaragocista varias veces) y su centro-chut raso, potente, no lo remató en el área pequeña nadie cuando el gol ya se cantaba. Los catalanes aceleraron su ritmo cansino de la primera media hora pero les faltó un patrón de juego concreto. Todo lo hacían al tuntún y la zaga aragonesa, con Francés y Jair infranqueables, no padecieron nunca. Se llegó al refrigerio con buena pinta para el Real Zaragoza, que había hecho virtud de la fealdad del partido, con solvencia a la hora de la verdad.
El segundo periodo comenzó sin cambios nominales y, de entrada, con buen control del balón de los zaragocistas, que aplacaron la presumible avalancha sabadellense de inicio. Los locales intentaron reaccionar, pero el exzaragocista Álvaro Vázquez no tenía su noche, como sus colegas de ataque arlequinados, Stoichkov y Juan Hernández. Solo el citado Víctor García daba problemas a Chavarría, por lo que Jim, siempre atento a esto, metió en danza a Nieto -por Igbekeme, cansado- en el minuto 58 para subir al medio campo y evitarle líos al lateral catalán. Enfrente, Antonio Hidalgo, el técnico con pasado zaragocista asimismo, movió el género para intentar dotar de metralla a su mecanismo ofensivo, que estaba obturado. Lo hizo a base del ariete Guruceta y del extremo Heber.
El Zaragoza, como el domingo anterior en Málaga, empezó a recular para guardar el precioso 0-1. Solo que esta vez ese botín era menor, no de dos goles. Y el destino le penalizó. Llegó el 1-1 al poco de las sustituciones, en un chut del recién entrado Guruceta que dio en la mano del desdichado Chavarría, que no tenía su noche. El VAR avisó al árbitro y el monitor delató la falta. Stoichkov igualó desde los once metros en un lanzamiento a lo Panenka en el 71.
A los de Jim se les empezó a ir el embrujo. Les entró el mal fario por la gatera y no se enteraron. Dos minutos después del 1-1, el Real Zaragoza debió adelantarse de nuevo en el marcador pues gozó de otro penalti, cometido por Undabarrena sobre Narváez en una contra. Lo lanzó, como los dos anteriores de este curso, el propio Narváez, pero esta vez erró, lo hizo mal y Mackay se lo rechazó sin demasiado esfuerzo. En partidos de este pelaje no se pueden fallar penas máximas como esta. Puede estar el descenso o la salvación en ello. Era el último cuarto de hora y las cosas se habían torcido de mal modo para los zaragocistas, demasiado conservadores y poco ambiciosos en la segunda mitad. Digamos que el Zaragoza le dio la vida al Sabadell. Y, después, incluso se la perdonó. Terrible sensación en una noche de tanta relevancia en la clasificación.
En el minuto 80, el 2-1 sobrevoló la Nova Creu Alta. Juan Hernández lanzó cruzado con potencia dentro del área y Ratón rechazó bajo palos como pudo, que fue con mucha fortuna. Los vallesanos volvieron a pedir un penalti por mano de Vigaray poco después. Cada lance de estos, con el VAR, es ahora un suplicio. Esta vez no hubo rectificación y el Zaragoza respiró. Jim dio 10 minutos a Zanimacchia y al debutante Sanabria. Era cuestión de buscar la flauta para hacerla sonar. El partido estaba roto, con el equipo desmoralizado tras el fallo del penalti. Narváez en el 85 y Sanabria en el 86 buscaron la portería; el primero se topó con Mackay, buen portero, y el segundo lanzó el balón fuera del marco.
Jim cambió a los dos delanteros ya en el tiempo de aumento, que fueron 5 minutos. El Toro Fernández e Iván Azón salieron en frío a la heroica. Singular doble cambio y un pequeño y breve desbarajuste final como colofón del duelo. La sensación, a la conclusión, era que el Real Zaragoza había desaprovechado una ocasión magnífica para huir del fondo de la tabla y, de paso, había indultado a un rival directo, el Sabadell. Eso fue, con seguridad, lo que quedará para los restos en el cerebelo de los zaragocistas, guardado en la memoria hasta mayo. Ojalá que no haya que acordarse de estos dos puntos no sumados en la Nova Creu Alta, de ese penalti fallado por Narváez. En un día clave, otro más, el Real Zaragoza volvió a quedarse corto, como en Cartagena, o como en Albacete, o como en Castellón… En días como este, el empate es un mal resultado, por escaso, por poco útil y, visto el partido, porque jamás se debió dejar escapar la ventaja adquirida… y menos errando una pena máxima en la recta final del duelo. Toca seguir sufriendo, y no poco.
Ficha Técnica
CS Sabadell: Mackay; Víctor García, Rubio, Jaime, Grego, Pierre Cornud (Heber, 62); Undabarrena, Boniquet (Cuevas, 75); Juan Hernández, Stoichkov (Aarón Rey, 86) y Álvaro Vázquez (Guruceta, 62).
Real Zaragoza: Ratón; Vigaray, Francés, Jair, Chavarría (Zanimacchia, 84); Eguaras, Francho, Igbekeme (Nieto, 58); Bermejo (Sanabria, 84), Narváez (Iván Azón, 91) y Alegría (Gabriel Fernández, 91).
Árbitro: Gálvez Rascón (Comité Madrileño). Amonestó a Bermejo (26’), Grego (56),
Goles: 0-1, min. 31: Jair. 1-1, min. 71: Stoichkov, de penalti.
Incidencias: Noche fría en Sabadell, con 10 grados al inicio del partido (21.00), neblina y mucha humedad, tras un día lluvioso. El césped de la Nova Creu Alta presentó un buen aspecto.
