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Baraja: "Sabemos que aquí hay premura, no hay paciencia de ningún tipo"

El entrenador del Real Zaragoza admite que acude este jueves a Miranda presionado por los malos resultados y, sobre todo, el mal juego y la mala imagen del equipo en los primeros partidos de liga.

Rubén Baraja, en el campo de entrenamiento de la Ciudad Deportiva.
Rubén Baraja, en el campo de entrenamiento de la Ciudad Deportiva.
Guillermo Mestre

Rubén Baraja atendió a los medios de comunicación a primera hora de la tarde de este miércoles, tras el último entrenamiento previo al viaje a Miranda de Ebro, donde el Real Zaragoza acometerá en la tarde del jueves (19.00) el partido de la 9ª jornada de liga, su séptimo del campeonato 20-21 a expensas de recuperar las dos primeras citas del torneo, que fueron aplazadas en septiembre. El entrenador blanquillo, punto de atención máxima por el estado de honda preocupación y dudas que ha derivado de los pésimos resultados de la última semana (dos derrotas y un apurado empate ante el colista), admite que su medio ambiente se ha vuelto más denso y con cierta falta de oxígeno en las últimas 72 horas.

"Sabemos que aquí (en Zaragoza) hay premura, no hay paciencia de ningún tipo", asumió en un pasaje de su comparecencia. "El equipo, el otro día, entró en precipitación y descontrol al ver que, en este contexto, no le salían las cosas. Y eso es algo que no nos podemos permitir", añadió en este sentido. 

Baraja sabe que las cosas, en siete días, han cambiado sensiblemente alrededor del equipo y, asimismo, en torno a su figura de entrenador. "Yo miro siempre hacia delante, es mi manera de ser y de trabajar. Me preocupo solo de mi equipo, del día a día, en preparar el siguiente partido y nada más. A los jugadores les he mandado un mensaje de fortaleza", describió el vallisoletano para explicar cómo se siente después de los últimos fiascos en cadena, del aluvión de críticas que han surgido desde infinidad de fuentes (no del graderío, que está vacío) y de la insuficiencia de juego que denuncia su equipo en la mayor parte de los minutos de cada choque liguero. 

"Yo soy un apasionado de lo que hago. Y sé que, cuando se hacen las cosas con esa pasión, todo acaba saliendo bien. Creo que en estos últimos partidos ha habido momentos en los que hemos merecido algo más de lo obtenido", apuntó en una nueva muestra de su ánimo en estas horas difíciles al frente del banquillo zaragocista.

Baraja dejó aún más perlas en su alocución que ayudan a diagnosticar el modo en el que está afectado por lo sucedido en los últimos tres partidos, que ha llevado al zaragocismo de un estado de ilusión expectante a la preocupación máxima por el devenir del equipo en las próximas semanas. 

"El equipo trabaja, se entrega, con nuestras debilidades", apuntó en su discurso. "Agachando la cabeza no se consigue mejorar y avanzar, así que hay que mirar adelante", expuso en otro tramo de sus declaraciones. "Yo no veo las cosas con la visión crítica de muchos. El equipo, el último día, generó 3 o 4 ocasiones de gol en la primera parte. Nadie hace en esta categoría 10 ocasiones por partido. Pero, si no tienes acierto, si tu dominio no te lleva al gol cuando lo tienes, después es imposible analizar el partido positivamente. Si hubiésemos marcado algún gol... no podemos saber qué habría pasado", apuntó en un momento en el que tuvo que argumentar para defenderse de una pregunta con carga crítica sobre la calidad del fútbol del Real Zaragoza actual. 

Los planes inmediatos del técnico para salir del atolladero

Sea como fuere, Rubén Baraja afronta en Miranda, en el pequeño campo de Anduva, un jueves caliente. Todo lo que no sea que el Real Zaragoza gane al Mirandés será sinónimo de dificultades, tanto en la trayectoria numérica del equipo como, sobre todo, en la clasificación. Ahí, a las 19.00 de este jueves, comienza la primera gran reválida del entrenador castellano.

"Hay cosas que tenemos que cambiar. Está claro que hay cosas que están bien en el equipo y, otras, no tan bien. Hay que dar un paso adelante para solucionar estos problemas", adelantó antes de entrar en detalles concretos.

Baraja dejó un listado de las máculas técnicas de su equipo que, ante los mirandeses, deberán tener reparación: "Necesitamos que el equipo sea constante en su rendimiento, que juegue con ida y vuelta, que tengamos continuidad en la intensidad. Hay que ser mejores en el balón parado en ataque y, a la vez, defender la estrategia mejor. Va a ser un partido con mucho ritmo ante un Mirandés que presiona mucho, estamos ante un día muy exigente", describió.

Eso sí, a Baraja se le preguntó sobre los cambios nominales que, un día más, en busca de su alineación ideal que no logra encontrar, pensaba introducir en el once en esta importante cita en Miranda de Ebro... y el entrenador no dio una respuesta concreta. "No vamos a dar pistas al rival", se excusó. Y argumentó que "es imposible tener un once inicial tipo cuando juegas cada 3 o 4 días, por lo que considero normal que vayamos viendo diferentes posibilidades en el equipo hasta que llegue el momento de encontrar las certezas de un momento estable".

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