Regresa en la noche de este sábado el fútbol a La Romareda, con la liga y un rival novel en la historia zaragocista como invitado: el CF Fuenlabrada, equipo madrileño que se estrena este año en el ámbito profesional. La cita, a las 21.00 (televisada por Gol), presenta el ineludible deber para los aragoneses de sumar los tres puntos para proseguir en su ruta hacia el ascenso sin perder la velocidad de crucero establecida, sobre todo, en los dos últimos meses de excelente dinámica de resultados.

El cuadro blanquillo afronta esta 27ª jornada en la tercera posición clasificatoria, con un partido menos que sus inmediatos adversarios en la cima de la Segunda División, aquel que se suspendió a mitad de enero por una lluvia torrencial en Miranda de Ebro y que se recuperará, Dios mediante, dentro de once días en el campo de Anduva. Tienen los de Víctor Fernández a tiro cercano a los dos primeros, Cádiz y Almería, y caminan de la mano del hermano territorial, el Huesca. Hace un par de semanas que se ha abierto una leve brecha ya con el quinto (ahora, el Elche) y con el séptimo (en estos momentos el Numancia), que es el primer cajón del virtual podio que no tendrá premio, ni siquiera la Promoción, cuando la liga regular concluya el 24 de mayo.

El Real Zaragoza lleva ya tiempo visualizando las opciones reales de optar a subir a Primera, objetivo máximo de todo el mundo en el séptimo curso consecutivo fuera de la élite, largo calvario que tanto duele y del que conviene salir cuanto antes. Cristian Álvarez, su carismático y veterano portero, alma máter del vestuario y referente personal del grupo de jugadores, aconsejó anteayer que así se haga. Que no dé miedo hablar de ascender. Que no sea asunto tabú para ningún purista. Que se hable de ello, que se hagan cálculos, que se confíe cada semana en un triunfo, en un apoyo masivo desde las gradas, en la generación de un ambiente propicio para lograr tamaño fin. Para lograr un ansia, un sueño, un fin de alto rango, primero es necesario creerlo posible. Y, este año, en Zaragoza, esa premisa sí que se da abiertamente, con Víctor Fernández como guía desde el pasado verano.

En estas, llega este llamativo Fuenlabrada a La Romareda. Un equipo que ha impactado positivamente en la categoría desde el mismo inicio del torneo. Se colocó arriba a base de victorias y resultados sorprendentes y ahí ha estado ubicado todo lo que va de campaña, contra todo pronóstico. Un club modesto, un meritorio colectivo de jugadores y cuerpo técnico (con Baldomero Hermoso ‘Mere’ como entrenador), que hizo durante meses un baluarte difícilmente expugnable de su pequeño estadio al sur de Madrid, el Fernando Torres, y que rascó puntos en muchos lugares por los que viajó. Ahora, el Fuenla vive su primera gran crisis de la temporada, ese efecto evanescente que padecen todos los equipos en la larguísima y pesada Segunda española año a año.

Pero hará bien el Real Zaragoza en prevenirse en grado límite ante este envite con los fuenlabreños. Mucho ojo. De entrada, lo ocurrido allí en la primera vuelta ya sirve como advertencia. El cuadro zaragocista sufrió en Fuenlabrada la primera derrota fuera de casa de esta temporada, de las solo tres que ha padecido (las otras vinieron después, el 4-0 en Gijón y el 2-1 de Huesca). En una noche fría de octubre tuvo que acudir a contrapelo a dirimir un partido que los madrileños habían logrado suspender un mes antes aduciendo una gastroenteritis masiva en su caseta, con afección a más de la mitad de sus componentes. Un episodio anómalo que, como ya se olió el Real Zaragoza desde su misma consumación en septiembre, iba a venirle mal a los de Víctor, por entonces lanzados, invictos y con su once de gala del arranque de campaña aún inmaculado (luego caerían Dwamena, Vigaray, Atienza...).

La montaña rusa fuenlabreña

Los muchachos del Fuenlabrada, como visitantes, se la liaron en su día al Elche (0-2), Extremadura (1-2), Tenerife (0-1) y Las Palmas (1-3). Pero, cierto es, su última victoria -global- data ya del lejano 1 de diciembre: un 1-0 al Cádiz en campo madrileño que daría paso al bajonazo de los de Mere: hasta seis empates seguidos firmaron a continuación, en Santander (2-2); con el Almería (2-2), Alcorcón (1-1), Las Palmas (0-0), Albacete (1-1) y Málaga (0-0). Para concluir su desvarío con dos derrotas encadenadas en lo más reciente: cayeron 1-0 en Gijón y, la semana pasada, 0-1 en su casa ante el Girona.

El mayor peligro de esta visita está, por ende, en que el Zaragoza pueda caer en el desliz de no valorar al Fuenlabrada en su justa medida. Para eso, Víctor Fernández lleva trabajando durante la semana a fondo. Y, desde el prisma ajeno, el riesgo radica en que los azulones puedan recuperar, de repente, su solvencia de meses pretéritos y acaben con su descarrilamiento de los últimos dos meses y medio que los ha sacado de los puestos de Promoción por primera vez justo ahora mismo (llegan octavos en la tabla, con 37 puntos, seis menos que los aragoneses).

Nombres propios

El Real Zaragoza afronta el choque en lo alto de su mejor ola en lo que va de liga. Bajo el shock de haber perdido a Ros hasta la temporada que viene, pero con el interés puesto en ver cómo dos de los tres nuevos fichajes de enero, Torres y El Yamiq (que ya debutaron en Cádiz el último día), son capaces de aportar pluses a la plantilla. El tercero, Pereira, reincide como baja por problemas físicos. Un caso singular el suyo. De los de siempre, Igbekeme tiene casi imposible jugar, también tocado, lo que frenaría su repunte de juego en un año complicado para él, pues padece molestias musculares toda la semana.

Los madrileños tienen la importante baja de su medio centro timón Cristóbal, expulsado puerilmente en el último partido. También echarán en falta al central y capitán Juanma y a los delanteros Ibán Salvador (apuntilló al Zaragoza en la primera vuelta) y Ciss. En el Fuenla aguardan la aportación de los fichajes de enero, José Rodríguez (ex del Madrid, Dépor, Málaga, Galatasaray, Mainz...) y Sekou Gassama.