No espera al final el Real Zaragoza, su final tiene lugar todos los días. La final de cada semana está fijada hoy en la Nova Creu Alta de Sabadell, casa de otro equipo metido en apreturas clasificatorias. Igual que el club aragonés, los vallesanos han logrado remontar y han escapado provisionalmente del descenso. Sin embargo, con una adición de apenas 25 puntos, solo uno menos que el Zaragoza, la obligación de sumar exige a los dos, con un descenso que en estos momentos marcan el Cartagena y el Albacete, con 24 puntos. Sí, hemos mejorado, y el Sabadell también; pero el peligro sigue ahí mismo, a menos de un partido.

Moviéndonos en esos registros, la etiqueta de final forma parte del decorado de la Segunda División. Antaño no se daban finales a estas alturas todavía medianas del calendario. La clasificación, esto es, los objetivos, quedaban definidos antes, igual por arriba que por abajo. De un tiempo a esta parte, desde que se estableció el ‘play off’, además de evitar el despido de un buen número de entrenadores y directores deportivos, se consiguió que el abanico de equipos se abriera. Ahora, muchos más aspiran a subir de forma directa o promocional. Nadie queda aislado por arriba o por abajo. Con la promoción de ascenso a 14 puntos, cota que fija hoy el Leganés con 40 puntos, el Real Zaragoza anhela escapar cuanto antes de abajo. A eso viaja a Sabadell, donde, según dijo ayer Jim, hay en juego más de tres puntos. Sería maravilloso acostarnos hoy con 30, pero con 29 nos conformaríamos...

Las cábalas de Jim, lógicamente, se refieren a los puntos a sumar y a los que espera birlarle a un rival directo. Le están saliendo las cuentas a Jim. Tanto, que desde que se sentó en el banquillo, el Zaragoza es el equipo de Segunda que más puntos ha coleccionado: 13 de 18, que no es moco de pavo. Mucho más, en el estado en que aceptó la gestión del grupo. Iban a venir, iban a poner, iban a fichar... Al final, ni vinieron, ni pusieron, ni ficharon... El hecho de que en estos momentos celebremos la llegada de don Juan Ignacio Martínez quizá merezca una reflexión. Y no exclusivamente, que también, porque tuviera el valor de asumir la dirección cuando otros entrenadores exigían dineros y refuerzos, sino por haber logrado rehabilitar de inmediato un colectivo que solo sabía perder. Sin fichajes ni historias raras, con su abrumadora sinceridad, con su sensatez y con los mismos jugadores, Jim ha firmado en sus seis partidos unos números de ascenso a Primera División. Que sí, que ahora jugamos una vez por semana y antes no. Que sí, que solo hemos jugado ante rivales de la zona media y baja. Que sí, que ahí están los números de Jim...

Y además de números, sensación de equipo. Porque se han atrapado 13 puntos de 18, pero el Zaragoza ha sido mejor que sus seis rivales de la era Jim. O sea, los réditos deberían ser incluso mayores. Y no cabe hablar de un suceso aleatorio, sino a la consecuencia lógica de un colectivo que ofrece impronta de solidez, que compite mejor que todo adversario que se ha encontrado en su camino. Hoy no podrá contar por segundo día consecutivo con Cristian al cuidado del portal. En Málaga, Ratón evidencio que, por fin, se puede confiar en él. Atrás Vigaray, el chaval Francés, Jair y Chavarría bunquerizarán al portero que tuvo pie y medio en el Nástic. En el medio, Eguaras y el ubicuo y preciso Francho asumirán el control de las operaciones. Más adelante, Narváez parece y es fijo como llegador por la izquierda, Bermejo aparecerá por dentro, y quizá James caiga al otro costado. Arriba, Alegría, aunque el empuje de Iván Azón demande espacio y tiempo. Ese espacio y ese tiempo que Jim ha sabido distribuir con sabiduría en el resto de las 10 posiciones.

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