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Ojo con el Lugo, ese enemigo silencioso que puntuó en 4 de sus 6 visitas a Zaragoza

El cuadro gallego, un clásico en la actual andadura zaragocista por la Segunda División tras el último descenso, ganó 2 veces, empató otras 2 y, en las 2 victorias aragonesas, estuvo también cerca del premio.

Barkero (en el suelo), Roger y Montañés, los tres puntas del Real Zaragoza ante el Lugo en 2013, en el primer enfrentamiento entre ambos equipos en la liga, con victoria por 0-1 de los gallegos en La Romareda.
Barkero (en el suelo), Roger y Montañés, los tres puntas del Real Zaragoza ante el Lugo en 2013, en el primer enfrentamiento entre ambos equipos en la liga, con victoria por 0-1 de los gallegos en La Romareda.
José Miguel Marco

Viene otra vez el CD Lugo a La Romareda, por 7ª vez consecutiva desde 2013. Será este sábado, a las 18.00, en la 7ª jornada de liga. Nunca pisó Zaragoza el cuadro lucense durante los primeros 81 años de vida del club aragonés. Sin embargo, desde el último descenso blanquillo a Segunda, los duelos con los lucenses se han convertido en clásicos. Nunca fallan.

El Lugo es uno de los estables en la categoría de plata en los últimos 7 años. Por eso es fija su visita a La Romareda, dado que el Zaragoza no logra salir de su atolladero y regresar a Primera. Y, pese a estar dotado de ese halo de rival poco histórico, de equipo de ciudad pequeña, de club sin apenas trayectoria ancestral en la élite, siempre le ha dado mucho mal a la escuadra zaragozana en su estadio municipal.

Por lo que sea, cada año, los partidos ante el Lugo emergen en La Romareda sin apenas ruido, sin cartel, sin estímulos. Y, pese a que todo el mundo siempre da como favorito al Real Zaragoza, más por inercia que por otra cosa (con el nombre y el escudo no se gana hace muchas décadas), el Lugo siempre ha sido duro de digerir en sus pasos paulatinos por el césped del campo de la capital de Aragón.

Hay 6 precedentes. Y en 4 de ellos los lucenses se llevaron tajada de Zaragoza, con 2 victorias y 2 empates. Y, en el caso de las 2 victorias zaragocistas, las opciones de que el Lugo puntuase fueron altas hasta bien avanzados los respectivos duelos. O sea, que mucho ojo con los rojiblancos, que tienen cierto aura positivo para sus intereses cuando pisan Zaragoza. 

De entrada, el estreno del Lugo en La Romareda fue con traca final: ganaron 0-1 en 2013 al Zaragoza de Paco Herrera, con un gol del ariete italiano Rennella. Ya marcaba tendencia aquello. Quique Setién era el flamante entrenador de los gallegos.

El año siguiente, en la liga 14-15, el Zaragoza se quedó de nuevo sin perforar la portería galaica. El marcador fue 0-0 en otro día de atasco mental de un cuadro zaragocista que entrenaba Víctor Muñoz, con Setién aún en frente. 

A la tercera llegó la victoria zaragocista. Pero es necesario recordar bien, y subrayar, el modo con el que se consiguió. Fue por 3-1. Engañoso marcador, a más no poder. El Zaragoza de Lluís Carreras empezó perdiendo, ya en la segunda parte, por 0-1, con gol del ahora jugador del Huesca Ferreiro. Olió durante largo rato de nuevo a catástrofe ante este singular rival. Pero, en un final de partido estruendoso, los blanquillos remontaron con holgura: Ángel igualó en el minuto 83. Lanzarote dio ventaja a los aragoneses en el 85. Y Dongou redondeó el volteo en el 90. Observar el minutaje de los goles habla por sí solo de las dificultades que tuvo ese primer triunfo zaragocista ante el Lugo, que vino con entrenador nuevo y desconocido, José Antonio Durán, que había recién sustituido al turolense Luis Milla, destituido día antes y que luego vendría al Zaragoza. 

Los de la ciudad amurallada volvieron a sumar en La Romareda en la 16-17, en su cuarto paso por aquí. De nuevo con latigazo doloroso para su gafado Real Zaragoza. Ganaban los zaragocistas, entrenador por Agné, por 1-0 con un gol de Cani (el último como zaragocista del jugador del barrio de La Paz). Y, ya con el 90 cumplido, Fede Vico batió desde lejos al portero blanquillo Irureta. Fue el 1-1 final. Ni se sacó de centro. El técnico lucense era Luis César Sampedro.

Hace dos años, en la 17-18, llegó la segunda victoria zaragocista ante el Lugo en La Romareda. Fue por 2-0, con Natxo González en el banquillo local y Francisco Rodríguez, después técnico del Huesca en Primera, al frente de los lucenses. Ese 2-0, visto en frío, también es una holgura engañosa. Marcó el 1-0 Borja Iglesias, de penalti, ya con la segunda parte avanzada en un partido trabado y abierto hacia cualquier lado. El Lugo tuvo un par de ocasiones palmarias a continuación, sobre todo una de Cristian Herrera a bocajarro. Las marró y el fútbol les castigó. El suizo Buff, ya en el minuto 84, anotó de falta directa el segundo gol, el de la tranquilidad. El único tanto en La Romareda del frío e intrascendente centrocampista helvético. 

Y, por fin, el repaso histórico nos lleva al año pasado. A lo reciente. El Lugo, entrenado por Javi López, volvió a las andadas y ganó 0-2. Fue ese día en el que su capitán, Pita, marcó un golazo desde 55 metros, desde campo propio. Y en el que Dongou (antes citado como goleador zaragocista en estos choques), se vengó con el mal del ex y firmó el 0-2 definitivo que empezó a poner a Imanol Idiakez a los pies de los caballos de Lalo y Barba, el área deportiva del club aragonés, que acabarían proponiendo su despido semanas después. 

Vistos estos antecedentes, por aquello de los mantras y demás cuestiones relativas al fario y las meigas (con gallegos se la está jugando el Real Zaragoza), conviene no despreciar ni un segundo las opciones del Lugo de puntuar en La Romareda este sábado. Se trata de un escenario donde, por lo que sea, los rojiblancos se sienten cómodos y rinden mucho mejor que en otros lugares. Cosas del fútbol. Mucho ojo. 

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