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El cielo se abre en mitad de la borrasca

Justo en el ecuador de la temporada, en el último partido de la primera vuelta, el Zaragoza firmó su partido más completo y salió del descenso casi dos meses después

Bermejo marca el segundo para el Zaragoza
Bermejo marca el segundo para el Zaragoza
José Miguel Marco | Toni Galán

El Real Zaragoza parece haberse levantado a tiempo. Justo en el ecuador de la temporada, en el último partido de la primera de la primera vuelta, el equipo aragonés firmó ayer su partido más completo para doblegar con autoridad (2-0) al Logroñés y dormir fuera de los puestos de descenso. 

Por primera vez desde el 15 de noviembre, el Zaragoza se ve salvado. Aunque sea momentáneamente y a expensas de lo que Cartagena, Sabadell, Castellón y Alcorcón hagan a lo largo del fin de semana, los números vuelven a irradiar luz. 

Paradójicamente, el cielo se abrió para el Zaragoza en plena borrasca Filomena. El gol de Bermejo, fruto de una gran combinación entre Zanimacchia y Narvéz, coincidió con los primeros copos caídos sobre la capital aragonesa, sobre una Romareda en la que se volvió a ver fútbol. 

El Zaragoza de Juan Ignacio Martínez está sabiendo crecer desde la seguridad defensiva. Ha minimizado los errores de bulto, exceptuando ciertos despistes a balón parado que ayer no se dieron, y maneja los tiempos de juego con inteligencia, atenuando las carencias del plantel y explotando las virtudes, que también las hay.

Los laterales (ayer Vigaray y Chavarría) al fin parecen entenderse con los extremos; Francho y Eguaras se han afianzado como una pareja sólida y complementaria en el doble pivote; y el fútbol de ataque es incisivo cuando el balón cae en los pies de Narváez, Zanimacchia o Bermejo. 

Del colombiano, que frente al Logroñés volvió a resultar decisivo, está casi todo dicho. Los otros dos merecen mención especial por el paso al frente dado. Zanimacchia ha ganado en decisión. Bermejo, en consecución. Porque ayer justificó su regreso a la titularidad en liga siendo el mejor, constatando los indicios vertidos el martes en Alcorcón.

Jim ha dado con la versión más incisiva del madrileño. El nuevo Bermejo -con libertad de movimientos- se mueve bien entre líneas, combina, conduce con rapidez y ataca las zonas de influencia. Lo que viene siendo un mediapunta dinámico, y no exento de trabajo. Porque ayer, más allá de ese juego asociativo, ofreció un tremendo despliegue físico.

Con Jim, el trabajo es innegociable. Se traduce en el rendimiento de todos. También en el de un Toro Fernández que sigue sin ver portería pero se vacía a su manera. Se pelea con los centrales, disputa los balones por alto -ayer ganó el balón que acabó en el penalti a Francés- y, sin embargo, le falta fe a la hora de correr al espacio y fabricarse acciones definitivas. 

Recuperar la determinación y el olfato del uruguayo es una de las tareas de Jim en los 12 días que restan hasta el próximo partido en Albacete, aunque para entonces, Miguel Torrecilla ya debería haber acometido los primeros movimientos de mercado, que deben tener como prioridad la contratación de un delantero de referencia que garantice goles.

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